El pasado martes, 16 de diciembre, la actriz y presentadora Ana García Obregón (70 años) estaba en su casa de Madrid, acicalándose para ir a colaborar en el espacio Y ahora Sonsoles cuando alguien la llamó y la puso en alerta: era protagonista de una noticia en The New York Times.
No se lo podía creer, se quedó "flipada", según sus propias palabras. El reportaje de marras informaba que la actriz y Jeffrey Epstein se conocieron en Nueva York y, siempre según este medio, la familia García Obregón contribuyó al crecimiento de la fortuna del empresario.
De acuerdo a estos datos, el padre de la presentadora, Antonio García Fernández, contrató a Epstein en la década de los 80 para recuperar sus inversiones en una firma de corretaje en quiebra. El artículo, además, pone el foco en la relación que mantenían por aquel entonces Ana y Jeffrey.
Ana Obregón, en una fotografía reciente.
Tanto en su libro, publicado en 2012, como en sus declaraciones actuales, Ana desmiente que entre ellos existiera una relación amorosa. Nada que ver. Según la también bióloga, Jeff -como lo llama ella en su obra, Así soy yo- fue protector y cuidadoso con ella en aquellos años.
Epstein y Ana se conocieron en Nueva York, en 1981, cuando ella se trasladó a vivir allí para estudiar Arte Dramático.
Epstein le abrió las puertas de la ciudad y la hizo sentir menos sola. Fue un amigo; solo eso, pues sostiene Obregón avaba de terminar con Miguel Bosé (69) y no tenía ánimos para emprender nuevas ilusiones.
Cierto es, según narra hoy Ana, que Epstein se insinuó y ella le frenó. Además de desmentir un presunto affaire con el pedófilo y amigo del expríncipe Andrés (65), Ana también deja claro que ninguna empresa de su familia estuvo en quiebra.
Ana Obregón junto a sus padres. Antonio y Ana María.
Eso sí, no desmiente que Jeffrey se viera involucrado en alguna gestión con los García Obregón. Defiende Ana hoy que aquella relación con Epstein aconteció cuando todavía nada se sabía de los escándalos en los que se vio envuelto el pedófilo.
Entonces, jamás pudo imaginar Obregón que el hombre que ella creía su amigo, alguien bondadoso, pudiera convertirse en el ser "repugnante" que acabó siendo. EL ESPAÑOL ha podido conocer ahora importantes y reveladores detalles de cómo fue aquella amistad entre ambos.
Ana y Jeff viajaron a España, a Madrid, "sobre el año 84". Como amigos. Jeffrey quería conocer España. Su viaje duró cerca de una semana. Siempre según se confía desde una fuente de total solvencia, el magnate quedó "enamorado".
No sólo de la ciudad de Madrid, sino de la exclusiva urbanización La Moraleja, donde vivía -y vive- Ana García Obregón y, entonces, toda su familia. Como relata hoy la actriz, Obregón presentó a Epstein a sus padres y hermanos. "Era encantador y muy amable", se destaca.
Jeffrey Epstein y Donald Trump en una de las imágenes en las que posan juntos.
Tan encantado quedó con Madrid que incluso llegó a verbalizar que le encantaría vivir un tiempo en la capital e invertir en ladrillo. Al fin de este viaje, los amigos Obregón y Epstein siguieron viéndose en Estados Unidos en los años venideros y él fue un apoyo capital para la actriz.
La vida, inevitablemente, los separó y fue años más tarde cuando se destapó que Jeffrey lideraba una red de explotación sexual de menores.
Y Ana regresó a casa. Ahí, en ese tiempo, ya el contacto se perdió por completo. Hasta años más tarde, cuando Ana lo contactó para manifestarle su decepción al destaparte sus abominables actos. Nada quedaba ya de aquella amistad tan bonita que se trenzó en EEUU.
Aquellos años en La Gran Manzana los recrea Ana García Obregón en su libro autobiográfico Así soy yo, publicado en 2012. En esas páginas, Ana plasma cómo conoció al magnate.
"Mi amigo Leonardo me lo presentó una noche que consiguió sacarme de casa arrastrándome de los pelos. A Jeffrey le acababan de elegir en Estados Unidos el soltero de oro", relata la guionista de Ana y los 7.
Jeffrey Epstein
Cuando conoció a Epstein, Ana acababa de terminar con Miguel. Un hecho sobre el que se abre en canal en Así soy yo.
"Volvió a ocurrirme lo que ha sido costumbre a lo largo de mi vida, algo que en su día bauticé como la regla del imán con los hombres.O no hay ninguno, o aparecen de tres en tres", subraya Ana, recordando su historia de amor con el cantante.
"Sólo había salido con él en la fiesta en homenaje a Elizabeth Taylor, pero sus ojos delataban que era el hombre más educado y generoso de toda la ciudad", cuenta Ana de Epstein cuando tuvo que dar su contacto al ingresar en un hospital de urgencia.
Hoy, Ana remarca que le sintió un profundo cariño, pero que no tuvo una relación sentimental con él. No quería nada de Jeffrey Epstein, solo su amistad.
