El contencioso que libran el presentador Pepe Navarro (73 años) y la venezolana Ivonne Reyes (57) parece no tener fin. Antes al contrario: se diría que conforme su litigio suma años se recrudece y está más candente que nunca. En la actualidad, por ejemplo, los padres -según sentencia firme- de Álex Reyes (24) ocupan titulares y horas de televisión.
Ella, por su ruina económica y desgaste emocional -ha confesado Reyes que se ha acogido a la ley de la segunda oportunidad y padece una grave depresión-; y él, por volver a negar, una y otra vez, que Álex Reyes sea su hijo biológico. Pepe sostiene que todo en la vida de Ivonne es mentira y reitera públicamente su intención de someterse a las pruebas de ADN.
En medio de este delicado escenario -ahora, una mujer dice conocer al verdadero padre biológico de Álex Reyes-, EL ESPAÑOL ha querido conocer cómo es la vida actual de una de las mujeres más importantes en la vida de Navarro: su expareja, Eva Zaldívar, y madre de dos de sus hijos, Andrea y Marlo.
Eva Zaldívar, en un acto público en Madrid, en 2020.
Antes de nada, a este diario se asegura que Pepe y Eva se llevan "estupendamente". En realidad, esta buena sintonía no es nueva; hace tiempo que la expareja puede presumir de excelente trato. Atrás quedaron los malentendidos y las tiranteces entre ellos.
EL ESPAÑOL pudo conocer hace un tiempo que ambos, además de buenos ex y excelentes padres, vivían muy próximos. En concreto, en el municipio de Alcobendas, en Madrid. En los últimos meses, Pepe y Eva se han convertido en abuelos por primera vez.
Fue en junio de 2024 cuando Andrea Navarro Zaldívar (30) -Andy, para los suyos- dio a luz a su primer hijo, Lorenzo, junto a su marido, Luis Martín López. El matrimonio, afincado en Estados Unidos, convirtió en abuelos a Navarro y a Zaldívar. Explican a este diario que el papel de abuela es el que más disfruta Eva Zaldívar.
La empresaria está feliz con el pequeño de la casa, y ya ha viajado en varias ocasiones a América para estar con su hija, su yerno y su nieto. En concreto, se desplaza Eva hasta Boston, donde el yerno de Pepe Navarro consiguió una beca MIT de investigación. En el plano mediático, se apunta que Eva hace tiempo optó por alejarse de los medios.
Eva Zaldívar, feliz, durante una visita a su hija Andrea, en Boston.
Fue en marzo de 2022 cuando intervino por última vez en televisión. Lo hizo en el extinto Deluxe, vía telefónica. Aquel día estaba en plató, como invitada, Ivonne Reyes y la conversación fue tensa y desagradable. Durante el transcurso de la entrevista, Eva Zaldívar llamó para defender la imagen de su familia.
"Ivonne sabe perfectamente que Alejandro no es hijo de Pepe. Ella lo tiene claro, pero no lo quiere decir", ratificó, a su modo de ver, Zaldívar. Ivonne saltó y le interpeló en primer lugar: "¿De qué hijo no es padre Pepe? ¿Del mío o del tuyo? (...) Cuenta, cuenta, porque tú también tienes muchas cosas que callar. (...)".
Todavía prosiguió: "Pídele la prueba a tus hijos, habla de tus hijos. (...) ¿Es verdad que Navarro te pidió un día que le hicieras la prueba a tus hijos? Porque eso me lo dijo él a mí". No quedó ahí aquel cruce, en un plató: Zaldívar manifestó que sus abogados estaban estudiando la situación para tomar medidas legales.
Tanto fue así que se celebró un juicio: los hijos de Pepe y Eva demandaron a Ivonne por vulneración del honor e intimidad personal y familiar. EL ESPAÑOL conoce ahora que Zaldívar nunca hubiera querido exponer así a sus vástagos.
No obstante, fueron ellos, según el relato que se traslada, quienes quisieron tomar cartas en el asunto. Una amiga de Eva sostiene que ésta está feliz y sin ganas de "guerras absurdas". En la actualidad, la relación entre Eva e Ivonne es nula, inexistente. Hace tiempo que no existe comunicación alguna.
Cierto es que no siempre fue así. Ambas llegaron a ser buenas confidentes en un tramo muy concreto de sus vidas. En otro orden de cosas, la vida de Zaldívar, en realidad, nunca se escribió en los platós de televisión ni en las revistas: ejerció durante un tiempo de pareja de Pepe, pero nada. Su día a día es discreto.