Mar Flores (56 años) ha decidido poner en orden su vida, contarla en primera persona y lo va a hacer en un libro de memorias, titulado Mar en Calma, que se publicará el próximo 10 de septiembre, en La Esfera de los Libros.
Sostiene Mar que ya es hora de que se conozca su verdadera historia, no la que algunos han ido contando a lo largo de las últimas décadas. Mar Flores ya no tiene miedo, que sí lo tuvo durante un período de tiempo, pero que eso se acabó.
Hoy, mira de frente a los pasajes de su vida y los encara y los defiende. En una reciente entrevista a Vanity Fair, con motivo de la publicación de su libro autobiográfico, la modelo y empresaria se sincera como nunca y realiza unas sorprendentes declaraciones.
Mar Flores, en un acto público.
En una suerte de charla con el periodista Juan Sanguino, Mar Flores repasa su existencia. Para entender a Mar, hay que partir de la base de que para ella lo más importante es la familia.
"Mis padres estaban orgullosísimos de sus hijas que salían en la tele… No nos esperábamos que después todo esto se te puede volver en contra". Hubo un tiempo, conviene puntualizar, que Mar fue una de las mujeres más perseguidas del país.
Y su exposición pública era máxima. Argumenta Mar que ahora está fuerte para afrontar este libro. Según Sanguino, "ha entendido que si ella misma cuenta cómo vivió aquellos escándalos ya nadie podrá hacerle sentir culpable por ellos".
"Yo ya estoy fuerte como para aceptar, entender y no tener miedo. ¿Por qué no contarlo yo misma? Necesitaba que mis hijos leyeran, escucharan y entendieran lo que ha pasado en mi vida, cosas que nunca me han preguntado y que yo nunca les he contado", explica en Vanity Fair.
Mar Flores, en la portada de la revista 'Vanity Fair'.
De todos los aspectos que relata Flores en esta entrevista, antesala de lo que será su libro, hay uno especialmente doloroso.
El día que se vio obligada a ingresar de urgencia en la UCI del Hospital La Paz horas después de la publicación de una portada de revista en la que salía con Alessandro Lequio (65). "Yo solo quería dormir. Sentía que no podía seguir causando tantísimo dolor a mi familia. No pude más".
Y agrega: "Creía que no merecía seguir viviendo. Quería dormir y dormir y despertar cuando todo esto hubiese pasado. Pero no calculé bien. No quería irme, tenía un hijo y era mis responsabilidad. Solo quería dormir...".
Cuenta más que al despertar estaban sus padres y sus hermanas. Todos, llorando. A la salida del hospital, a Mar le ofrecieron cheques en blanco para contar lo sucedido, pero prefirió hacerlo en una rueda de prensa.
Sobre esas fotografías con Alessandro, Mar desliza: "Yo salgo riéndome, estamos vestidos, estamos divertidos y da la casualidad de que parece que es una cama. Pues vale. (...) Ese era el poder que tenían los periodistas en esa época… No es la foto lo que a mí me hundió. A mí me hundió el texto".
En esos momentos, Mar estaba en felices relaciones con Cayetano Martínez de Irujo (62): "Si no hubiera salido esa portada... pues Cayetano y yo hubiéramos avanzado. Pero había dos personajes que me tenían mucha rabia y mucho odio y me la querían jugar".
"Es que es todo tan retorcido. Yo he escuchado la misma frase en boca de dos italianos: 'La vendetta è un piatto che va servito freddo'. Y yo, desde luego, me lo comí bien freddo", subraya Mar.
En otro punto de la entrevista, la madre de Carlo Costanzia (32) encara los episodios de maltrato que vivió: "Me encantaría que el juez que decidió que a mí no me estaban maltratando leyera esta entrevista".
"Yo llevé testigos de la calle de una paliza que me pegaron en la calle y el juez dijo que eso no me lo podía haber hecho nadie, que eso lo habrían fotografiado y hubiera salido en las revistas...", cuenta, cargada de dolor.
Cambiando de tercio, tampoco fue fácil para Mar verse en una portada con Fernando Fernández Tapias y todo lo que vino después a nivel mediático: "Ahora me río, en su momento me cabreó muchísimo y supongo que lloraría".
Mar Flores, posando para los fotógrafos en un evento.
"Yo fui a casa de una amiga a tomar un café con Fernando. Cada uno llegó en su coche y se fue en su coche. Pero cuando yo veo la revista no veo eso. Lo que veo es que dicen que Fernando me ha regalado un coche, que el coche se lo he sacado yo como novia de él con mis malas artes", cuenta.
Y apostilla: "Ahí es donde efectivamente te das cuenta del poder de una foto, porque teniendo la foto ponías el titular que quisieras".
Mar y la custodia
Si hay algo que molesta a Mar, por aquello de que es injusto a su modo de ver, es que le cuelguen el cartel de mantenida.
"Yo he ganado dinero porque llevo muchos años trabajando… Mi primer coche me lo compré yo; mi primer abrigo de visón me lo compré yo; mi primera joya, que la tiene ahora Alejandra Rubio (25) porque que se la he regalado, me la compré yo", relata, orgullosa.
"Mi primera casa me la compré yo; mi segunda casa me la compré yo; mi tercera casa me la compré yo; mi primer negocio grande lo hice yo... Y mis hijos los he hecho yo. Entonces, las cosas más importantes de mi vida las he hecho yo", abunda.
Y hablando de hijos, Flores cuenta en Vanity Fair lo durísimo que fue batallar por la custodia de su hijo Carlo: "Cuando fui a la guardería en Italia a por mi hijo, a la directora le habían dicho que yo había perdido la custodia por ser una mala madre, una drogadicta, una prostituta, que salía en películas porno y que trabajaba en las televisiones en pelotas... Y esa mujer hizo lo que tenía que hacer: proteger al niño y no dármelo".
Su papel como abuela
Mar Flores, en un evento.
Hoy, María del Mar Flores Caballero -su nombre real- reflexiona esto sobre la toxicidad en las relaciones: "La faena para mí es que yo di con dos personas realmente vengativas, crueles, machistas y creo que no estaban en la dirección adecuada de ser buenas personas".
"La vida te puede ir muy bien si das con las personas adecuadas y puedes ser la persona más discreta del mundo. La más feliz. O te puede ir muy mal si das con una o con dos que te joden la vida", remacha su razonamiento.
La vida actual de Mar Flores, pese a todas aquellas vicisitudes por las que ha tenido que transitar, es feliz y serena, y todo lo llena su papel de abuela. Dice Mar que esta circunstancia la ha acercado a su hijo, con el que ha vivido etapas de distanciamiento.
"El nacimiento de mi nieto ha sido un cordón umbilical que nos ha vuelto a unir... hemos perdido mucho tiempo. Carlo y yo hemos perdido mucho tiempo, él tenía muchas informaciones contrarias en su cabeza".
