Benedetti nació hace cien años siendo un niño pobre y un lector voraz, un lector loco, ansioso, inteligente, un lector enano que chirriaba a sus propios padres, que llegaron a prohibirle leer más de veinte páginas al día. Él se escondía de los mayores para seguir clavándole el diente a Julio Verne y a Emilio Salgari. A los catorce tuvo que dejar la escuela y volverse autodidacta los problemas económicos familiares, y se hizo currante todoterreno mientras no paraba de observar el mundo para escribirlo a máquina: trabajó en una empresa de repuestos para coches, fue taquígrafo, recadero, crítico teatral y vendedor de casas.

Tardó bastante en que confiasen en él: tanto fue así que sus siete primeros libros fueron autopublicados, hasta que llegó Montevideanos, el primero lanzado por una editorial. Al final fueron más de ochenta obras las que escribió, algunas traducidas a más de veinte idiomas. Se integró en la generación del 45, codeándose con nombres tan potentes como el de Idea Vilariño u Onetti. Las instituciones le amaron poco y le premiaron menos. Los lectores, mucho, mucho, mucho, y hasta hoy

Colaboró en revistas y publicaciones literarias. Fue periodista. Escribió teatro, cuentos, novelas, ensayos. Fue activista de izquierdas y defensor de los derechos humanos en su país, Uruguay, hasta que tuvo que exiliarse en el 73, por el golpe de Estado, y dejar su puesto en la universidad para pirarse a Buenos Aires. Y a Perú. Y a Cuba. Y a España. Diez largos y anchos años en los que vivió separado de su esposa, que tuvo que quedarse en su país natal para cuidar de los padres ancianos de ambos.

A su regreso, peleó contra la amnistía de los crímenes cometidos durante la dictadura militar. Y por esclarecer el paradero de los detenidos desaparecidos durante el mismo oscuro periodo. Habló con y por el pueblo, fue un humanista incomparable, un poeta confundido por la patria, como una flor desubicada cuando le arrancan las raíces.

Su obra ha sido llamada menor por cursi y por mainstream: y que es cursi es cierto, o romántica, o tierna, bien, y que ha triunfado en el mundo entero es cierto, pero no por ello debemos caer en el error de considerarle un literato mediocre. Más bien era un hombre sencillo del traje a la palabra: no le interesaba aparentar ni sacar músculo literario. No gustaba de ponerse barroco. Desechó las grandilocuencias, los adornos.

Dijo lo que quiso y como quiso, encharcado en el lenguaje popular y repudiando a las élites y sus vocablos incomprensibles. Construyó versitos para el pueblo economizando el idioma, porque el tiempo nunca nos sobra. Para muestra, un botón. Aquí algunos de sus mejores poemas en el centenario de su nacimiento.

1. Táctica y estrategia

Mi táctica es

Mirarte

Aprender como sos

Quererte como sos

Mi táctica es

Hablarte

Y escucharte

Construir con palabras

Un puente indestructible

Mi táctica es

Quedarme en tu recuerdo

No sé cómo ni sé

Con qué pretexto

Pero quedarme en vos

Mi táctica es

Ser franco

Y saber que sos franca

Y que no nos vendamos

Simulacros

Para que entre los dos

No haya telón

Ni abismos

Mi estrategia es

En cambio

Más profunda y más

Simple

Mi estrategia es

Que un día cualquiera

No sé cómo ni sé

Con qué pretexto

Por fin me necesites

2. Te quiero

Tus manos son mi caricia

mis acordes cotidianos

te quiero porque tus manos

trabajan por la justicia

si te quiero es porque sos

mi amor mi cómplice y todo

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos

tus ojos son mi conjuro

contra la mala jornada

te quiero por tu mirada

que mira y siembra futuro

tu boca que es tuya y mía

tu boca no se equivoca

te quiero porque tu boca

sabe gritar rebeldía

si te quiero es porque sos

mi amor mi cómplice y todo

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos

y por tu rostro sincero

y tu paso vagabundo

y tu llanto por el mundo

porque sos pueblo te quiero

y porque amor no es aureola

ni cándida moraleja

y porque somos pareja

que sabe que no está sola

te quiero en mi paraíso

es decir que en mi país

la gente viva feliz

aunque no tenga permiso

si te quiero es porque sos

mi amor mi cómplice y todo

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos.

