En junio de 2021, el diestro valenciano Enrique Ponce (51 años) sorprendía a propios y extraños al anunciar su retirada de los toros "por tiempo indefinido". Lo hizo a través de un comunicado, donde destacó su agradecimiento por el "cariño y apoyo incondicional, en especial durante este último año de pandemia en el que decidí defender la tauromaquia y devolverle al mundo del toro lo mucho que me ha dado".
Retirado en Almería y centrado en su nueva vida al lado de su razón de amor, Ana Soria (25), el exmarido de Paloma Cuevas (50) ha intentado volver al ruedo en varias ocasiones, como ha ido informando EL ESPAÑOL tiempo atrás. No obstante, pese a las suculentas ofertas que se le pusieron sobre la mesa, el acuerdo final no llegaba.
Con el paso del tiempo, y envuelto en su plácida y agradable vida al lado de su pareja en Andalucía, aquel "tiempo indefinido" trocó en su deseo de despedirse a lo grande. Ponce, que en este tiempo nunca ha dejado de torear aunque con carácter privado, comenzó a darle forma a su regreso: un retorno que, en realidad, es un adiós. Ahora, en noviembre de 2023, se ha obrado el milagro y Enrique vuelve a la plaza.
Tal como ha confirmado EL ESPAÑOL a través de una fuente próxima al torero, Ponce "ha firmado ya" su retorno. Sostiene El Mundo, que avanza la información, que se tratará de una gira discreta que dará comienzo a finales de mayo de 2024, en Nimes, Francia. Concluirá Ponce su tour de despedida en Valencia, su tierra natal, y hará coincidir su corrida con el 9 de octubre, el Día de la Comunidad Valenciana.
Ciudades como Almería, Alicante, Málaga, Gijón y El Puerto de Santa María, entre otras, estarán incluidas en su suerte de tour por el mundo. Ponce está "ilusionado como un crío chico", apunta quien lo conoce. Reencontrarse con su público de siempre, y verse arropado y respaldado tras décadas de profesión, será su mejor bálsamo y legado.
No ha sido una decisión fácil de tomar -la de regresar-, porque Enrique, se confía a este medio, prometió hace tiempo a su entorno más cercano que se acabó el sufrimiento y el temor por su vida en una plaza. Su pareja sentimental, Ana Soria, ha sido su mayor y principal apoyo en esta determinación crucial de vestirse de nuevo de luces.
"Ana es generosísima y ha antepuesto la felicidad y el desarrollo de Enrique a su propia tranquilidad", se aclara. No se esconde que para la estudiante de Derecho ver a su pareja en una plaza de toros le produce miedo y gran inquietud, pero ella enfoca esta gira como la última y definitiva. Estará al lado de Ponce; nunca se planteó no estarlo.
De acuerdo a los datos que se contrastan, Soria viajará con el diestro a los puntos más importantes para éste. De entrada, estará presente en Nimes, en la primera faena, y en Valencia, el día de su adiós.
Pasión taurina familiar
Se puntualiza en medio de las confesiones que se realizan a este periódico que Ana Soria, al contrario de otras parejas o mujeres de torero, es una apasionada del mundo de toro desde que era pequeña.
Este extremo la ha ayudado a afrontar la vida profesional de su amor. No sólo ella: sus padres, y su hermano, de nombre José, también sienten devoción por la tauromaquia, como desveló hace unas semanas EL ESPAÑOL. Federico Soria, un conocido abogado mercantilista de la ciudad andaluza y padre de Ana, fue quien les inculcó a sus vástagos su pasión por el ruedo.
Desde bien pequeños han acompañado a su padre Federico a muchas corridas de toros, "no sólo aquí en Almería, también en Las Ventas", informó una persona muy próxima a la familia.
"Desde chico dijo que él quería ser torero, luego lo ha ido compaginando con sus estudios y esa fijación fue cambiando. También con la edad se cambia de objetivos, es normal", añadió este informante. En esa línea, se detalló de que la figura de Enrique Ponce ha sido clave para la formación y el desarrollo de la pasión de José Soria.
Enrique "le ha dado como clases y hablan mucho del toro", se detalla, para añadir: "Gracias a Jose -su entorno lo llama sin acento-, Ponce ha podido disfrutar de su profesión en Almería, a puerta cerrada. Le ha dado buenos consejos". Según le ha dicho Enrique a amigos, "el chaval tiene tablas y es bastante bueno".
José Soria compagina su pasión por los toros con otra devoción, con carácter de futuro: el Derecho. Al igual que su hermana, José está estudiando para ser abogado.
Para José Soria, el mundo del toro se ha convertido en la actualidad en un pasatiempo, al que le sigue dedicando horas en su día a día, pero no en una ocupación de futuro.
Hoy tiene claro que desea seguir la estela familiar, muy centrada en la abogacía por parte de padre. EL ESPAÑOL ha podido conocer, además, que los hermanos Soria comparten una ilusión de futuro: trabajar y heredar el bufete de abogados de su progenitor. O crear su propio despacho.
"Son el orgullo de su padre. (...) Federico está encantado no sólo con los niños, sino con Enrique, con el que ha forjado una gran amistad", informa con quien se contacta. Antes de la unión sentimental de su hija aquel pandémico 2020, el padre de Ana es un gran admirador de Ponce desde hace años, y no se perdió sus faenas cuando el valenciano toreó en Almería.