La crisis es evidente. Ya saben, el Barcelona ha sumado un punto de los últimos 12 en Liga, está empatado con el Atlético en lo alto de la clasificación y fuera de la Champions League. Es decir, en apenas un mes, ha echado por tierra todas las rentas ganadas a lo largo de la temporada. Casi sin darse cuenta, el equipo de Luis Enrique, con él a la cabeza, ha bajado de la nube y ha caído en picado. ¿Por qué? Esa es la pregunta. ¿Y la respuesta? Es múltiple y no siempre tiene que ver con lo estrictamente deportivo. Porque a veces -y eso no es novedad- lo que sucede en el campo tiene mucho que ver con lo que ocurre fuera. ¿Y de quién es la responsabilidad? “100% mía”, reconoció el técnico azulgrana tras la eliminación en el Calderón. En EL ESPAÑOL analizamos los posibles problemas que 'Lucho' no ha sabido atajar a tiempo y que han derivado en esta situación.

MAL USO DE REDES SOCIALES



Luis Enrique no ha sabido parar ni cortar de raíz las manifestaciones públicas (no siempre acertadas) de sus jugadores a través de las redes sociales. La 'estrella' en este aspecto ha sido Alves, incontrolable e inoportuno: unas veces para arremeter contra la prensa y en otras para hacer (o decir) cosas que no debía. La última de ellas, la semana pasada, después de que su equipo cayera contra el Atlético de Madrid en Champions. Entonces, el lateral brasileño se puso una peluca, imitó a su novia y bromeó sobre la eliminación de su equipo, de ahí que no formara parte del once en la derrota (1-2) contra el Valencia de este domingo.



El otro que ha 'pecado' en este aspecto ha sido Piqué, siempre dispuesto a estar de 'farra' con su Periscope… Hasta que su equipo comenzó a perder. Desde entonces, el central no ha vuelto a encender su móvil para dar explicaciones. Cierto es que compareció tras la derrota contra el Valencia en zona mixta, pero, por ejemplo, este mismo lunes, canceló el evento que tenía programado para jugar al Final Kick y que iba a ser emitido en directo a través de la plataforma Twitch. Y aunque en principio todo lo anterior no debería influir dentro del campo, lo cierto es que lo ha hecho.



LA BAJA FORMA DEL BARÇA



Luis Enrique no quiso contestarle al periodista del Diario Gol Víctor Malo. O, mejor dicho, lo hizo de forma inapropiada. Pero es evidente que físicamente el Barcelona no pasa por su mejor momento, aunque sea porque es el equipo que más partidos ha disputado esta temporada (56). El bajón lo empezó a notar en el empate contra el Villarreal (2-2) y lo ha arrastrado en los partidos contra Real Madrid (1-2), Real Sociedad (1-0) y Valencia (1-2), así como en Europa. Además, desde el parón de selecciones, la MSN parece otra. Messi, en teoría con dolores musculares, está lejos de su nivel; Suárez, aunque no lo ha sufrido tanto como sus compañeros en el ataque, tampoco parece el mismo; y Neymar lleva cinco partidos consecutivos (entre Liga y Champions) sin marcar. Por el contrario, el Atlético afronta el tramo final de temporada con la maquinaria engrasada (y el Madrid es una incógnita).



LA MALA ADAPTACIÓN DE ARDA



Luis Enrique, hasta este mercado de invierno, había conseguido que todas las piezas encajaran: Rakitic, Luis Suárez, Aleix Vidal… Incluso que el Barcelona abandonara el toque en determinadas situaciones para jugar al contraataque. Pero, sin duda, su asignatura pendiente esta temporada ha sido la adaptación de Arda Turan. El turco, que llegó en verano por 34 millones (más siete en variables), no es ni la sombra del jugador que militaba a las órdenes del Cholo Simeone. Él, que debía llegar fresco a este final de temporada después de no poder jugar hasta Navidades, no ha servido de refresco a ninguno de los hombres del centro del campo. Tras su debut, se le ha visto lento, sin ritmo y con escasa capacidad para combinar con sus compañeros en ataque.



INCAPACIDAD PARA CAMBIAR LOS PARTIDOS



Es innegable que el Barcelona, desde que está Luis Enrique, ha variado su estilo de juego. Incluso, que en muchas ocasiones ese cambio ha derivado en éxitos. Pero en los últimos partidos, el técnico asturiano no ha conseguido aportar soluciones tácticas a su equipo. Así ocurrió en el Clásico (sólo hizo una sustitución: Rakitic por Arda) y el gol de Ronaldo llegó tras ella. Y lo mismo le ocurrió ante la Real Sociedad y en la vuelta contra el Atlético, donde Arda y Sergi Roberto no aportaron el plus que necesitaba su equipo para marcar un gol y forzar la prórroga. Y, ante el Valencia, 'Lucho' ni siquiera miró al banquillo: terminó el partido con los mismos que empezó.



FALTA DE AUTOCRÍTICA



Luis Enrique ha reconocido su culpa en la derrota del equipo, pero no ha querido admitir que algo se ha hecho mal en este último tramo de la temporada. La prueba más evidente es su respuesta al periodista Víctor Malo, no reconociendo que es posible que el Barcelona no se haya preparado bien físicamente. Pero, sobre todo, no ha querido asumir el verdadero problema: ante rivales con un estilo de juego parecido (Real Madrid, Real Sociedad, Atlético y Valencia) no ha sido capaz de solucionar los partidos. 

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