3. Defender la alegría 

Defender la alegría como una trinchera

defenderla del escándalo y la rutina

de la miseria y los miserables

de las ausencias transitorias

y las definitivas

defender la alegría como un principio

defenderla del pasmo y las pesadillas

de los neutrales y de los neutrones

de las dulces infamias

y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera

defenderla del rayo y la melancolía

de los ingenuos y de los canallas

de la retórica y los paros cardiacos

de las endemias y las academias

defender la alegía como un destino

defenderla del fuego y de los bomberos

de los suicidas y los homicidas

de las vacaciones y del agobio

de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza

defenderla del óxido y de la roña

de la famosa pátina del tiempo

del relente y del oportunismo

de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho

defenderla de dios y del invierno

de las mayúsculas y de la muerte

de los apellidos y las lástimas

del azar

y también de la alegría.

4. Ésta es mi casa

No cabe duda. Ésta es mi casa

aquí sucedo, aquí

me engaño inmensamente.

Ésta es mi casa detenida en el tiempo.

Llega el otoño y me defiende,

la primavera y me condena.

Tengo millones de huéspedes

que ríen y comen,

copulan y duermen,

juegan y piensan,

millones de huéspedes que se aburren

y tienen pesadillas y ataques de nervios.

No cabe duda. Ésta es mi casa.

Todos los perros y campanarios

pasan frente a ella.

Pero a mi casa la azotan los rayos

y un día se va a partir en dos.

Y yo no sabré dónde guarecerme

porque todas las puertas dan afuera del mundo.

5. Corazón coraza

Porque te tengo y no

porque te pienso

porque la noche está de ojos abiertos

porque la noche pasa y digo amor

porque has venido a recoger tu imagen

y eres mejor que todas tus imágenes

porque eres linda desde el pie hasta el alma

porque eres buena desde el alma a mí

porque te escondes dulce en el orgullo

pequeña y dulce

corazón coraza

porque eres mía

porque no eres mía

porque te miro y muero

y peor que muero

si no te miro amor

si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera

pero existes mejor donde te quiero

porque tu boca es sangre

y tienes frío

tengo que amarte amor

tengo que amarte

aunque esta herida duela como dos

aunque te busque y no te encuentre

y aunque

la noche pase y yo te tenga

y no.

6. Todavía

No lo creo todavía

estás llegando a mi lado

y la noche es un puñado

de estrellas y de alegría

palpo gusto escucho y veo

tu rostro tu paso largo

tus manos y sin embargo

todavía no lo creo

tu regreso tiene tanto

que ver contigo y conmigo

que por cábala lo digo

y por las dudas lo canto

nadie nunca te reemplaza

y las cosas más triviales

se vuelven fundamentales

porque estás llegando a casa

sin embargo todavía

dudo de esta buena suerte

porque el cielo de tenerte

me parece fantasía

pero venís y es seguro

y venís con tu mirada

y por eso tu llegada

hace mágico el futuro

y aunque no siempre he entendido

mis culpas y mis fracasos

en cambio sé que en tus brazos

el mundo tiene sentido

y si beso la osadía

y el misterio de tus labios

no habrá dudas ni resabios

te querré más

todavía.

7. Amor de tarde

Es una lástima que no estés conmigo

cuando miro el reloj y son las cuatro

y acabo la planilla y pienso diez minutos

y estiro las piernas como todas las tardes

y hago así con los hombros para aflojar la espalda

y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo

cuando miro el reloj y son las cinco

y soy una manija que calcula intereses

o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas

o un oído que escucha como ladra el teléfono

o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo

cuando miro el reloj y son las seis.

Podrías acercarte de sorpresa

y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos

yo con la mancha roja de tus labios

tú con el tizne azul de mi carbónico.

8. Como siempre

Aunque hoy cumplas

trescientos treinta y seis meses

la matusalénica edad no se te nota cuando

en el instante en que vencen los crueles

entrás a averiguar la alegría del mundo

y mucho menos todavía se te nota

cuando volás gaviotamente sobre las fobias

o desarbolás los nudosos rencores

buena edad para cambiar estatutos y horóscopos

para que tu manantial mane amor sin miseria

para que te enfrentes al espejo que exige

y pienses que estás linda

y estés linda

casi no vale la pena desearte júbilos y lealtades

ya que te van a rodear como ángeles o veleros

es obvio y comprensible

que las manzanas y los jazmines

y los cuidadores de autos y los ciclistas

y las hijas de los villeros

y los cachorros extraviados

y los bichitos de san antonio

y las cajas de fósforo

te consideren una de los suyos

de modo que desearte un feliz cumpleaños

podría ser tan injusto con tus felices

cumpledías

acordate de esta ley de tu vida

si hace algún tiempo fuiste desgraciada

eso también ayuda a que hoy se afirme

tu bienaventuranza

de todos modos para vos no es novedad

que el mundo

y yo

te queremos de veras

pero yo siempre un poquito más que el mundo.

