El pasado 12 de marzo, Colate Vallejo-Nágera (53 años) y Paulina Rubio (53) se vieron las caras en la corte de Miami, donde vive la estrella mexicana. ¿El motivo? Un nuevo capítulo en la 'guerra' que mantienen por la custodia de su único hijo en común, Andrea Nicolás (14), desde que pusieron fin a su matrimonio en 2012.

Este último desencuentro se produjo porque el día anterior, el 11 de marzo, Colate recogió a su hijo en el colegio media hora antes de lo habitual para celebrar juntos el 53º cumpleaños del empresario. Aquello provocó que la mexicana presentase una demanda exprés contra su exmarido, argumentando que "podría secuestrar al menor para llevárselo de Miami sin su consentimiento". Tras ello, un juez ordenó la retirada inmediata del pasaporte de Nicolás, lo que le imposibilita volver a España para ver a su progenitor y a su familia paterna.

"A mi hijo le encantaría estar aquí con su abuela en su cumpleaños. Podría haber estado, pero no está", reconoció cabizbajo ante los micrófonos de Europa Press el pasado jueves, día 27. "Le encanta España. Es español a muerte", aseguró Colate. "Es mi hijo y, a pesar de sus circunstancias incomprensibles, yo estoy ahí siempre, siempre. Y voy a estar siempre, claro que sí", aseguró el empresario, demostrando que Nicolás es su principal prioridad.

La guerra judicial entre Paulina Rubio y Colate Vallejo-Nágera se ha mantenido abierta desde su separación, hace 13 años. Ambos han acudido en incontables ocasiones a los tribunales con motivo de la custodia y manutención de su hijo.

Todo comenzó en 2012, cuando pusieron fin a su relación, tras siete años juntos, cinco de matrimonio y un hijo de dos años. La custodia de Nicolás hizo estallar la guerra entre ambos. En la corte de Miami Paulina Rubio catalogó a Colate de mal padre y aseguró que éste evitaba firmar el divorcio por cuestiones económicas.

La separación se oficializó en 2014, cuando llegaron a un acuerdo sobre las cuestiones que debía cumplir el empresario el tiempo que estuviese con su vástago.

Quien finalmente no cumplió con los acuerdos, según Vallejo-Nágera, fue Paulina. Según reiteró Colate en el año 2017, se produjeron ciertas irregularidades por las que se vieron las caras en la corte. El empresario alegó que tenía un periodo de vacaciones pactado con el menor, que su exmujer no cumplió.

En 2019, las quejas volvieron a llegar de parte de la cantante de Ni una sola palabra. Paulina acusó a su exmarido de secuestrar a su hijo, tal y como ha ocurrido recientemente después de que el empresario lo recogiera en el colegio media hora antes. Entonces, según su relato, el escritor le habría ocultado el paradero de Nicolás. Un hecho que el empresario negó con rotundidad.

"Está claro que con lo que ha pasado tienes que pensar que esa persona no está obrando con racionalidad. Creo que a lo mejor no está capacitada para tomar ciertas decisiones", aseguró entonces Vallejo-Nágera.

A lo largo de estos 13 años, la artista mexicana ha demandado a su marido en más de 50 ocasiones. "Hay más de 600 documentos nuestros", aseguró Colate en una conversación con ¡HOLA!, sincerándose sobre su batalla con la cantante.

Desde que puso fin a su relación con Paulina Rubio, el empresario siguió viviendo en Miami para estar lo más cerca posible de su vástago. No obstante, Paulina Rubio se mostró reacia a llegar a un acuerdo con su ex. En ocasiones, incluso, evitó que el menor pudiera reencontrarse con su progenitor. Así fue hasta el pasado octubre, cuando decidió instalarse de nuevo en España. Concretamente, en un piso de alquiler en una zona céntrica de la capital, según informó Vanitatis.

Andrea Nicolás se habría instalado con su padre durante un tiempo tras finalizar el anterior curso escolar en Estados Unidos. Sin embargo, posteriormente regresó a Miami, a donde Colate sigue viajando con frecuencia para estar juntos. Así ocurrió a comienzos de marzo, cuando se trasladó a la Ciudad del Sol para celebrar su cumpleaños al lado del menor. Una travesía que no hizo más que recrudecer la guerra con Paulina Rubio, quien una vez más acusó al empresario de intento de secuestro.