“Déjate llevar por las sensaciones”, arrancaba el himno más célebre de Chambao. Y le ponía palabras y música a esa Andalucía que se derramaba en tardes, colores, lujos gratuitos. Un baile, un cante, un presente continuo. Un reventar los corsés, un respirar a pulmón hondo. Como ese “déjame vivir, libre, pero a mi manera”, que cantaba Lamari con Jarabe de Palo. Filosofía sencilla y suficiente. Ahora se cierra esa etapa para recuperar el nombre propio y la artista presenta, el día 22, De Chambao a Lamari, su último álbum con el sello del grupo. Música, imágenes y fotos del concierto de despedida del pasado 13 de enero en el WiZink Center de Madrid.

Tres momentos de tu vida que te hayan convertido en la persona que hoy eres.

El primer momento en la parte profesional fue cuando arrancamos toda esta historia Henrik Takkenberg, Daniel y Eduardo Casañ y yo, los cuatro. Arrancamos el proyecto como Chambao. Excepto Henrik, que era productor de música, los otros tres estábamos en trabajos diferentes. Realmente la música era un hobby y lo que nos daba de comer eran otros trabajos. El segundo momento fue cuando me quedé sola en Chambao. En 2005. Ahí decidí seguir sola en la música aunque no lo conté como tal, y encima estaba con mi cáncer de mama… me vi en un momento personal y profesional bastante fuerte, de crecimiento y de definirme.

El tercer momento lo llevo empujando algunos años: era el momento de dejar Chambao. Porque ya no somos los cuatro que empezamos y yo ya no hago flamenco chill. Eso afecta sobre todo al seguidor seguidor de Chambao. Me apetece hacer un disco como Lamari, presentarme así en el mundo de la música. Me gusta fusionar sin ponerme categorías o titulitos. Quiero disfrutar del verano y entremezclarme con compañeros de profesión, hacer colaboraciones… en agosto Javi Medina, que es compositor, cantante y guitarrista, y yo, vamos a hacer algo juntos. Haremos conciertitos en agosto, para mezclar amistad y profesión.

Tres canciones con las que se sintetice Chambao.

Para mí ‘Detalle’ es una canción importante. Es mía. Extraída del disco ‘Con otro aire’. Ahí empecé a componer sola, en 2007. Habla de disfrutar de la vida, de cada momento, de intentar vivir el presente sin estar preocupado en el mañana o en el ayer. Me viene esa letra por todo lo que viví con el cáncer. ‘Ahí estás tú’ siempre marcará el sello de identidad de Chambao. La Junta de Andalucía la pilló para promocionar el turismo. Iba a ser un año y fueron seis. ‘Duende del sur’ también, es un híbrido entre una canción mía y un estribillo de los Gipsy Kings. Es una canción dedicada a mi familia. Muchas veces nos llamamos “duende” de cariño.

El otro día me acordaba de tu canción Papeles mojados, cuando el Gobierno de Pedro Sánchez acogió el Aquarius.

El apoyo a las personas que se están ahogando en mitad del mar… yo creo que nos viene dado a las personas. Está bien, y está muy bien que un partido político tenga una resolución hacia esto, porque es un tema muy delicado. Son vidas que se están ahogando delante de ti. Está muy bien que un partido se haga responsable, pero hay algo más allá: es algo que nos toca de lleno a cada persona, a la fibra del ser humano. Se trata de comportarte como un ser humano. Si yo veo a alguien que se está ahogando en el mar, el gesto animal y natural que hago es echarle una mano, salvarlo para que no se ahogue. No sé dónde está la humanidad de los que no quieren acoger a los refugiados. Mi humanidad me rige en eso, desde que soy pequeña. Si alguien se está ahogando, se está muriendo… tiendo la mano para socorrerlo. Claro.

Hay muchos que no piensan igual. Estos días se han escuchado comentarios terribles.

Es flipante que haya ese tipo de opiniones. ¿Qué dirían si fuesen ellos los que…? Da igual que te dediques a la música, en esto todo somos personas y todos tenemos esa necesidad de vivir, de sobrevivir. Gestos así dejan mucho que desear. Me pongo a pensar un montón en ello y digo: ¿en qué ser humano nos estamos convirtiendo?

Una semana agitada para el Ministerio de Cultura. ¿A quién haría Lamari ministro o ministra?

Sería ministra. Para mí sería una mujer, y nombraría a la persona que tuviese dos dedos de frente y tuviese la conciencia de que la sanidad, la cultura y la educación es lo más importante para un país. Es lo que realmente mueve el país. Sé que elegiría a una mujer… a ver si eligiendo a cargos mixtos cambian las cosas, ¿no? Distintos sexos, pero una cosa media, mixta. Que no sea todo hombres ni todo mujeres. Elegiría a mi hermana Toñi. Tiene muchas nociones de qué necesita el ser humano para desarrollarse.

