Cristian Delgado, alcalde de Barruelo de Santullán (Palencia).

Cristian Delgado, alcalde de Barruelo de Santullán (Palencia).

Famosos ENTREVISTA

Cristian Delgado, alcalde LGTBI: "Los que se sienten agredidos con la bandera de colores están enfermos"

Con motivo de la semana del Orgullo LGTBI, EL ESPAÑOL entrevista al máximo responsable del Ayuntamiento de Barruelo de Santullán, Palencia.

1 julio, 2023 01:43

"Perdona, que estoy aquí de niñero, que hoy tengo a mi hijo y a la de mi hermana. ¡Madre mía! Con uno es una locura, pero con dos, no te digo nada... No hago más malabares que cualquier familia. Antes de ser papá no me había dado cuenta de lo difícil que es conciliar la vida familiar y laboral. Y eso que los alcaldes tenemos más flexibilidad".

Estas son las primeras palabras que Cristian Delgado Alves (39 años) pronuncia a EL ESPAÑOL tras recibir la llamada de este periódico. De ellas se desprende que hablamos de un hombre, que es padre y que es edil -en este caso, de Barruelo de Santullán, el municipio que lo vio nacer el 20 de diciembre de 1983-.

Pero Cristian no es un regidor cualquiera, es uno de los alcaldes LGTBIQ+ influyentes de España, un alcalde que siente la responsabilidad personal de incluir entre sus tareas públicas medidas urgentes en favor del colectivo, al que pertenece: igualdad de derechos y oportunidades para sus ciudadanos, tolerancia y educar en la diversidad.

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Cristian Delgado en su despacho del Ayuntamiento de Barruelo de Santullán.

Cristian Delgado en su despacho del Ayuntamiento de Barruelo de Santullán.

Criado en un entorno rural, Delgado considera que es sumamente importante la visibilidad del colectivo en un medio como el suyo: un precioso pueblecito de algo más de 1.000 habitantes en la comarca de la Montaña Palentina y que se encuentra en las estribaciones sur de la sierra de Híjar. Él hace vida allí, con su familia, donde se crio y de donde marchó a la temprana edad de 17 años para estudiar Periodismo en Valladolid. Una vez cursados y superados sus estudios universitarios, Cristian trabajó en diversos medios de comunicación, en distintas partes de España: Madrid, Ciudad Real o La Rioja.

Tras 13 años en esta última región, Delgado decide dar el salto a la política municipal y regresar a las doradas calles de Barruelo, donde los vecinos decidieron darle confianza mayoritaria en las urnas, encabezando la lista del PSOE. Tras cuatro años de gestión frente al consistorio palentino, el pasado 28 de mayo, Cristian volvió a ser elegido alcalde tras obtener el 63,47% de los votos, una posición mejor todavía que la que obtuvo en los comicios de 2019 (55,67%). Con motivo de la semana del Orgullo LGTBI, EL ESPAÑOL se cita con el alcalde para conocer en profundidad qué implica ser el máximo responsable de un Ayuntamiento en el medio rural siendo una persona activa del colectivo.

Semana y mes del Orgullo LGTBI en España. ¿Cómo se viven estos días en Barruelo de Santullán, en su Ayuntamiento y también en sus calles?

El Orgullo LGTBI parece que es algo que sólo se vive en las ciudades y que los pueblos somos ajenos a todo lo que pasa en Madrid o Barcelona. Nada más lejos de la realidad. El Orgullo rural es mucho más sencillo, sin tanta fiesta, sin tanta cabalgata, pero reivindicando, como alcalde de Barruelo de Santullán, las instituciones en una época en la que, desgraciadamente, se ponen en tela de juicio los derechos de las personas LGTBI, los derechos humanos y la libertad e identidad sexual de cada uno.

¿Han puesto ustedes la bandera del arcoíris?

La bandera se ha puesto siempre y desde que accedimos al Ayuntamiento de Barruelo de Santullán en 2019 lo que nos gusta, además, es llevar a cabo actividades y reuniones durante todo el año. Trabajamos con la escuela rural, que es el colegio que tenemos en el pueblo, que es una maravilla, porque la educación es la base para acabar con esta lacra que es la LGTBIfobia. 

El alcalde Delgado junto a parte de su equipo en el Ayuntamiento de Barruelo con la bandera LGTBI.

El alcalde Delgado junto a parte de su equipo en el Ayuntamiento de Barruelo con la bandera LGTBI.

¿Cuáles son esas iniciativas que se hacen en el cole?

Se cuentan cuentos diversos, actividades de pintar bancos diversos en el municipio. El año pasado, los chavales de la escuela de verano pintaron uno y apareció al día siguiente con la bandera de España. Pensarían ellos que nos iban a ofender. Lo que nos ofendió es que destrozasen el trabajo de esos niños. 

¿Y qué hicieron?

Pues pintamos el mismo banco: mitad bandera de España, mitad bandera LGTBI. No es incompatible. Además, trabajamos con asociaciones y colectivos de la provincia desarrollando distintas charlas, actividades, mesas informativas y declarándonos institucionalmente municipio libre de LGTBIfobia. Barruelo es libre, diverso, tolerante y donde todos pueden desarrollar su proyecto vital. 

¿Hará algo de manera privada para el Orgullo? ¿Familia, amigos?