9. Chau número tres

Te dejo con tu vida

tu trabajo

tu gente

con tus puestas de sol

y tus amaneceres

sembrando tu confianza

te dejo junto al mundo

derrotando imposibles

seguro sin seguro

te dejo frente al mar

descifrándote a solas

sin mi pregunta a ciegas

sin mi respuesta rota

te dejo sin mis dudas

pobres y malheridas

sin mis inmadureces

sin mi veteranía

pero tampoco creas

a pie juntillas todo

no creas nunca creas

este falso abandono

estaré donde menos

lo esperes

por ejemplo

en un árbol añoso

de oscuros cabeceos

estaré en un lejano

horizonte sin horas

en la huella del tacto

en tu sombra y mi sombra

estaré repartido

en cuatro o cinco pibes

de esos que vos mirás

y enseguida te siguen

y ojalá pueda estar

de tu sueño en la red

esperando tus ojos

y mirándote.

10. Hombre que mira más allá de sus narices

Hoy me despierto tosco y solitario

no tengo a nadie para dar mis quejas

nadie a quien echar mis culpas de quietud

sé que hoy me van a cerrar todas las puertas

y que no llegará cierta carta que espero

que habrá malas noticias en los diarios

que la que quiero no pensará en mí

y lo que es mucho peor

que pensarán en mi los coroneles

que el mundo será un oscuro

paquete de angustias

que muchos otros aquí o en cualquier parte

se sentirán también toscos y solos

que el cielo se derrumbará

como un techo podrido

y hasta mi sombra

se burlará de mis confianzas

menos mal

que me conozco

menos mal que mañana

o a más tardar pasado

sé que despertaré alegre y solidario

con mi culpita bien lavada y planchada

y no solo se me abrirán las puertas

sino también las ventanas y las vidas

y la carta que espero llegará

y la leeré seis o siete veces

y las malas noticias de los diarios

no alcanzarán a cubrir las buenas nuevas

y la que quiero

pensará en mi hasta conmoverse

y lo que es muchísimo mejor

los coroneles me echarán al olvido

y no solo yo muchos otros también

se sentirán solidarios y alegres

y a nadie le importará

que el cielo se derrumbe

y más de uno dirá que ya era hora

y mi sombra empezará a mirarme con respeto

será buena

tan buena la jornada

que desde ya

mi soledad se espanta.

11. De qué se ríe 

(Seré curioso)

En una exacta

foto del diario

señor ministro

del imposible

vi en pleno gozo

y en plena euforia

y en plena risa

su rostro simple

seré curioso

señor ministro

de qué se ríe

de qué se ríe

de su ventana

se ve la playa

pero se ignoran

los cantegriles

tienen sus hijos

ojos de mando

pero otros tienen

mirada triste

aquí en la calle

suceden cosas

que ni siquiera

pueden decirse

los estudiantes

y los obreros

ponen los puntos

sobre las íes

por eso digo

señor ministro

de qué se ríe

de qué se ríe

usté conoce

mejor que nadie

la ley amarga

de estos países

ustedes duros

con nuestra gente

por qué con otros

son tan serviles

cómo traicionan

el patrimonio

mientras el gringo

nos cobra el triple

cómo traicionan

usté y los otros

los adulones

y los seniles

por eso digo

señor ministro

de qué se ríe

de qué se ríe

aquí en la calle

sus guardias matan

y los que mueren

son gente humilde

y los que quedan

llorando de rabia

seguro piensan

en el desquite

allá en la celda

sus hombres hacen

sufrir al hombre

y eso no sirve

después de todo

usté es el palo

mayor de un barco

que se va a pique

seré curioso

señor ministro

de qué se ríe

de qué se ríe.

12. Hombre que mira su país desde el exilio

País verde y herido

comarquita de veras

patria pobre

país ronco y vacío

tumba muchacha

sangre sobre sangre

país lejos y cerca

ocasión del verdugo

los mejores al cepo

país violín en bolsa

o silencio hospital

o pobre artigas

país estremecido

puño y letra

calabozo y praderas

país ya te armarás

pedazo por pedazo

pueblo mi pueblo

13. Viceversa

Tengo miedo de verte

necesidad de verte

esperanza de verte

desazones de verte

tengo ganas de hallarte

preocupación de hallarte

certidumbre de hallarte

pobres dudas de hallarte

tengo urgencia de oírte

alegría de oírte

buena suerte de oírte

y temores de oírte

o sea

resumiendo

estoy jodido

y radiante

quizá más lo primero

que lo segundo

y también

viceversa.

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