Otra de las cuestiones que me interesan es el caso Rosalía. Los gitanos la han acusado de apropiación cultural y de no respetar sus raíces, sino de usar sus símbolos como “pestañas postizas”. Tú que has hecho flamenco chill, ¿cómo ves esto? ¿Qué diría Enrique Morente, qué diría Camarón?

Yo he escuchado su canción Malamente y he visto su vídeo y está muy bien hecho. No veo que se esté apropiando, ni se esté metiendo en el mundo gitano, ni nada. He visto que utiliza un torero, un capote, una grúa para levantarla a ella… usa algunos elementos del flamenco, pero no diría que sean el mundo gitano.

Se refieren, además de a los símbolos, a palabras del caló como “undebel” o a recurrencias como “me lo dijo esa gitana”.

Bueno, yo veo que la letra de su canción es flamenca, pero más allá de eso… por mucho que utilice esas palabras no creo que esté desvirtuando el mundo gitano ni metiéndose con él, pero también te digo que el pueblo gitano lleva muchos años sometido. Muchos años castigado. Entiendo que tengan recelo a la hora de que alguien use sus palabras o sus actitudes. Entiendo que estén quemados, pero viendo lo que ha hecho ella yo no creo que se esté desvirtuando nada. Al contrario. Las canciones de Rosalía, que está en auge, puede que supongan una apertura también para el mundo gitano… yo creo que lo de “me lo dijo esa gitana” se refiere más bien al rollo predicción, al rollo “te leo la mano”, que es una cosa que lleva toda la vida. También lo hacen las brujas. Lo de predecir el futuro, igual que puede leerte la mano una gitana.

¿Cómo vives la explosión del feminismo? ¿Te has sentido alguna vez discriminada en el sector por ser mujer?

La explosión del feminismo lleva viviéndose mucho tiempo. En el mundo de la música llevamos siendo mujeres potentes muchísimos años, y en todas partes, pero es que el mundo ha sido de los hombres. En España la religión que más se practica es la cristiana, y en la cristiana Jesucristo es un hombre. La política siempre o casi siempre la han llevado los hombres. Los bancos, los hombres. La NASA, los hombres. Los altos cargos y las relevancias siempre han ido para ellos, así que en el mundo de la música no íbamos a ser menos. Yo he padecido… a lo largo de mi trayectoria en Chambao y ahora en solitario he sentido que se toman más en cuenta las opiniones de los hombres que a lo mejor la mía por ser mujer. Sus opiniones son más valiosas y más escuchadas.

¿Qué se puede hacer para revertir esta situación?

Es una tarea de todos. Tenemos una carga cultural e histórica muy gorda. No creo que sea culpa del hombre ni de la mujer. Yo con estos temas apenas me pronuncio porque no quiero que parezca que estoy atacando a nadie, no es mi intención buscar las culpas. Pero sí está claro que llevamos una carga de muchos años y que hace falta mucha reeducación de la población. Tenemos que avanzar juntos, hombres y mujeres.

Hace poco denunciaste que te habían echado burundanga antes de un concierto.

Ahí lo pasé muy mal. Lo viví como si fuese mi culpa y después como víctima. Fui a mi oncólogo y le dije que algo me había pasado. La primera persona que me dijo que me habían echado algo en la bebida fue una de mis hermanas, luego la otra… ellas me decían: “Nosotras te conocemos, y tú excepto unas cervecitas y tal, que te puedes beber a la hora de comer...”. Después de eso tengo dos horas de vacío y nunca las he recuperado. Lo primero que me asustó fue mi salud, y fui al oncólogo… me hizo las pruebas pertinentes y me dijo “mira, Mari, yo ya sabía de sobra que tú no tenías nada en la cabeza, las pruebas han salido bien, pero los síntomas de los que me hablas...”.

Era tal cual, sequedad en la boca, amnesia, vacío de dos horas. Me han contado cosas y me he avergonzado a tope, además había niños delante. La sensación que daba es que estaba borracha, diciendo barbaridades, cantando canciones donde no eran… el médico me dijo el nombre científico de la burundanga, ahora no me acuerdo. No sé dónde la pudieron echar. Me costó recuperar la autoestima y tenía miedo de estar rodeada de gente, siempre miraba quién estaba a mi lado. Luego he pensado que seguramente fue algo fortuito, no que alguien viniese directamente a por mí.

¿Cómo se vive después de un cáncer? ¿Qué aprende uno, cómo le cambia la mirada?

Fue en 2005. Ya lo vivo de otra manera. Cuando ya pasó el susto primero, la quimio y tal, y volví a andar igual… lo primero que me vino fue un toque a mí misma. Hay gente que lo llama “universo”, o “tu ser interior”. Me di un toque a mí misma a través de la enfermedad. Creo que había cosas que había somatizado en esa enfermedad y entendí que tenía mucho que aprender. De la vida, de toda la vida, y de mí algunas cosas más. Marcarme ritmos, establecer prioridades. Como dice mi madre, la prioridad tiene que ser una, y la segunda cosa, el mundo, el resto del mundo. Pero cuando parte todo bien de ti, puedes desarrollarte y darte a los demás. Desde esa perspectiva: desde tu centro.