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Este miércoles, 20 de agosto, se ha obrado el milagro. Bertín Osborne (70 años) ha dado la sorpresa: ahora sí quiere ejercer de padre de David -por primera vez se desvela el nombre del menor: un secreto cuasi de Estado hasta ahora-, el hijo que tiene en común con Gabriela Guillén (33).

Dicho de otro modo: Bertín rectifica y se desdice de esas palabras que entonó en enero de 2024, en las que aseveraba: "He decidido que no voy a ser padre". Ahora dice que sí. Y no sólo esto: protagoniza un reportaje único en la revista ¡HOLA! con Gabriela y con el pequeño.

Una estampa familiar que podría ser idílica, salvo por el hecho de que Bertín y Gabriela no se fotografían juntos para, dice el semanario, "evitar malentendidos". Por un lado, el cantante de rancheras aparece con su vástago menor y concede declaraciones. Por otro, la que fue su pareja.

"Esto no es un pastelón de telenovela. Yo tengo mi vida y Gabrie­la, la suya. Cuando pueda estar, estaré con mi hijo. Lo que no puedo es montar una película que no existe", admite Osborne. Es decir: se llevan bien por su hijo, pero no hay visos de reconciliación.

Cada uno lleva su vida. Antes de nada, Osborne subraya: "El porqué de estas fotografías es por darle visibilidad a esa situación y que no sea como un niño escondido. Y yo, encantado. El niño es una monada. Y cariñosísimo. Es un amor".

La portada de la revista '¡HOLA!' que comparten Bertín, Gabriela y el pequeño David.

Dice Bertín en esta entrevista que David le ha cambiado la vida, la perspectiva. Que todo lo hace por él, por que tenga una buena vida y unos estudios "estupendos". "Yo nunca quise ser padre otra vez. Pero vale, lo soy. Así son las cosas", reconoce.

"Ahora ayudaré a que el niño tenga sus estudios estupendos y que viva lo mejor que pueda", agrega. El niño, que guarda un gran parecido con su padre, ya balbucea algunas palabras y ha dicho 'papá'.

"Mira, te lo explico muy sencillo. Con el tema de Gabi… Yo me llevo bien con todo el mundo, incluidas las personas que han pasado por mi vida. Es raro que me lleve mal con alguien o con mis ex. Y Gabriela es una mujer estupenda, discreta, trabajadora", sostiene Osborne.

"Cuando las cosas no salen bien y se acaban, pues se acaban. Yo le dije en su momento que no buscaba esto. ¿Que lo soy? Pues sí, lo soy. Por circunstancias… por lo que sea. Para mí, por un lado, ejercer de padre es complicado a estas alturas de mi vida", se sincera.

"Y por otro, el niño no tiene culpa de nada. No tiene culpa de los errores que hayamos podido cometer sus padres", apostilla. Añade, en esa línea: "Entonces, lo que le dije a Gabriela fue: 'Mira, vamos a arreglar lo nuestro porque, al fin y al cabo, quiero ver al niño. Quiero que sepa quién es su padre'".

Bertín Osborne en una fotografía de archivo. Gtres

En un punto de la charla que mantiene el exmarido de Fabiola Martínez (52) con el citado semanario llega a señalar a los medios de comunicación como los culpables de enturbiar su relación con Gabriela.

"Con ella tengo una buena relación por mi parte. Lo que pasa es que en este país hay una legión de personas que, en vez de ocuparse de su vida, opinan de la de los demás, sepan o no", defiende.

"Y cuentan historias que he tenido que escuchar y morderme la lengua. Por ejemplo, no sé cuántas novias me han adjudicado en los últimos tres meses… hasta con nombres. Están todos muy ociosos", concluye con su razonamiento.

En esta interviú, el cantante y presentador, además, pone en orden su vida sentimental: "Y ahora mismo no tengo pareja ni intención de tenerla. Estoy encantado de estar solo, de hacer mi vida, trabajar lo que me apetezca y las horas que quiera, sin dar explicaciones a nadie".

Por su parte, Gabriela toma la palabra: "Ha pasado lo que tenía que pasar. Para mí, lo más importante es mi hijo y, durante este tiempo, solo he querido mantener su intimidad para que no lo dañaran y manteniéndolo al margen de todo".

Abunda: "La carita del bebé estaba en oculto, pero él no tenía por qué estar escondido. (...) "Tener un padre es muy necesario. Yo no lo tuve. Por eso, no le quiero privar a mi hijo de ese dere­cho, porque él sí lo tiene. Yo sé lo que es, lo sé en mi piel".