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Mario Vargas Llosa ha sido el último hombre en la vida de Isabel Preysler (74 años). El Nobel de Literatura, quien falleció el pasado 13 de abril, también es el protagonista del último capítulo de las memorias de la socialité, Mi verdadera historia, que ha visto la luz este miércoles, 22 de abril, solo seis meses después de la muerte del escritor

Desmentidos y cartas de amor. Así titula la reina de corazones el capítulo 16 de su autobiografía. Precisamente las misivas que le escribió en su día Mario Vargas Llosa es lo que destaca del final del libro.

Una auténtica sorpresa, pues la madre de Tamara Falcó (42) desnuda su intimidad y hace públicas, de forma íntegra, las cartas que Mario Vargas Llosa le envió. 

Isabel Preysler ha elegido ocho cartas. Cuatro de ellas las recibió al principio de su historia de amor y otras tres, corresponden a los últimos años de su relación.

La última es una carta que le escribió Preysler a Mario. Una despedida en toda regla, fechada el 12 de diciembre de 2022, solo 16 días antes de que trascendiera públicamente su ruptura.

1. Primera carta

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler en un acto en Bogotá. Año 2017. Gtres

La primera carta que Isabel Preysler expone en su libro, manuscrita por el malogrado Nobel de Literatura, está fechada el 21 de marzo de 2015. Su historia de amor acababa de hacerse pública. Mario le desea a Isabel un buen viaje, pues la filipina ha puesto rumbo a México. Vargas Llosa muestra una preocupación: la pérdida de contacto.

"Una de mis pesadillas desde hace algún tiempo, es precisamente esa: que quedemos desconectados y no sepa dónde y cómo encontrarte", se puede leer en la misiva. "Te echo mucho de menos y pienso todo el día en la felicidad que será volver a verte. Ojalá sea en Miami. Nunca imaginé que me harías tanta falta, que, en tan poco tiempo, te hubieras vuelto alguien tan imprescindible y querido en mi vida", añade.

"Creo que tu ausencia hace que este país me resulte ahora tan distante", apostilla Mario, arrobado de amor.

2. Segunda carta

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, en una imagen de archivo. Gtres

La segunda de las cartas, escrita en Lima el 11 de abril de 2015, recoge la tristeza sentida por Mario Vargas Llosa ante la ausencia de Isabel Preysler. Un texto escrito al inicio de su relación.

Así, el Nobel de Literatura recuerda con cariño momentos compartidos y destaca detalles físicos y gestos que llenan de admiración al malogrado autor.

"Amor mío, cada vez descubro en ti cosas bellas, delicadas, pequeños detalles que me llenan de admiración y de felicidad", reza el conmovedor texto.

3. Tercera carta

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa en el tenis en Madrid. Año 2019. Gtres

14 de abril de 2015. Mario Vargas Llosa le escribe desde Lima unas románticas palabras antes de marcharse a Madrid. Era su último amanecer en Perú antes de trasladarse definitivamente a la capital española, donde lo esperaba ella.

"Cuando vivamos juntos, te sorprenderé de tanto en tanto con una cartita de amor que descubrirás bajo tu almohada", promete. "Nunca he estado tan seguro sobre nada como lo estoy contigo", confiesa, convencido de que la felicidad puede escribirse al lado de la socialité: "Cerrando los ojos, te veo tan bella, tan delicada y tan querida".

En esas líneas finales, Vargas Llosa hace balance de algo que ni él mismo esperaba. "Qué revolución has causado en mi vida, amor mío. Cuando menos lo esperaba, ocurrió lo que ocurrió y fue como si empezara a vivir de nuevo. (...) Una historia tan bonita", concluye el escritor.

4. Cuarta carta

Imagen de la expareja en 2019. Gtres

La cuarta carta, fechada el 26 de mayo de 2015 y escrita en Londres, muestra a un Vargas Llosa eclipsado ante los encantos de Isabel Preysler: "Anoche estuviste, además de bella, tan cariñosa, que me quedé mucho rato pensando con enorme ternura y gratitud en todo lo que hiciste y me dijiste".

En sus líneas, el Nobel deja constancia de lo ilusionado que está ante el nuevo proyecto que tienen en común: "Empieza otra etapa de mi vida y de la tuya y tenemos que hacer todo lo posible para que esta sea una aventura extraordinaria". Asimismo, le promete: "Inventaré toda clase de cosas para tenerte divertida e ilusionada".

