Publicada
Actualizada

En la tarde de este pasado 11 de noviembre, al filo de las 18:30 horas, se ha celebrado en el centro de Madrid la III edición de los Premios Dona2, organizados por la Fundación Kike Osborne. Al frente de esta ceremonia, como cada año, ha estado Fabiola Martínez (52 años).

La venezolana ha capitaneado la gala y ha estado arropada por grandes amigos y familiares. Entre ellos, la infanta Elena (61), Tamara Gorro (38) o Miguel Ángel Muñoz (42), entre otros. Amén de sus propios hijos, la empresaria ha contado con el apoyo de las hijas mayores de Bertín.

Así, Alejandra (46), Eugenia (39) y Claudia Osborne (36) han posado en el photocall junto a la exmujer de su padre, a la que siempre han manifestado sentirse muy unidas. EL ESPAÑOL ha estado presente en el acto.

Fabiola Martínez junto a sus dos hijos y las tres hijas de Bertín Osborne Gtres

La marcada ausencia del propio Bertín Osborne (71) ha sido de lo más comentado en el transcurso de la llegada de los invitados. Como siempre, Fabiola ha dado un paso al frente y ha explicado a la prensa que el intérprete estaba "grabando en Sevilla".

Que por incompatibilidad de agenda no había podido estar presente. No obstante, al término del photocall, cuando ya los profesionales gráficos estaban abandonando el recinto, Osborne ha dado la sorpresa y ha llegado de la mano de Ana Cristina Portillo (31), la hija de la malograda Sandra Domecq.

Noche muy especial. Cuesta mucho levantar estos premios y crear una nueva edición.

Sí. Más que costar mucho, es verdad que tiene mucho trabajo. Nos gusta hacer las cosas bien. Contamos con gente maravillosa, que nos ayuda a que vaya todo como tiene que ir, en orden. Que vayamos mejorando y subiendo el listón cada vez más.

Mi sueño es convertir estos premios en los Oscar de los creadores de contenido. A veces da un poco de vergüenza soñar en grande.

Es necesario soñar... ¿Qué crees que hace falta aún?

Dar más visibilidad, porque este premio tiene que ser un premio aspiracional. Hay muchos creadores de contenido que se quedan en la parte superficial. Quiero hacer un contenido que aporte a la sociedad, y que ayude.

Bertín Osborne junto a su hijo Carlos, sus tres hijas y Ana Cristina Portillo. Gtres

¿De qué premio se siente más orgullosa esta noche?

Todos los premios tienen que ver con una condición del ser humano; la generosidad, la empatía... No puede haber uno mejor que otro. Son todos maravillosos. Y todos los que hemos premiado representan esa categoría.

Sí es verdad que hay una mención especial, que es familia, que es la que más representa a la fundación, porque es para los que trabajamos: para las familias. El amor de la familia, la unión, la resiliencia, el superarte... esos son valores de la fundación.

¿Es Fabiola que la une a la familia? Aquí la vemos con las hijas de Bertín...

Bueno, somos todos unidos. Reunir a las niñas no ha sido fácil. Todos tenemos nuestras agendas...

Kike es consciente de lo que supone su nombre para la fundación. ¿Cómo lo vive él?

Lo vive sabiéndose protagonista de la historia. Eso para mí ya es muchísimo. Piensa que nosotros tuvimos un hijo que no iba a andar, que no nos iba a reconocer, que no iba a hacer tantas cosas... Y que hoy, con 18 años, se sienta protagonista con algo que hemos creado gracias a él, me sale el orgullo por los poros.

Fabiola Martínez, este pasado martes, en Madrid. Gtres

Y el apoyo de Carlos...

También. Él va haciendo el trabajo desde abajo. Carlos ha hecho mucho voluntariado en la fundación, en los talleres, cuando hemos hecho los mercadillos. Está muy implicado.

En el photocall se siente un poco incómodo...

No le gustáis mucho. Además, hemos tenido momentos muy complicados, el tener prensa en la puerta, que te vigilen... es incómodo. Y él tiene 16 años.

¿Qué retos como madre se le presentan ahora según Kike va creciendo? Es todo un hombre, pero la movilidad es complicada para él en el día a día, a la hora de bañarlo...

Yo tengo ayuda en casa. En ese sentido tampoco me puedo quejar mucho porque, afortunadamente, me lo puedo permitir, pero hay retos mayores, que no tienen que ver tanto con el cuidado. El deterioro físico es un hecho, y en personas que tienen discapacidad y van en silla de ruedas se nota aún más.

Hay que estar muy encima. Luego también está que es un adulto, pero piensa como un niño. Y la ley no hace distinciones.

Es muy complicado. Yo, por ejemplo, ahora para poder tener acceso a su informe médico, por la ley de protección de datos, hay un proceso legal que hay que hacer que no es sencillo. Se van acumulando retos que no te lo ponen fácil. La fundación está para eso, para que las familias se adelanten a todas esas cosas.

¿De dónde saca la fuerza Fabiola Martínez?

Yo creo que soy una hiperactiva no diagnosticada. Hoy, mientras me duchaba y maquillaba, he pensado en hacer un pódcast. Mi cabeza va muy rápido y necesito drenar todo eso. Eso se traduce en crear una marca, abrir una tienda...

¿Necesitas parar?

Claro, necesito parar, dormir, y necesito tiempo de cuidarme. Tengo mis momentos para mí.

¿Tiempo para el amor?

Eso no me apetece nada.

Está aquí toda la familia apoyando, ¿le gustaría que el hijo de Bertín, el día de mañana, estuviera aquí también?

Es muy pequeño todavía. Tienen que pasar muchos años, aún no sabemos.