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El pasado viernes, 14 de noviembre, el mundo del espectáculo recibía una de las noticias más duras, por inesperada: el fallecimiento de la artista Encarnita Polo, a los 86 años. Un deceso, acontecido en Ávila, del que, a los pocos minutos, se conocían detalles trágicos e impensables.

Polo, que llevaba ingresada en una residencia de ancianos de la localidad desde el pasado mes de febrero, fue asesinada -en concreto, estrangulada- por otro paciente, varón, de 66 años, que, según lo contado, había ingresado tan sólo días antes del fatal desenlace.

Este hombre, internado también en el módulo de demencia -como informó el espacio Fiesta-, ha asegurado que no recordaba nada y no sabía lo que había hecho. Sea como fuere, se trata de un mazazo mayúsculo, sobre todo para la única hija de la artista, Raquel Waitzman.

íntimo último adiós a Encarnita Polo, en Ávila. Europa Press

Huelga recordar que Raquel es la única hija de la intérprete de Paco, Paco, Paco, fruto del matrimonio de ésta con el compositor argentino Adolfo Waitzman, con quien se casó en 1969. Raquel siempre ha estado muy unida a su madre. También en su último tramo de vida.

De hecho, Encarnita se trasladó a vivir a Ávila, desde Madrid, para estar más cerca de su hija. Lo hizo por decisión propia, explica a EL ESPAÑOL una fuente de total solvencia. Quiso estar más próxima a la familia. Sobre todo, desde que se convirtió en abuela.

Cuenta quien lo sabe que Encarnita sólo tenía una preocupación en vida: el bienestar de su hija. Quedó muy contenta cuando Raquel se formó como periodista -también como abogada-y contrajo matrimonio con un hombre del que no han trascendido detalles públicos.

Desde que Encarnita se mudó a Ávila su hija se encargó de cuidarla y la mantuvo alejada del ruido mediático; quiso protegerla en una etapa de la vida, quizás, más vulnerable. Tal era el hermetismo que se instaló en la vida de la artista que no se sabía que vivía en una residencia.

Encarnita junto a su hija, Raquel, en un acto público. Gtres

Raquel ha sabido compaginar su carrera profesional con su papel de hija y apoyo fundamental en los últimos años de la artista, quien residió en la ciudad castellanoleonesa hasta su fallecimiento. Ha escrito dos libros, es una apasionada de las series y colabora en programas de radio. 

En el plano personal, Raquel está casada y es madre de un joven veinteañero, lo que le ha permitido construir un entorno familiar sólido y alejado de la exposición pública. Contadísimas son las ocasiones en que la hija posó junto a su madre a nivel público.

Quien la conoce dice de Raquel que nunca le interesó la proyección pública, aunque, como es natural, ha sido la mayor seguidora de su progenitora. En los últimos años de Encarnita, su hija procuró asesorarla a nivel profesional.

EL ESPAÑOL puede asegurar que Raquel, como es natural, está "rota". En otro orden de cosas, este periódico ha investigado el patrimonio empresarial de Raquel Waitzman.

Tal y como arroja el portal Investiga Pro, amén de una sociedad que ya está disuelta, Polo hija figura al frente de la empresa Brain Ward S.L., que fue constituida en 1998. Raquel es Administradora Solidaria de la entidad, junto a dos personas más.

El objeto social es la "explotación de bares, cafeterías, pubs, restaurantes y en general los negocios relacionados con la hostelería. También la realización de diseño publicitario y artes gráficas y otros servicios relacionados con la publicidad".

Las críticas a Raquel

Madre e hija, en una imagen de archivo. Gtres

En las últimas horas, la hija de Encarnita Polo ha sido objeto de duras críticas por parte del vidente Rappel (80) tras la trágica muerte de la cantante en una residencia de mayores en Ávila.

El amigo de la artista ha cuestionado abiertamente la gestión que su hija hizo de los últimos años de vida de Polo, asegurando que nunca debió ingresar a su madre en un centro, ya que, según él, estaba “estupendamente bien” para vivir en su casa y mantener su vida activa y coqueta.

Rappel, en una imagen de archivo.

Las declaraciones de Rappel han sido especialmente contundentes en relación al último adiós de la artista. El vidente lamentó que Encarnita Polo muriera "sola, como un perro" en la residencia, y acusa a Raquel de haberla "abandonado" allí tras vender propiedades y objetos personales de la cantante.

Además de criticar la gestión de los últimos años, Rappel también ha cuestionado la organización del funeral, al que han asistido pocos amigos de la artista, describiéndolo como un acto íntimo y con escasa representación del círculo cercano de Polo.

Para el vidente, la hija de la cantante "sobraba en el funeral" y no estuvo a la altura de lo que merecía una figura tan relevante en la música española.

Estas acusaciones han colocado a Raquel Waitzman en el centro de la polémica mediática, obligándola a enfrentar comentarios que ponen en duda su papel como hija y responsable del cuidado de su madre.