Dicen que estaban “aburridos de los libros”, porque “eran todos iguales”, porque les hastiaban tantos “finales felices”. “Te lees un libro de Planeta y te los has leído todos, así que quisimos hacer algo”, cuenta Oliver Tad. Es director de Innisfree, una polémica editorial que ha sido acusada de machista y misógina, así como de fortalecer la cultura de la violación. Tras la denuncia de algunos usuarios por Twitter, La Central ya ha retirado sus libros de los estantes. Ellos no niegan la mayor; de hecho, se relamen ante la controversia. “Como community manager tenemos a un becario que vamos cambiando cada seis meses, según acuerdos con Universidades, y le decimos que escriba lo que quiera dentro de los parámetros de la filosofía de la editorial: somos ateos, anarcocapitalistas y antifeministas”. Agoristas y orgullosos. "Publicamos libros que nos gustan y a la mayoría le molestan. Publicamos para joder".

"Antifeministas"

Rechazan la filosofía de género y se sienten molestos porque “el feminismo se haya apropiado de la palabra igualdad”: “Yo soy igualitarista. Y digo más, mira los datos de la ONU. Que en España haya 50 mujeres asesinadas por sus maridos es un buen dato. En este país tenemos una de las mejores tasas, uno de los mejores ratios del mundo”. Oliver Tad cree que estos asesinatos “son una herencia, porque venimos de 40 años de dictadura franquista, repugnante, católica”: “Nos asquea. Eso sí era machismo. Pero ahora en España el tema se ha ido de las manos, como con el caso de La Manada. Ahí no se ha respetado la presunción de inocencia. A esos cinco tipos se les ha condenado ya, pero, ¿y si no fuese verdad, y si no violaron a la chica? Respetaré la sentencia cuando salga, pero mientras vamos a respetar la presunción de inocencia”.

En España tenemos uno de los mejores ratio. En Finlandia se viola más, y esto sólo depende de la fuerza física de los hombres. Si las mujeres tuvieseis eso, veríamos

Se posiciona en contra de la prisión preventiva y subraya que la joven “no dijo que no en ningún momento y hasta cambió la versión”. Pero, ¿por qué se cuestiona siempre a la presunta víctima? “No existe esa figura jurídica. Existen los presuntos inocentes. Ella tiene que demostrar que la han violado y es fundamental que sea así”, se empecina. ¿Cómo no hablar de plaga machista si en España se denuncia una violación cada ocho horas -sin contar todas las que no se denunciarán-? “Pues ahí tenemos también uno de los mejores ratios. En Finlandia se viola más, y esto sólo depende de la fuerza física de los hombres. Si las mujeres tuvieseis eso, veríamos”.

El hecho de que se penalice laboralmente a las mujeres por su capacidad de dar vida, también le parece “razonable” porque tiene “sentido económico”. “Una mujer embarazada es una ruina para una empresa”. La brecha salarial no le preocupa. “Clara Lago se ha quejado, pero me hace gracia: Gisele Bündchen cobra diez veces más que el mejor modelo masculino. Es el mercado”. 

"Anarcocapitalistas"

En su declaración de intenciones como editorial, aseguran que “leer nuestros libros te puede cambiar la vida”. Sólo publican para chirriar, para romper con los discursos dominantes, y se sienten incomprendidos. “En España hay dos bloques, el de las personas feministas, de izquierda socialista, el de los fachillas nacionalistas, españoles y católicos. Ahí se agrupa el 70 u 80% de la población. Nosotros pertenecemos a un pensamiento minoritario, del 0,1%: el Estado nos da puto asco, no queremos que nadie nos robe, queremos que cada persona pacte su salario con la empresa que sea y ya, queremos que cada uno decida en qué invierte su dinero”.

Nos encanta el antimárketing, es un concepto que hemos creado nosotros. Está todo el mundo con el buenismo… y nos apasiona que nos conozcan por lo malos que somos y por editar basura. Para nosotros no lo es

Empezaron publicando libros como La maquinaria de la libertad, de David D. Friedman -“había tantas obras imprescindibles sin traducir…”- y luego surgió una colección de cine, otra de fotografía, otra de “sexo radical”… Andan empecinados en producir contenidos viscerales, problemáticos, amorales. “Nos encanta el antimárketing, es un concepto que hemos creado nosotros. Está todo el mundo con el buenismo… y nos apasiona que nos conozcan por lo malos que somos y por editar basura. Para nosotros no lo es”. A principios del año que viene publicarán Encuentros sexuales con menores, una novela que aún nadie ha leído pero ya ejerce de raspa en el ojo. Asegura Tad, entre risas, que es la primera vez que los católicos y las feministas se ponen de acuerdo en algo: en el rechazo frontal a esta publicación.

“Es un libro de un autor anónimo, vaya, que quien lo ha escrito no quiere que se sepa quién es. no hay nada ilegal. Ahí se describe cómo un hombre mayor tiene relaciones con menores, pero todo consentido”, relata. “No creemos en un mínimo de edad para establecer el consentimiento. En Brasil son 14 años, y, a partir de ahí, es legal. En España son 16: cosas del PP. Es absurdo”. Pero, ¿no consideran que como editorial tienen cierta responsabilidad social? “No, porque no creemos en lo ‘social’. Creemos en los individuos. Yo publico un libro y todo el mundo puede opinar, puede quemarlo si quiere, pero no me siento responsable de que mañana vaya a haber una oleada de pedófilos, ¡es todo ficción!”. 

Contra la hipocresía y la censura

Dice que “hay mucha hipocresía”. “Mira la obra del Marqués de Sade. Hay auténticas locuras. Cuenta cómo un cura le caga en la cara a una niña, y ese libro lo tienes en las estanterías de media España y no pasa nada. Yo odio el libro de Cásate y sé sumisa, lo critico y lo pongo a parir, porque me parece que está escrito por una conservadora de los cojones, pero quiero que exista”. Explica que Troa, la cadena de libros del Opus Dei, ya les censuró en una ocasión por publicar la obra Defendiendo lo indefendible de Walter Block. “Es un anarcocapitalista que defiende la legalización de la prostitución y la existencia de la figura del ‘chulo’, porque las prostitutas necesitan protección y él se la da a cambio de dinero, no pasa nada”.

Por tuits como “ahora follar en cajeros con chicas borrachas es sinónimo de sexo no consentido” o “la mayoría de hombres tenemos sexo con mujeres sin que digan que sí”, La Central ha retirado los libros de Innisfree. “Vale, nos parece bien, pero no nos gustan las contradicciones, así que fuimos a su catálogo de libros y tienen el de Todas putas, donde se describe, con sarcasmo, una violación. Si nos quieren censurar, van a tener trabajo: estamos en México, Colombia, Chile, Brasil, Japón… mucho tajo”.