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Era más truhan que señor. Y también un astuto abogado. José Emilio Rodríguez Menéndez, el polémico defensor de El Dioni o la dulce Neus, ha fallecido en Madrid a los 75 años.

Fue una de las figuras más controvertidas del panorama jurídico de nuestro país. Nunca fue un letrado convencional. Fabulador, estratégico, maestro del chantaje y con dotes de showman, logró atraer la atención de la prensa. Su discurso, tan tosco como directo, fue el anzuelo perfecto para llamar la atención de los medios.

No tenía reparo alguno en reconocer que carecía de escrúpulos. Se adjudicó a sí mismo el mote de "abogado del diablo". Una expresión que adoptó como lema y con el que promocionaba, incluso, sus servicios.

Rodríguez Menéndez, en un acto en Madrid, en 2014. GTRES

Un abogado "terrorífico"

Su vida fue intensa dentro y fuera de los juzgados y tribunales. Especializado en Derecho Penal, su trayectoria estuvo marcada por su personalidad, caricaturesca y amante del engaño, y los escándalos.

Su intervención en sonadas batallas judiciales hizo que ganara popularidad en la década de los 90, cuando se convirtió en un personaje mediático.

Llegó a estar en boca de todos por sus abyectas argucias como abogado y su capacidad de transformar cada caso en un espectáculo.

Entre sus causas más populares, fue el defensor de Antonio David Flores (50). Al malagueño lo ayudó y asesoró en su compleja y dura separación de Rocío Carrasco (48).

La hija de la cantante, por cierto, llegó a describirlo como un ser "terrorífico". "Era alguien que tenía atemorizadas a muchas personas con chantajes y vídeos personales. Era una persona que demostraba no tener ningún tipo de escrúpulos", relató en 2021.

Tan estrecha fue la colaboración con el que fuera yerno de Rocío Jurado que terminaron haciéndose íntimos amigos.

Lo cierto es que ya desde los años 80, el nombre de Rodríguez Menéndez estuvo asociado a casos difíciles. Estuvo al frente de procesos controvertidos como el de El Dioni (el guardia de seguridad que robó un furgón blindado con 298 millones de pesetas en 1989) y el de la dulce Neus (acusada del asesinato de su marido en 1981).

También defendió a policías implicados en la desaparición de Santiago Corella, más conocido como El Nani. Entre sus clientes habituales figuraban delincuentes difícilmente defendibles.

La periodista y colaboradora Mila Ximénez en una fotografía de 2019.

Un idilio con Mila Ximénez

Acostumbrado a lidiar con periodistas y aparecer en la pequeña pantalla, Rodríguez Menéndez no tardó en cogerle gusto a la notoriedad.

El gusanillo de la fama le provocaba auténtica fascinación, así que durante mucho tiempo se rodeó de personajes del papel couché para mantenerse en el candelero.

Así, pasó de salir en televisión por los casos que defendía a sus relaciones personales. La más famosa fue la que mantuvo con la periodista y tertuliana Mila Ximénez, una de las colaboradoras más incendiarias de Sálvame, fallecida en 2021.

El vínculo con la malagueña alimentó aún más su turbia leyenda. Fue un affaire breve, pero tan intenso que los hizo ser carne de noticia.

foto nuria bermudez

Su "montaje" con Nuria Bermúdez

Su relación sentimental más conocida fue con Nuria Bermúdez (45). Estuvieron juntos en 2000. Y, como entonces los dos perseguían lo mismo, pasearon su idilio por un sinfín de programas televisivos.

La realidad de su historia se supo tiempo después: nunca llegaron a ser pareja formal. Rodríguez Menéndez confesó en entrevistas que todo fue un "montaje" para obtener notoriedad y beneficios económicos;

Según él mismo confesaría, "jamás" mantuvo contacto íntimo con la mánager de futbolistas durante los dos meses que estuvieron juntos en la cresta mediática.

Lo suyo fue una amistad interesada. Ambos perseguían un único fin común: estar delante de una cámara. Y que se hablara de ellos. La fama por la fama.

Eso sí, la relación de Rodríguez Menéndez con los medios no siempre fue la de un simple invitado: él mismo se convirtió en generador de noticias, editor de publicaciones sensacionalistas y protagonista de portadas.

Por eso, además de abogado llegó a ser editor de prensa. Sus ganas de tener influencias en el llamado cuarto poder lo llevaron a ser propietario de revistas como Dígame y director de publicaciones como Ya y Hoy Madrid.

Emilio Rodríguez Menéndez.

Escándalos

Pero sus directrices al frente de cabeceras fueron tan poco ortodoxas como su modus operandi como profesional del Derecho. Por ello, la revista Dígame llegó a ser clausurada por violaciones al derecho a la intimidad.​

Amante de la provocación y el espectáculo, llevaba una larga temporada ajeno al interés mediático. Una de las noticias más recientes que se tuvo de él salió a la luz en 2023. Hace dos años, la Audiencia Provincial de Madrid lo condenó a un total de cuatro años de prisión por estafar a tres personas en un negocio de compraventa de petróleo.

Se le consideró culpable de los delitos de estafa agravada y de usurpación de funciones e intrusismo profesional. La sentencia recogía que debía indemnizar a las víctimas con cerca de 120.000 euros.

Antes de la sentencia de 2023, ya había sido condenado en otras dos ocasiones. La primera vez fue por un delito contra la intimidad, en 2002. La segunda, por un delito contra Hacienda, en 2005.

Rodríguez Menéndez, en una imagen de 2017. GTRES

Llevaba semanas ingresado

Llegó a ser prófugo de la justicia. Hace 20 años, tras decretarse su ingreso en prisión, huyó del país durante un permiso carcelario de cuatro días. Y no regresó a prisión.

Viajó con pasaporte falso y buscó refugio en Argentina, donde fue detenido dos meses después. Antes de que dieran con su paradero, pesaba sobre él una orden internacional de búsqueda y captura.

Se ha dicho de él que tenía una actitud intimidatoria en los juzgados. Que gesticulaba y teatralizaba sus intervenciones para convencer al público y generar tensión en la sala. O que cambiaba su versión de los hechos según conveniencia para influir en jueces, en la prensa o en los propios clientes.​

Es exactamente lo mismo que hizo durante sus años 'de gloria' como personaje del corazón.​ Con el mismo ímpetu se rodeó de celebridades que convirtieron su despacho en un hervidero de casos relacionados con el crimen organizado.

En los últimos años, Rodríguez Menéndez ya había desaparecido casi por completo del panorama social. Hacía tiempo que había dejado atrás los flashes de la prensa rosa, de la que le encantaba formar parte.

Rodríguez Menéndez ha muerto en el Hospital Central de la Cruz Roja, San José y Santa Adela, en Madrid. Llevaba semanas ingresado. Y muy alejado de las pompas del pasado. Las únicas que tocan ahora su puerta, a título póstumo, son las fúnebres.