No hay "imperiofobia" para Arturo Pérez-Reverte, sino todo lo contrario: "imperioapología". Eso es lo que opina el escritor de la obra de María Elvira Roca Barea, uno de los fenómenos editoriales de las últimas fechas y gran némesis de la leyenda negra. Según el creador de personajes como el capìtán Alatriste o Lorenzo Falcó, los libros de la profesora malagueña, centrados en resaltar las luces de la historia de España contra los efectos de la propaganda de sus enemigos, son "exculpatorios" y constituyen un "relato reaccionario, ajeno a la ética y a la historia real".

En una columna de opinión publicada este domingo en el XL Semanal, Pérez-Reverte califica Fracasología, el último ensayo de Roca Barea en el que trata la asunción de los tópicos hispanófobos por las élites de nuestro país, de "furibundo ataque contra la Enciclopedia y la Ilustración española del XVIII". Y de paso le devuelve el golpe por la mención "poco simpática" que la autora de Imperiofobia le dedicó a las novelas de Alatriste en su bestseller, calificando al personaje de antipatriótico por criticar a la Inquisición.

El también académico de la RAE le reprocha a la doctora en Literatura Medieval que, en su "caprichosa y desordenada obra, donde mezcla hechos irrefutables con turbios escamoteos y desvergonzados autoelogios", descalifique a los intelectuales españoles, se olvide que que la Iglesia "nos mantuvo analfabetos y atrasados durante siglos", atribuya la decadencia a "conspiraciones francesas, inglesas y protestantes" o llame "catetos" a los afrancesados.

"Si Imperiofobia y Fracasología no fuesen monumento sincero al antieuropeísmo y la vanidad sin complejos de la autora (...), podrían atribuirse a mala fe", escribe Reverte, que asegura que la lectura de Roca Barea, fijándose en las fuentes documentales que utiliza, produce "vergüenza ajena: ninguna culpa tienen el gobernante corrupto ni el vulgo analfabeto". Y añade que "el Estado español nunca fue capaz de oponer un relato alternativo al de sus enemigos, pero no por causa de éstos, sino por incompetencia y dejación propias".

El autor de Sidi no se olvida que los argumentos de Roca Barea han sido aplaudidos por lectores respetables, pero cree que han calado especialmente dentro de "una derecha política necesitada de vitaminas para su anemia intelectual".

Carta a favor

La polémica en torno a la obra de Roca Barea -que viene de largo, sobre todo desde la publicación el pasado mayo del contralibro de José Luis Villacañas- se vio avivada la semana pasada con un artículo publicado en El País que trataba de desmontar Imperiofobia por contener una serie de imprecisiones, citas tergiversadas o referencias incorrectas.

Periodistas y escritores como Arcadi Espada, Pedro Insua, Jorge Ferrer, Cristian Campos, Jorge Bustos, Mikel Arteta, Rebeca Argudo, Julio Valdeón o Jesús Nieto Jurado han redactado una carta al Defensor del Lector del citado periódico en la que manifiestan su "indignación" por el planteamiento del texto y califican de "insólito someter a una criba semejante a un ensayo histórico".

"Pretender desmontar una tesis tan sólidamente construida como la del libro de Roca Barea con 14 matizaciones aisladas, cuya relevancia, además, es muy exagerada por la autora del reportaje, parece más un ataque al hombre (en este caso a la mujer) que un verdadero debate sobre la historia", señalan los firmantes. Y también creen que, de realizarse dichas correcciones, "apenas supondrían más que leves rasguños en el muy sólido edificio argumental que Elvira Roca Barea ha construido con su obra".

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