Decisión histórica la que se ha tomado este pasado miércoles, 19 de noviembre, desde la cúpula de Mediaset España: prescindir de uno de sus rostros más emblemáticos, de un contertulio ligado a la cadena durante las últimas décadas: el conde italiano Alessandro Lequio (65 años).
Así, el que fue pareja de Ana García Obregón (70), y padre de su malogrado hijo, Álex Lequio, ha visto cómo, de forma fulminante, se ha determinado su adiós de la cadena. Sin contemplaciones. Jaque mate: ya no podrá colaborar en ningún programa de Telecinco.
Todo un punto de inflexión en la televisión y en la percepción pública sobre la tolerancia institucional hacia la violencia de género. El detonante han sido las graves acusaciones de maltrato vertidas recientemente por su primer mujer, Antonia Dell'Atte (65).
Alessandro Lequio, en una instantánea de archivo.
Sabido es que la que fue musa de Armani lleva décadas alzando la voz contra los presuntos malos tratos que le dispensó Alessandro. La hemeroteca televisiva está plagada de intervenciones de Dell'Atte en las que, sin ambages, señalaba al conde.
No sólo esto, la exmodelo ha dicho y reiterado, en todos los altavoces que se le han brindado, que, durante años, desde que en 1991 se separara del conde, éste ha disfrutado de una suerte de impunidad en los medios. En concreto, en la cadena que lo tenía contratado: Mediaset.
La italiana en una footgrafía de archivo.
Ante los ataques públicos de Antonia, Lequio siempre ha actuado igual: silencio e indiferencia. No obstante, el pasado 11 de octubre de 2025 supuso un claro antes y después en la vida de Alessandro, aún sin ser él consciente entonces del auténtico alcance.
Antonia concedió una demoledora y durísima entrevista en El País. Una interviú en la que narraba el infierno que, a su modo de ver, vivió junto a Lequio.
"La primera patada que me dio Lequio, estando embarazada, fue el inicio de mi gran pesadilla", fue una de sus declaraciones más impactantes. Y agregó: "Me dijo, tú ya no te llamas Antonia Dell'Atte, tú eres la condesa Lequio. Le dije que no, y ahí llegó la primera agresión física".
Aquellas aciagas declaraciones zarandearon los medios de comunicación con especial intensidad. El eco llegó a Mediaset y, por primera vez, no se miró hacia otro lado y Alessandro, aunque parco, sí abordó la cuestión.
"He derivado las afirmaciones de Antonia Dell'Atte a mi abogado para el tratamiento legal correspondiente. Ya está todo dicho. Lo demás, que lo resuelva quien deba", manifestó Alessandro. Nada más se dijo ni se rebatió. Parecía que todo había quedado ahí. Pero no.
Mediaset ha movido ficha y lo ha despedido con cajas destempladas. En las últimas horas a Mediaset ha llegado un documento clave, un auto que desestima una querella que interpuso el aristócrata contra su antigua pareja en 2004, por llamarle públicamente "maltratador".
En el auto, emitido por el juzgado número 35 de Madrid en julio de 2004, la magistrada se acoge a la figura jurídica del exceptio veritatis. Esto es, se entendía que Antonia había aportado suficientes pruebas para demostrar que no mentía en sus acusaciones a Alessandro.
Este documento no es una sentencia condenatoria por malos tratos, pero para Mediaset también ha sido suficiente para prescindir del aristócrata.
Las acusaciones de Antonia
En la citada y última entrevista de Antonia Dell'Atte, ésa que cambió el destino de Lequio para siempre, vertió una serie de acusaciones que EL ESPAÑOL ha tratado resumir:
1. "La primera patada que me dio Lequio, estando embarazada, fue a la vuelta de la luna de miel".
2. "Siempre he dicho la verdad. Preparé mi defensa con Cristina Almeida y la Justicia falló que no mentía cuando lo llamaba maltratador. Nunca he mentido, pero sin cartas y pruebas, el verdugo se puede convertir en víctima".
3. "Me dijo, tú ya no te llamas Antonia Dell'Atte, tú eres la condesa Lequio. Le dije que no, y ahí llegó la primera agresión física".
4. "Muchos periodistas, durante décadas, han sabido la verdad y han callado. Se sentaban a su lado en plató y la industria prefirió silenciar todo por miedo a demandas o porque el machismo era el lenguaje general".
5. "La prensa fue mi segundo calvario, después de la violencia. Me llamaban despechada, loca, mala madre. Tenía que proteger a mi hijo y me vi sola en España, sin apoyo".
6. "Durante décadas han querido taparme la boca, pero la verdad, al final, sale a la luz. Espero que esto sea un precedente para otras mujeres".
Antonia, sentada en el plató de 'Salsa Rosa', contando su infierno con Alessandro Lequio.
7. "Todas las mujeres con las que estuvo fueron víctimas y cómplices. Los programas y los periodistas que callaron también lo son".
8. " El señor Lequio debería reconocer lo que me hizo, pedir disculpas, retirarse y curarse de su agresividad. Y el Ministerio de Igualdad tiene que intervenir en estos programas".
9. "Me decía que iba a destruir mi nariz para que no fuera guapa. Nos fuimos a vivir a Turín con su familia y yo no podía contactar con la mía ni con mis amigas".
10. "Me obligó a dejar de trabajar y estaba encerrada en casa. Se iba al trabajo, volvía y me decía 'te controlo, hoy has ido con el niño y he visto que mirabas a otros hombres'".
Las tres cartas de Alessandro
No sólo se apoya Antonia Dell'Atte en lo que vivió intramuros con el conde, ni en las manifestaciones públicas que ha vertido en la prensa a lo largo de estos 35 años: también ha hecho públicas cartas manuscritas que el conde le enviaba, a modo de disculpa. Un material que no dejaría lugar a dudas.
Estas misivas están escritas entre el final del embarazo y el nacimiento de su hijo, Clemente, ha explicado la modelo. En ellas pueden leerse fragmentos como: "Mis reacciones tienen que interpretarse como reacciones de una persona locamente enamorada que quiere que nada ni nadie estropee nuestro mundo o nuestra vida".
"Prometo mejorar, seguro que lo que ha sucedido no volverá a ocurrir. (...) Es importante para mí saber que no te pienses que eres una prisionera en tu casa. Eres libre de hacer y decir lo que quieras, una vez más, perdóname. Tuyo para toda la vida, Dado", se puede leer en la primera carta.
En la segunda, se expone: "Antonia, me he vuelto a equivocar, me he dejado llevar por los nervios, te aseguro que no era mi intención y nunca lo será hacerte daño a ti o a nuestro hijo… Quisiera que olvides lo que ocurrió ayer noche. Quisiera que lo sucedido no deje huellas ni en tu cabeza ni sobre todo en tu corazón. (...) Soy nervioso y algunas veces reacciono del peor modo posible (...)".
La última, la tercera, dice así: "Quisiera que no hubiera ocurrido nunca más, que nuestra relación fuera virgen y no plagada de bofetadas y amenazas. Sin embargo ha vuelto a suceder, en mi cabeza vuelven a mi memoria todas las promesas, juramentos pactados entre nosotros. Es todo válido, nada ha cambiado si no es el hecho de que te he vuelto a pegar (...). ¿Quieres volver empezar?".
