La flamenca que nadie cuestiona llega a Madrid: Niña Pastori actúa hoy viernes, 28 de septiembre, en el Auditorio del Patrimonio de Alcalá de Henares. Es la garganta de Cai (“por la madrugá, cómo me huele a azahar”, como ella misma cantaba con la letrilla de su amigo de Alejandro Sanz) y la mujer que fue elegida por dos santidades: con doce años, por Camarón -apóstol del flamenco- y, un poco más tarde, por el mismísimo Papa, mánager de dios aquí en la tierra. En 1998, Niña empezó a reventar el panorama con Échame una mano, prima, donde contaba que había recibido una carta de amor en la que su novio le avisaba de que iba a ir a verla esa noche. Relataba la angustia y el nerviosismo de las chavalas que se arreglan para acudir al encuentro de sus romances, y cómo la fraternidad femenina puede ayudar a aplacar ese cosquilleo.

De esa candidez adolescente, pronto pasó al desgarro con joyas como Válgame Dios: “Es la verdad, que quererte más no puedo y pensarlo me da miedo, tú no te vayas a equivocar. Es tanto lo que te quiero que no lo podría aguantar. Quiero que me beses, y a media voz decirte que te amo, háblame bajito, que nadie se entere lo que nos contamos”. En este último trabajo que ahora pasea en concierto, Bajo tus alas -supone ya su décimo álbum-, Niña Pastori deja las versiones y vuelve a las canciones propias. “Son de mi marido y mías. Y dos las ha compuesto mi hija Pastora”, explicó a este periódico en una entrevista. Otra, La mudanza, es de Pablo Alborán.

La Niña Pastori cree que el Estado de Bienestar mata al cantaor, porque las fatiguitas se canjean en arte, pero en ella sobreviven aquel viejo desgarro y aquella antigua ternura. “Ya no se canta como se cantaba porque había otro dolor, otra agresividad, otro desgarro. Ahora todo es más suave. Hay reguetón en las discotecas”, reflexiona. Para ella, el flamenco es la auténtica Marca España: “Verdaderamente sí, porque un holandés no canta por soleá ni por bulerías. Yo pienso que un holandés puede cantar pop, rock, puede hacer clásico y puede cantar cualquier otro estilo, pero flamenco no”.

María está convencida de que en España aún hay gitanofobia: “Al gitano se le mira mal, pero creo que es lo que te decía: por desconocimiento. Si ves cuatro días las noticias y ves cuatro cosas de gitanos pues se te queda eso y piensas que todo es igual, pero no es así… el gitano tiene unas costumbres y unas leyes y dentro de eso hay quien las lleva más y las lleva menos, y bueno… hay de todo. Yo escucho cosas de payos que digo “este hombre, qué antiguo, qué cerrao, vive en el año 10, ¿dónde vas?”. Lo ha hecho todo, la Niña. Desde cantar el Ave María para Juan Pablo II a entonarle el himno oficial a la Selección Española, La Roja baila. Cree en Dios a morir. Gasta mucha fe. Pero ojo: “En el duende también creo. Lo veo en muchos momentos, ¿eh?, en cualquier flamenco que me guste, o este verano, en una fiesta entre amigos, por ejemplo. Allí estaba el duende constantemente, entrando y saliendo”.

Más conciertos de fin de semana

-Film Symphony Orchestra, en el Auditorio Nacional, viernes 28. Este espectáculo rinde homenaje a las bandas sonoras de cine de John Williams: Jurassic Park, El patriota, Harry Potter o la última entrega de Star Wars.

-Los Punsetes, en La Riviera, viernes 28. Los indies más deslenguados. “Que no pase un día sin que des tu opinión de mierda, que no pase un día sin que cuentes tus miserias”, cantaban. Ojo a Tu puto grupo: “Despilfarro de dinero público, reforzando el pensamiento único, poesía de tercero de EGB, en el hilo musical del Corte Inglés”. Imprescindibles para la expiación.

-Pablo López, en el Auditorio del Patrimonio de Alcalá de Henares, sábado 29 de septiembre. De OT para el mundo con su último disco a cuestas: Camino, fuego y libertad. Un hombre a un piano pegado.