Irene Montero (35 años) es uno de los rostros de la política actual más populares y reconocidos. A pesar de que hace unos meses cesó su actividad como ministra de Igualdad, sigue muy vinculada a todo lo que tiene que ver con la política y ya se está preparando para encabezar las listas de Podemos en las elecciones europeas.

Durante años, tanto ella como su pareja, Pablo Iglesias (45), han evitado centrar el foco en su vida privada, y eran ellos los que han decidido los tiempos y qué mostrar en sus redes sociales. Pero desde hace un tiempo, la cuenta de Montero ha dado un giro radical con el que intenta "humanizar" su vida

Este pasado martes, 30 de enero, se publicó su entrevista en el pódcast Animales Humanos, en el que se ha mostrado más abierta y sincera que nunca para hablar de los temas privados y detalles de su vida que nunca había desvelado. 

[La transformación 2.0 de Irene Montero: "humaniza" sus redes y muestra su vida privada como nunca antes]

En las más de dos horas y media de conversación, la exministra y el presentador, Ibai Vegan, hacen un repaso tanto de su trayectoria política como de su vida más personal. Uno de los primeros episodios que relata es el recuerdo de su infancia. "Soy hija única y eso marca bastante mi personalidad, en algunas cosas buenas y en otras de las peores. Mi padre trabajaba muchas horas y le veía menos, pero mi madre estaba muy entregada y siempre hacíamos actividades juntas", rememora Montero. 

Los recuerdos sobre su colegio también ocupan una buena parte del relato: "Fui a un colegio espectacular, era concertado. Tengo los mejores recuerdos y buena parte de lo que soy es por haber ido al Siglo XXI". Desde este punto, pasa a la adolescencia, donde reconoce haber sido una gran estudiante que también se permitió "desfasar" y donde conoció a su primer novio: "Gracias a ese primer amor empecé a escuchar a Joaquín Sabina. Sigo teniendo relación con él y con la mayoría de las parejas que han sido importantes en mi vida". 

Una de las preguntas en las que más se ha abierto es sobre la relación que mantiene desde hace años con Pablo Iglesias. Aunque entiende que hay diferentes tipos de relaciones, ella convive con una relación monógama. "La imposición de las relaciones monógamas están llenas de muchos mitos y mandatos que nos hacen sufrir muchísimo y entiendo que puedas sentir estos vínculos intensos con más de una persona al mismo tiempo. Me resulta absolutamente fácil de entender, pero imposible de ejecutar", reconoce la política. 

Irene Montero en una imagen de sus redes sociales Dani Gago

"No es la primera vez que lo digo, pero soy una persona celosa. Lo reconozco. No con orgullo, pero me han educado así y no me veo capaz de exponerme a una relación abierta. Me veo muy lejos de poder intentarlo, aunque soy consciente de que mi posición no es la más saludable", afirma abiertamente sobre la posibilidad de abrir su relación con el expolítico y padre de sus tres hijos. 

Los rumores sobre una posible ruptura entre ellos no han dejado de sucederse en los últimos años. Sin embargo, ella niega categóricamente todos ellos: "Una de las cosas más crueles son los límites que se han sobrepasado con nosotros. Es un ataque tan global que va también a lo personal. Mi madre ha estado un sábado con Pablo y los niños, y un martes me ha llamado para saber si seguía con él. La gente de tu entorno se preocupa e incluso te pregunta si te merece la pena". 

Otro de los temas que más polémica suscitó fue la compra de su casa en Galapagar, de lo que no se arrepiente. "Era una forma de proteger lo que estábamos construyendo, que era una familia. Me niego a tener que dar explicaciones sobre las decisiones que tomo en mi vida personal. Pablo y yo hemos decidido estar donde estamos, pero nuestros hijos no y tienen derecho a que se les proteja", ha afirmado, enfadada, sobre los momentos que tuvieron que vivir durante meses. 

Sobre la posibilidad de una futura ruptura, Irene Montero ha sido muy clara: "Pablo es una persona fundamental en mi vida y lo seguirá siendo con independencia de lo que pase en el futuro. Somos una familia". Sus comienzos fueron en la militancia, donde compartieron muchas horas de trabajo. "Fuimos simplemente compañeros, pero nunca habíamos tenido trato personal. La conexión estaba, nos entendíamos currando... estábamos todo el rato haciendo política y echábamos muchísimas horas. Era imposible salir a tomar algo, porque había sospechas de que enviasen cámaras", recuerda sobre aquellos primeros encuentros. 

Después de ocho años de relación, la pareja ha construido una familia y tienen tres hijos en común. La exministra sólo relata momentos bonitos y halagos hacia él, a quien considera "una de las personas más importantes" de su vida. "En los momentos más complicados, siempre encuentra soluciones. La imagen que le han construido es muy diferente. Es cariñoso, vulnerable, apasionado...", reconoce. También ha reconocido que le gusta más su look actual y sin coleta, aunque "tenía miedo". 

La maternidad también ha tenido hueco en las dos horas y media de conversación. "Siempre pensé que quería ser madre joven y era un momento en el que a los dos nos apetecía, a pesar de la responsabilidad política que teníamos. Fue una situación bonita y tensa", afirma. Su primer parto, de mellizos, llegó de forma prematura; un año después llegaba al mundo Aitana, su tercera hija. "Siempre les digo a mis hijos: 'No quiero buscar culpables, quiero soluciones'", explica sobre la crianza.