El pasado viernes, 14 de febrero, el Día de San Valentín, se hizo público un sorpresivo romance que zarandeó los cimientos de la prensa del corazón y también del sector vitivinícola: el protagonizado por la actriz Mónica Pont (56 años) y el empresario bodeguero Javier Moro (61), actual presidente de Bodegas Emilio Moro.
El amor entre ellos estalló en diciembre de 2024, en Ciudad de México, donde Mónica vivía y Moro se desplazó por temas de trabajo. Allí, Javier aprovechó para festejar su cumpleaños rodeado de amigos. Pont acudió como acompañante y, según relata LOC y confirma EL ESPAÑOL, fueron presentados y la química fue un hecho.
Se cayeron de maravilla, rieron y compartieron experiencias sobre cómo es vivir en México, tal y como detallan a este periódico. También Moro se interesó por el trabajo como actriz de Mónica. Aquel primer encuentro se quedó ahí; las siguientes quedadas tuvieron lugar en Madrid. El año 2025 comenzó de la forma más ilusionnate posible.
Mónica Pont mantiene una relación sentimental con Javier Moro.
El amor les llegó a ambos en un momento, se desliza a EL ESPAÑOL, en que ninguno tenía entre sus planes dejarse conquistar. Todo confluyó para que la actriz y el empresario se conocieran, habida cuenta de que, al mismo tiempo que algo comenzaba a florecer, Pont hacía las maletas y retornaba a España por petición de su hijo, Javier Sagrera (21).
"Mónica llevaba tiempo con la idea de volver. Allí ha trabajado mucho y tenía proyectos interesantes, pero había cumplido un ciclo", informa a este diario alquien próximo a la interprete. Además, que su hijo la reclamara fue determinante. "Ella tuvo que estar alejada de su pequeño sin querer y ahora ha priorizado".
Mónica Pont en una fotografía tomada durante un acto público.
Pont vivió un traumático divorcio de Javier Sagrera y se desliza que hacía tiempo que estaba "muy cerrada" a enamorarse, hasta que llegó Javier Moro sin previo aviso y cambió su vida. Él, por su parte, también está separado de Estrella Carrión, la madre de sus dos hijas, Estrella y Elvira. Explican a este diario que ambas familias ya se conocen.
Rubí y Fabiola, las hermanas de Javier, están "encantadas de ver a su hermano feliz". La pareja está "enamoradísima" y Pont, cuentan a este diario, ha tomado la decisión de "alejarse para siempre" de la prensa del corazón. Se ha dado cuenta de que no compensa, que esa etapa quedó atrás: "Le ha dado más disgustos que satisfacciones".
Algunas exposiciones que ha hecho a lo largo de su carrera, entiende Mónica, le han perjudicado como actriz. Ahora, desea aprender de esos errores. Desde hace unos días, Mónica vive bajo el mismo techo que Javier, en una casa que él tiene en propiedad en la Calle Goya de Madrid, como también avanza LOC.
"Él se lo propuso y ella aceptó", aclaran. Es, por así decirlo, su nido de amor, el lugar en que se ven. Javier, eso sí, viaja casi diariamente de Madrid a Pesquera de Duero -donde están las Bodegas Emilio Moro, que preside-, y viceversa. Se detalla que el hecho de que este romance haya visto la luz ha disgustado de alguna manera a la pareja, que quería vivir su historia desde la privacidad.