Visiblemente enamorado, el maestro de las letras define a Preysler como una mujer "bella entre las bellas, con esa risita medio burlona y pícara, y esa lucecita verde en el fondo de las pupilas". Como despedida, le recuerda cuánto la ama. E incluso añade una nota muy íntima: "Te quiero mucho y hoy te beso, en cámara lenta, en tus orejitas, en tus hombros, en las manos y en los pies".

5. Quinta carta

La expareja durante la boda de Álvaro Castillejo Preysler, sobrino de la 'socialité'. Gtres

Esta quizá sea la carta más romántica de Mario Vargas Llosa hacia Isabel, fechada el 18 de febrero de 2018, coincidiendo con el cumpleaños de la socialité. En ella el peruano expresa sus sentimientos más profundos hacia su amada como nunca antes.

"Te quiero mucho, cada día más, y, ahora, además del apasionamiento casi adolescente que sentí por ti desde la primera vez que te vi, allá en St. Louis, Missouri, mi amor es también más sereno y profundo, apoyado en una complicidad que ha ido surgiendo de los días y las horas compartidas, una complicidad profunda que es el mejor alimento cotidiano del amor", escribe el Nobel.

"Ya sé que vamos a vivir muchas aventuras más, y espero que sean tan intensas y felices como las de estos tres años maravillosos a tu lado", añadió.

6. Sexta carta

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, en uno de su últimos actos públicos. Gtres

Un año después, Mario le vuelve a escribir una carta a Isabel para decirle lo feliz que se siente a su lado y darle las gracias por todo lo que le ha dado.

"Parece mentira que hayan pasado ya cuatro años que estamos juntos. Se han pasado corriendo, cómo pasa el tiempo cuando uno es feliz. Y yo lo he sido y lo soy a tu lado, como no creo haberlo sido nunca antes", aseguró.

"No recuerdo un periodo comparable, en el que, gracias a tihe sentido que la vida tenía sentido, era bella, y valía la pena gozar de ella, y aprovecharla. Nunca antes he escrito con tanto entusiasmo, y sentido que todo, incluso las cosas más triviales, valían la pena y tenían un sentido", añade en dicho texto.

7. Séptima carta

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, en el año de la pandemia. Gtres

En esta misiva, fechada en febrero de 2021, Mario Vargas Llosa celebra los seis años de amor de la pareja, ya convertida en una de las más sólidas del panorama nacional. "Se ha pasado tan rápido que apenas me doy cuenta de todos los días, semanas y meses que lo componen", escribe el Nobel.

"Gracias a ti, he sido muy feliz, más, creo, que en el resto de la vida", incide acto seguido. En esa línea, Mario expone su felicidad por compartir techo y vida conyugal en la casa de la socialité, en Puerta de Hierro. "Ha sido mucho más fácil de lo que pensaba acostumbrarme a tu casa, a tu familia, y ha sido posible gracias a ti, a tu cariño, a tu delicadeza y a tu amor", expone. Unas palabras que dejan claro que, al menos hasta la fecha, el día a día de la dupla era sereno y feliz.

Para terminar, Mario hace mención a la pandemia de coronavirus, y reflexiona: "Llevamos ya un año de coronavirus y estamos vivos. ¿Tiene algo que ver el amor con esta supervivencia? Seguramente, sí. Te quiero mucho, te querré siempre, hasta el último día. Feliz cumpleaños, amor mío".

8. Octava carta

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, en el funeral de Plácido Arango. Gtres

La última carta la escribe Isabel Preysler. Es un texto de despedida en toda regla. Un adiós que viene firmado a fecha de 12 de diciembre de 2022, cuando la relación entre ellos parece extinta.

"Hemos perdido ilusión, complicidad, alegría y se ha hecho más difícil la comunicación entre nosotros", asegura la reina de corazones.

Una elocuente Isabel argumenta que, al no estar casados ni tener hijos "ni intereses en común que nos obligan a permanecer juntos", ya no existen motivos para continuar su historia de amor. "Cuando ya no estamos bien el uno con el otro, lo mejor es que demos por terminada esta relación ya tan cargada de costumbre y de rutina", recuerda.