El director Calixto Bieito llega al Teatro Real con polémica, como no podía ser de otra manera en uno de los expertos en cocinar acontecimientos resistentes a lo previsible. El pasado marzo subió al escenario de La Bastilla su adaptación de Carmen de Georges Bizet, con un legionario que friega el suelo con la bandera española y se limpia el trasero con ella. Tampoco aparecerá la escena en la que Micaela (Aleksandra Kurzak) usa el símbolo como trapo para limpiar un Mercedes.

Tal y como ha podido saber este periódico, las escenas ofensivas contra la bandera española han sido retiradas por mutuo acuerdo, entre la institución y el director. Ambas partes decidieron eliminar los cuadros más beligerantes con los símbolos nacionales españoles, para evitar un incendio entre el público del Real en días complicados. La obra se podrá ver entre el 11 de octubre y el 17 de noviembre.

Una de las escenas del espectacular montaje.

Situada en la Andalucía del siglo XIX, narra la tormentosa relación de amor de la cigarrera Carmen y el soldado don José, en la que el ansia de libertad de la protagonista choca con los celos del militar. Bieito ha llevado la acción a la España de los años setenta y con ello los uniformes militares y la ropa de los sevillanos de entonces. El resultado es o era un montaje muy sensual y violento.

La acción transcurre en un decorado minimalista compuesto por elementos simples como una gran bandera, una cabina telefónica o un toro de Osborne. “Es un espectáculo sobre gente que vive al límite, que vive en la frontera”, aseguró Bieito en su estreno en Francia. Sexo, violencia, dinero sucio y choque entre mujeres y hombres.

Bieito ha recreado en los setenta la obra de Bizet.

El director cree que Carmen trata la violencia de género. El don José interpretado por el tenor francés Roberto Alagna “padece un trastorno obsesivo-compulsivo y asesina a su expareja”. Además, reivindica el otro gran tema de la obra: la libertad. Representada en Carmen: "Es impresionante ver cómo todo un coro experimenta una sensación de libertad. De esto me siento orgulloso".

La adaptación dividió al público francés, que aplaudió a los cantantes, en especial a Alagna, a Clémentine Margaine (Carmen) y a Aleksandra Kurzak (Micaela), pero Bieito compartió aplausos y abucheos cuando apareció en escena. “A algunas personas les afecta que se modifique una obra porque "quieren ver lo de siempre, pero eso sería el final de la ópera", explicó a Efe antes de la representación.

Bieito no deja indiferente nunca.