El verano pasa para todos y también para Eugenia Osborne (38 años), que ha retomado su agenda profesional en Madrid este jueves, 11 de septiembre. Tras unos meses en los que se ha convertido en protagonista gracias a su relación con su novio, Miguel Barreiro, ha regresado a su vida laboral con un bronceado espectacular. Esta ha sido, además, su primera aparición pública tras la famosa portada de su padre, Bertín Osborne (70).
La modelo siempre ha sido muy discreta con su vida privada, aunque este verano se la ha podido ver en las revistas del corazón, convirtiéndose en una de las mujeres que no pasa desapercibida en la playa, posando en bañador junto a su pareja. EL ESPAÑOL ha mantenido una conversación con Eugenia en la que se ha sincerado, ha hablado de su verano y de su momento de felicidad junto al empresario gallego.
Bronceada y con una sonrisa que refleja la calma que le han dejado estos meses, Eugenia Osborne en una conversación con este medio, durante la Vogue Fashion Night Out, relata cómo han sido sus últimas semanas. "He pasado todo el verano en Galicia, y es lo que tiene", comenta divertida al comenzar la entrevista.
"He llegado hace nada. Este fin de semana he estado otra vez, o sea que… Cada vez voy a más sitios de playa, algo que nunca había hecho, porque a mí no me gusta la playa. Pero, claro, ahora estoy con un gallego al que lo único que le gusta es eso, pues nada, me toca ir", ha revelado tras descubrir que ha pasado la mayor parte del tiempo en la tierra de su pareja.
Su agenda estival no ha estado exenta de planes. "Estuve en Ibiza, que me lo pasé muy bien. Fui con amigas, me lo pasé súper bien. También he estado en Vejer de la Frontera, en Los Caños y, por supuesto, en Galicia", ha contado con entusiasmo. Sin embargo, admite que este verano no ha coincidido demasiado con su padre, Bertín Osborne: "No hemos coincidido en las fechas, entonces no hemos podido vernos, pero mañana ya me voy para allá", manifiesta.
Eugenia Osborne durante la Vogue Fashion Night Out.
Viajar parece haberse convertido en uno de sus mayores placeres. "La semana que viene también me voy de viaje, pero esta vez fuera de España. No paro si puedo, todo lo que sea conocer me encanta", ha afirmado, revelando que disfruta al máximo cada oportunidad de descubrir nuevos destinos y que siempre que puede, lo hace.
Esta ha sido su primera aparición pública tras la comentada portada de Bertín Osborne en la revista ¡HOLA!, una fotografía en la que el cantante posa con su último hijo, fruto de su relación con Gabriela Guillén (38). Una imagen que ha generado numerosas críticas y ha puesto en cuestión algunos comentarios recientes del intérprete de rancheras.
Sobre las últimas declaraciones de su padre, Eugenia ha preferido ser prudente: "Yo apoyo a mi padre, ya sabéis que lo voy a apoyar, y lo que él diga me parece bien. Bueno, no siempre, pero en este tema no entro, no es cosa mía".
Su faceta sentimental
La conversación ha continuado de una manera muy divertida y tanto es así que ha sido su faceta sentimental, la que la ha llevado a vivir con serenidad. "Estoy con un gallego de Pontevedra y estoy muy bien con él", ha reconocido, dejando escapar una sonrisa cómplice. En cuanto a los apodos cariñosos, lo tiene claro: "No soy de motes, nunca le llamo así; solo a mis hijos los llamo 'gordito' o 'gordita', pero al resto los llamo por su nombre. Él sí, me llama 'Babe', y me encanta".
Cuando se le pregunta qué le ha conquistado de su pareja, responde sin dudar: "Me hace reír mucho. A mí una buena carcajada me encanta. Eso lo cura todo en la vida. El sentido del humor es lo que te ayuda a afrontar cualquier problema, y es lo más importante".
Incluso en los detalles cotidianos, su relación fluye con naturalidad. Sobre el eterno debate del lado de la cama, bromea: "En mi casa sí tengo claro cuál es mi lado, porque ahí tengo mi mesita de noche, mis libros y mis cosas. Pero cuando vamos a un hotel, me da igual".
Entre viajes, confesiones y risas, Eugenia Osborne se muestra cercana y espontánea. En un momento de serenidad personal, disfruta tanto de su familia como de un romance que, a juzgar por sus palabras, le arranca sonrisas cada día.
