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Manolo de la Calva, fallecido el pasado martes, 26 de agosto, a los 88 años, víctima de una fibrosis pulmonar, fue un hombre, por encima de todo, apasionado de la música. Hizo historia en España, y no es una forma de hablar: es la pura realidad

De la mano de su compañero Ramón Arcusa (88 años) ha recibido multitud de premios, pero hay uno muy especial: el que recibió en 2024. En concreto, fue el 9 de mayo de 2024. Manolo de la Calva fue distinguido con la Medalla de Honor de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).

Esto es, el máximo reconocimiento que la entidad otorga por una trayectoria artística que ha marcado generaciones. Fue un acto cargado de emoción, memoria y gratitud, en el que Manolo estuvo arropado por su familia, sus amigos y por la música que lo hizo eterno.

Manolo de la Calva, en 2024, muy emocionado tras recibir el premio más importante de su carrera. Gtres

La ceremonia tuvo lugar en el Palacio de Longoria de Madrid, sede de la SGAE, y reunió a figuras como Joan Manuel Serrat (81), Miguel Ríos (81) y Pedro Guerra. Visiblemente emocionado, Manolo pronunció unas palabras que resonaron como un cierre simbólico a más de seis décadas de carrera:

"Esto es el colofón a nuestra carrera artística. Gracias a todas las personas que a lo largo de estos 65 años han hecho posible este premio", fueron sus palabras. 

A su lado, Ramón Arcusa, con quien formó el Dúo Dinámico en 1958, añadió con humor y ternura: "Que nos quiten lo bailado".

Juntos, agradecieron a sus esposas -Mirna Carvajal y Shura Hall- por haber compartido la vida entre giras, discos y aplausos. Fue un homenaje no solo a los artistas, sino a los hombres detrás del mito.

Manolo de la Calva y Ramón Arcusa, en el día del premio, en 2024. Gtres

La familia de Manolo, con su mujer Mirna y sus hijos Vicky y Daniel, estuvo presente en primera fila. Vicky, diseñadora de joyas, y Daniel, ilustrador, compartieron con orgullo el reconocimiento a un padre que supo equilibrar la fama con la serenidad del hogar.

"Cuando llegaba a casa y cerraba la puerta, la profesión quedaba fuera", recordaba Mirna en una entrevista reciente.

El Claustro Universitario de las Artes

Tres años antes, en noviembre de 2021, Manolo vivió otro momento inolvidable. Fue nombrado Miembro de Honor del Claustro Universitario de las Artes de la Universidad de Alcalá, en una ceremonia celebrada en el Paraninfo junto a figuras como Björn Ulvaeus (ABBA), Nacho Duato y Concha Velasco.

Acompañado nuevamente por Mirna y sus hijos, Manolo recibió el título con humildad y emoción, consciente de que aquel reconocimiento no solo celebraba su música, sino también su contribución a la cultura española.

Luis Cobos (77), presidente de la Sociedad de Artistas Intérpretes o Ejecutantes (AIE), y el rector José Vicente Saz Pérez, destacaron su capacidad para “transmitir valores con los que enfrentarnos a la realidad y reconciliarnos con el mundo a la luz del amor, el coraje, la solidaridad y la justicia”.

Manolo de la Calva fue mucho más que un compositor de himnos como Resistiré, Quisiera ser o Soy un truhán, soy un señor. Fue un hombre que vivió con coherencia, que supo mantener los pies en la tierra mientras su música volaba alto.

En sus últimos años, recibió los homenajes que merecía, rodeado de quienes más lo amaban y respetaban.

Hoy, tras su fallecimiento a los 88 años, aquellos días cobran un nuevo significado. Fueron despedidas anticipadas, celebraciones de vida, tributos a una carrera que nunca dejó de sonar.

Y en cada medalla, en cada diploma, en cada aplauso, Manolo de la Calva dejó algo más que música: dejó humanidad. Porque los grandes no solo se recuerdan por lo que hicieron, sino por cómo lo hicieron. Y él, sin duda, lo hizo con alma.