Una infidelidad pública, un cambio de fecha y una novia sin vestido a un mes y medio de su boda. Por todos estos trances pasó Tamara Falcó (43 años) previo a darse el 'sí, quiero' con Íñigo Onieva (36).
Todo apuntaba a que sería un enlace 'gafado', pero la marquesa de Griñón y el empresario se juraron amor eterno el 8 de julio de 2023 en el palacio El Rincón, propiedad de la socialité. Desde entonces ya han pasado dos años. 24 meses, a priori, más tranquilos que su etapa de novios. Eso sí, como en todo matrimonio, con situaciones complejas y obstáculos.
Bien es conocido que uno de los mayores deseos de la marquesa de Griñón es convertirse en madre. Sin embargo, no ha podido ser. Sobre ello, hace apenas tres semanas se sinceraba la propia Tamara.
"Tras probar diferentes métodos para quedarme embarazada, he decidido darme un descanso, porque me encuentro saturada. Me estaba afectando", expresó la socialité en una charla con la revista InStyle. "Íñigo lo lleva mucho mejor, mientras para mí era como una espada de Damocles", aseguró la marquesa de Griñón.
Aunque se ha dado un descanso, Tamara Falcó no pierde la esperanza. Su fe es más fuerte que cualquier situación. "No descarto nada porque, si Dios quiere, siempre está la forma natural, pero no es algo que vaya a definir mi felicidad como persona", aseguró en dicha entrevista. "La maternidad es una bendición y soy muy niñera, pero puedo sentirme realizada en la vida sin ser madre", apuntó.
Por primera vez, Tamara Falcó confesaba que había recurrido a ciertos métodos para quedar embarazada . Un duro proceso que habría llevado a cabo a la vez que ella e Íñigo continuaban con sus proyectos. Personales y profesionales.
En todo este tiempo la marquesa de Griñón ha seguido con sus habituales colaboraciones con prestigiosas marcas, photocalls, su colección para Pedro del Hierro y su participación en El Hormiguero todos los jueves. El empresario, por su parte, sigue enfocado en el negocio de la restauración. Un trabajo que ha compaginado con su preparación para diferentes retos deportivos.
Tamara Falcó e Íñigo Onieva el día de su preboda.
El pasado marzo, Onieva completó su primer Ironman -en México-. Este último año, además, ha corrido varias maratones: en Berlín, en Madrid y en Londres. En todos ellos, arropado por su mujer, su mayor fan.
"Nada de esto habría sido posible sin mi increíble sistema de apoyo. Esto ha sido un esfuerzo de equipo. Gracias a mi mujer, por impulsarme y apoyarme en todos mis emprendimientos", escribía Íñigo Onieva en sus redes sociales el pasado 30 de septiembre tras completar su primera maratón.
Tamara Falcó e Íñigo Onieva celebran su segundo aniversario de boda.
Tamara Falcó e Íñigo Onieva han recorrido parte de Europa y han cruzado el Atlántico debido a los retos deportivos del empresario. Pero también, para cumplir con ciertos compromisos y disfrutar de lo que parece ser una 'eterna' luna de miel.
Su primer aniversario de bodas lo celebraron en París, uno de sus destinos predilectos. Desde entonces, y así lo han mostrado en sus redes sociales, no han dejado de viajar. Un mes más tarde pusieron rumbo a Seychelles, el paradisiaco archipiélago africano. Tras ello, viajaron a Maldivas. Y para rematar el verano de 2024, una escapada a Sotogrande.
Días después, una boda en Colombia los 'obligó' a cruzar el Atlántico. Más tarde, la primera maratón de Íñigo, a volar a Berlín. Poco después, debido a un compromiso profesional de ambos, hicieron las maletas otra vez y pusieron rumbo a Barcelona. 2024 llegó a su fin con una travesía a Nueva York y en lo que va de 2025, Tamara Falcó y su marido ya han viajado juntos a Corea del Sur, México, Londres o el País Vasco.
De momento, se desconoce dónde celebrarán su aniversario. De hacerlo fuera de Madrid, presumiblemente, podrían compartir el destino días después de su escapada. Es una práctica a la que, en ocasiones, ha recurrido la marquesa de Griñón.
Y es que pese a tener protagonismo en el papel couché desde antes de nacer, Tamara Falcó prefiere manejar con discreción todo lo referente a su vida privada. Es ella, como bien hace su madre, Isabel Preysler (74), quien marca sus tiempos. Así, por ejemplo, acaba de ocurrir con su más sincera entrevista, confesando por primera vez que se ha sometido a tratamientos de fertilidad. Lo que era un secreto a voces se ha convertido en una noticia veraz en el momento en el que lo ha decidido la famosa socialité.