Después de la cobra sideral que lleva Dylan haciéndole durante meses a la Academia Sueca, hoy se confirma que recibirá el premio Nobel de Literatura este fin de semana en Estocolmo. Así lo ha comunicado este miércoles la secretaria de la institución, Sara Danius. "La buena noticia es que han decidido reunirse este fin de semana. La Academia le dará entonces a Dylan el diploma y la medalla del Nobel, y le felicitará por el premio", ha explicado. "La ceremonia será pequeña e íntima, y no habrá medios de comunicación presentes; únicamente asistirán Dylan y los miembros de la Academia, de acuerdo a los deseos del cantautor".

La Academia se pliega a los caprichos de Dylan y la entrega se llevará a cabo según sus gustos: cuando él quiere, donde él quiere y como él quiere. No soportaban el rechazo. "Agradezco mucho el honor", le dijo en su día el músico a Danius, con diplomacia. Ante la pregunta de si recibiría el premio en Estocolmo, soltó un amable "por supuesto" acompañado de un bombón envenenado de ambigüedad: "Si puedo". Se mostró reticente siempre, pero la dotación en metálico -de 832.000 euros- ha podido más que el orgullito. 

Después de la era del silencio, los acontecimientos se fueron desarrollando con atropello: Patti Smith acudió en representación del cantautor norteamericano para recoger el Premio Nobel de Literatura, y se olvidó de parte de la letra al interpretar el tema A Hard Rain's A-Gonna Fall del propio Dylan.

Lo quiero, no lo quiero

Dylan no ha dejado de toquetear la margarita. Quiere el Nobel, pero no lo quiere. Lo quiere porque es un reconocimiento rompedor -y prestigioso- para un cantautor, pero no le apetece regalarle la campaña de márketing al Nobel, a la Academia. No quiere servirles para limpiar su imagen, para modernizarlos. Se pueden quedar con su nombre, pero no con su presencia. No quiere pertenecer a ningún club.

Ya lo dice en It's alright ma (i'm only bleeding): "Mientras algunos son bautizados por principio a estrictas ataduras partidarias, clubes sociales atontados disfrazan a los intrusos, a quienes pueden criticar libremente sin decir nada salvo a quien hay que idolatrar. Y luego dicen 'que Dios les bendiga'". Aún se prefiere músico ambulante. Pero con el bolsillo un poco más grueso.

El cantautor, de 75 años, ofrecerá dos conciertos en Estocolmo el 1 y el 2 de abril. También actuará en Lund (al sur del país) el 9 del mismo mes, según un comunicado enviado por sus representantes el pasado diciembre.