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Cuatro años se han cumplido desde que un grande del tenis se despidió para siempre. Fue el 11 de diciembre de 2021, un frío sábado, cuando se hizo pública la muerte del legendario tenista Manolo Santana, a los 83 años de edad a causa de un paro cardíaco.

La gran leyenda decía adiós en su querida Marbella, y arropado por su última mujer, Claudia Rodríguez. La persona que estuvo a su lado, incondicionalmente, en el ecuador de su vida, y lo cuidó y atendió.

En sus últimos años la salud del deportista fue delicada y renqueante, como se pudo comprobar en su última salida pública, en septiembre de 2021, en Marbella, durante la celebración de la Mutua Madrid Open.

Claudia Rodríguez junto a Manolo Santana en una instantánea tomada en Marbella, en 2019. Gtres

Su movilidad se había visto reducida considerablemente. Santana dejó un legado afectivo compuesto de cinco hijos y una viuda, Claudia. Hoy, cuatro años después de su partida, la guerra familiar por la herencia del tenista sigue enconada entre su viuda y sus vástagos.

Y su legado, en entredicho. En este punto, mención aparte se merecen las quejas y fuertes críticas que sigue recibiendo, por parte de los usuarios, el club de tenis que en otra época fue clave en la sociedad marbellí, Racquets Club. Sobre este centro se han emitido varias opiniones.

Y no precisamente favorables. Algunas fuentes han sostenido que el Racquets Club -el club de tenis que Santana levantó con gran esfuerzo y tesón y fue su joya de la corona- vive un momento de gran dejadez en sus instalaciones y varios socios se han dado de baja en el último tiempo.

A esto se añade que la concesión del Racquets Club de Marbella es válida hasta el mes de mayo de 2026 -entonces, caduca el tiempo que se le concedió a Santana para explotar las instalaciones-, hay quien especula con la posibilidad de que Claudia quiera deshacerse de las instalaciones.

A partir de ese momento -mayo de 2026-, el Ayuntamiento está obligado a sacar a concurso público la gestión del complejo, lo que abre la puerta a nuevos adjudicatarios.

Manolo Santana y Claudia Rodríguez, en un evento en 2018. Gtres

Esto es, podría recaer la titularidad de este terreno en fondos, cadenas deportivas o incluso sobre figuras del tenis como Djokovic (38) o Rafa Nadal (39), que han mostrado interés, según la prensa.

Cuenta hoy a EL ESPAÑOL alguien próximo a Claudia que ésta no ha hecho público a su entorno la decisión que ha tomado con respecto al terreno que acoge el club de tenis; si luchará por conservarlo o si terminará cediéndolo a terceros.

"Nadie sabe lo que -Claudia- lleva luchado. No es fácil", apunta el informante sobre el arduo papel de la viuda de Santana en estos cuatro años. De ceder el club, "lo dejará en las mejores manos. Sabe lo importante que era para él".

Se detalla a este medio que Claudia Rodríguez trata de continuar con su vida con el apoyo férreo de su hijo, Christian Tuaty. La felicidad, pese a todo, parece que ha vuelto a su vida. Ella ni hace caso a las polémicas por la herencia, ni presta atención a los escándalos que sacuden al club.

Una persona que la frecuenta deslizó hace un año a este periódico que Claudia es "una mujer muy atareada" y que no "ocupa su vida en guerras absurdas y habladurías".

Frente a esta postura, cuatro de los cinco hijos de Manolo continúan en pie de guerra y no cejarán en su empeño por conseguir lo que entienden que les pertenece con respecto a la herencia de su malogrado padre.

El tenista junto a su viuda y el hijo de ésta en una instantánea captada en 2018. Gtres

Hace un tiempo, este medio informó de que la mayoría de los vástagos de Santana solicitaron judicialmente dos propiedades que éste tenía a su nombre antes de morir, en Madrid, en el barrio de Chamberí. En concreto, un aparcamiento y una plaza de garaje.

Este medio intentó entonces averiguar la identidad de esos cuatro hijos, pero tan sólo pudo conocer un detalle: "A día de hoy, Claudia sólo tiene relación, y buena, con Bárbara".

En otro orden de cosas, lo que se desmiente de pleno desde el entorno profesional de Santana es que éste quisiera desheredar a sus hijos o iniciara algún trámite para ello. Cada uno de sus descendientes recibió su correspondiente legítima, como marca la ley.

Nunca se planteó otra cosa Manolo, y su viuda respetó su última voluntad. Bien es cierto que la viuda de Manolo Santana obtuvo una posición bastante favorable tras su deceso.

De entrada, ella es administradora única del club de tenis que fundó Manolo en Marbella y regentó hasta su muerte, radicado en la loma de la montaña del camino de Istan.

Manolo y Claudia, en agosto de 2017. Gtres

Esta sociedad fue constituida en 2010 y, con un año más sólo de antigüedad, Claudia Inés Rodríguez Valencia, ya figuraba como administradora única. En ese staff también figura el hijo de la colombina, Christian Tuaty Rodríguez, como apoderado.

La última esposa de Manolo Santana apenas si acude a actos públicos, y tan sólo lo hace cuando éstos tienen que ver con algún homenaje que se realiza a la figura de Santana.

Claudia siempre fue una mujer discreta y con un núcleo de amistades muy cerrado y selecto. Así continúa siendo a día a hoy; muy pocas personas conocen cómo se siente en realidad Claudia Rodríguez. A ella le cuesta abrirse y sólo se confiesa con pocas y buenas y discretas amigas.

"Con ella han sido muy injustos. Se le fue el hombre de su vida y hay amistades que han decidido mirar para otro lado", añadió otra fuente, hace unos meses, a este medio.

Claudia tiene en su único hijo, Christian Tuaty, a su gran apoyo y, sobre todo, un aliado en los negocios: "El negocio lo llevan, mano a mano. Él no ha soltado la mano de su madre nunca, ni en los peores momentos. También lo pasó mal con la muerte de Manolo".