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Kiko Rivera (41 años) ha vuelto a pronunciarse a través de un post en su red social Instagram, horas después de confirmar su separación matrimonial de Irene Rosales (34). Rivera ha dado un paso al frente para zanjar distintas especulaciones que han surgido en las últimas horas.

Hay quien ha apuntado en los platós de televisión que tras este quiebre amoroso el hijo de Isabel Pantoja (69) volverá a llevar el mismo tipo de vida de antes, marcado por los escándalos, los presuntos romances fuera del matrimonio y los malos hábitos.

Contundente, Kiko ha asegurado: "Quiero daros las gracias de corazón por todos los mensajes tan bonitos que me estáis enviando en un momento tan complicado para mí. Es verdad que siempre aparece algún comentario negativo, pero al final cada uno refleja lo que lleva dentro".

"Sé que muchos aún dudan de mí y creen que volveré a ser el Kiko de hace 10 años. Pero os aseguro que esa etapa quedó atrás. Ese Kiko ya no existe. No tengo que demostrarle nada a nadie", ha añadido el hermano de Isa Pantoja (29).

"Hoy soy una persona libre, más fuerte y con la mente preparada para empezar una nueva vida. Y lo mejor es que quiero que forméis parte de ella: todos los que me seguís y me apoyáis desde las diferentes plataformas".

"Sólo os pido un poco de paciencia para terminar de acomodarme y, sobre todo, para poder instalarme en mi nueva casa. A partir de ahí, empieza todo de nuevo. Gracias por vuestro apoyo", concluye Kiko con su escrito.

La ruptura entre Kiko Rivera e Irene Rosales ha sacudido la crónica social española. La pareja ha decidido tomar caminos separados, dejando atrás una historia marcada por altibajos, crisis familiares y una convivencia "insoportable", según la ha definido Gema López.

Kiko Rivera e Irene Rosales. E.E. Sevilla

La información, desvelada en Espejo Público, apunta a que los últimos dos meses fueron especialmente duros para la pareja.

"Las guerras han sido continuas, las peleas también. Kiko, a pesar de que anunció su recuperación, ha seguido teniendo muchos altibajos", ha explicado Gema en directo.

Irene, por su parte, habría cambiado su perspectiva vital tras el fallecimiento de sus padres, priorizando su bienestar y el de sus hijas por encima de todo.

La tensión acumulada habría desembocado en la decisión de Kiko de abandonar el domicilio familiar. Según la periodista, el DJ se ha instalado temporalmente en casa de su representante, Fran, aunque ya estaría buscando vivienda en el barrio de Triana, en Sevilla.

Otro de los factores que habría desgastado el matrimonio es la estrecha relación entre Kiko y su representante. "Fran le ha ayudado en muchas cosas, pero también ha sido tapadera de otras”, asegura López.

Irene habría descubierto ciertos cobros y bolos que no cuadraban, y al pedir explicaciones, Kiko habría salido en defensa de Fran, lo que habría tensado aún más la convivencia.

Separación sin guerra

A pesar de la dureza del proceso, tanto Kiko como Irene han querido dejar claro que su prioridad son sus hijas, Ana y Carlota. En su comunicado, Irene expresa: "Hay mucho cariño, hay unión, y sobre todo mucho amor por la familia que hemos formado".

Por su parte, Kiko reconoce que "tomar la decisión es lo más difícil, pero también lo más necesario".

No se ha hablado de terceras personas, y todo apunta a que la separación se ha producido desde el respeto, con la voluntad de mantener una relación cordial por el bienestar de las niñas.