El año pasado sí que pude ir a la manifestación que se convoca en la capital, en Palencia. Barruelo pertenece a Palencia, pero estamos alejados, estamos a 114 kilómetros. No he podido ir este año porque teníamos el pleno de organización de esta nueva legislatura; pero sí, disfrutaré del Orgullo con la familia y amigos. Cada uno tenemos la orientación que tenemos. Muy orgulloso de poder celebrarlo con mi hijo y mi pareja, aunque sea en la distancia porque ahora está trabajando en Córdoba. 

¿Qué se le viene a la cabeza cuando ve esos mensajes de odio hacia el colectivo desde determinadas instituciones o partidos políticos?

Una vergüenza. En mi discurso de investidura lo dije, "independientemente de quién gane las elecciones, los que las ganamos y gestionamos, somos representares de todos los vecinos". Lo que los ciudadanos nos piden es que defendamos sus derechos y yo lo he dicho: quien tenga problemas en ver la bandera LGTBI colgada de cualquier sitio tiene una enfermedad, que se llama homofobia. Les recomiendo que se vayan al médico y se lo curen. Es una bandera de respeto, de tolerancia, de libertad. Quien se sienta agredido, simplemente, por ver una bandera de colores es que tiene un problema. Hay que romper el mito de que esto ocurre en los pueblos más que en las ciudades. A veces, en las ciudades, es incluso más complicado que en municipios donde los vecinos sí que te respetan. Es muy triste que se cuestione la forma de vivir de cada uno: la paternidad de una persona LGTBI, sus derechos... Es intolerable.

¿Cómo cree que sería la vida de su hijo si creciese bajo un gobierno de Vox?

Sería peor por el hecho de que las personas tienen que desarrollar su proyecto vital y la opción que Vox defiende no es inclusiva, sino exclusiva. Exclusiva de los que piensan como ellos. Nos estamos acercando peligrosamente a la defensa de unos preceptos y unas posiciones que yo creo que en la sociedad están más que superadas... A la gente esto no le importa. Lo que la gente quiere es trabajar, llegar a fin de mes, que baje la inflación y que sus hijos e hijas tengan educación pública y que no haya que esperar meses para una cita médica. Eso es lo que interesa a la gente. 

Quítese la chaqueta de alcalde y póngase la de padre. ¿Cómo es? ¿Permisivo? ¿Exigente? ¿Qué ambiente se respira en casa? 

Intento educarlo como mis padres me educaron a mí, que me tuvieron muy jovencitos y que lo hicieron lo mejor que pudieron. No hay un manual de ser buen o mal padre. Hay días que nos equivocamos, que tenemos más o menos paciencia y no se puede uniformizar el carácter de cada niño. Intento educar desde el respeto, la tolerancia y desde la forma en que él tiene que desarrollarse de forma unilateral y personal. Lo intento hacer lo mejor que puedo. En cuanto estricto o menos, pues hay días que lo soy más porque su actitud es peor y hay días que soy más permisivo. No me quejo. Es una maravilla ser papá. 

¿Siempre tuvo claro que quería ser padre? ¿Cuándo empezó con el proceso de la adopción?

Desde que tengo uso de razón siempre he querido ser papá, pero el día a día de las carreras profesionales nos llevan a que tengamos que postergar la decisión a más adelante. La tomé al tiempo de volverme al pueblo para ser alcalde. Ahí me planteé cómo sería poder criar a un menor en un pueblo que es el mío, en el que nací, me crie, me desarrollé y que desgraciadamente tuve que abandonarlo para estudiar. La decisión la tomé yo solo, la medité, la maduré, empecé el proceso administrativo, mi círculo más cercano era consciente.

¿Fueron muchos años?

No, en mi caso fueron dos años. 

Cristian Delgado junto a su hijo.

Cristian Delgado junto a su hijo.

¿Cuál fue su postura cuando supo todo lo relativo al caso de Ana Obregón? Una mujer que, con el material genético de su hijo fallecido, recurre a una gestación subrogada para traer al mundo a una niña sin padres, porque ella es la abuela, sin hermanos y a la edad de 68 años.

Es un tema muy polémico, he leído mucho, pero yo respeto la libertad de cada cual. No soy quién para pronunciarme sobre temas que incurren en la vida de una menor o de una persona adulta, como Ana, que toma una decisión como la que ha tomado. No me pronuncio, pertenece al ámbito privado.

¿Está usted a favor de la gestación subrogada?

Tengo mis debates. Yo me he informado mucho, he hablado con mucha gente sobre este tema. Entramos también a hablar de los derechos individuales de las mujeres, que también, por desgracia, se ponen en tela de juicio en estos días. Con una buena legislación y con una garantía de derecho para las partes, ¿por qué no podría regularse? Pero esto es algo que debería decidirse a nivel nacional, a mí no me compete. La posición de mi partido es la que es, yo te hablo como Cristian Delgado, nada más. Es algo que yo creo que genera polémica porque toca varios aspectos: menores, derechos y libertades de las mujeres, pero yo creo que debe haber garantía y posibilidad de elección. Hay países en los que las mujeres recurren a esto por una cuestión de necesidad económica. De eso estoy en contra.

¿Usted cree que lo de Ana Obregón puede acabar salpicando y marginando a niños con familias no convencionales?

No, yo creo que, además, si en lugar de ser Ana, este debate se hubiera abierto por Pepita Pérez, no habría saltado a los medios. Yo soy una persona que cree en el Estado de derecho y que las leyes deben ser garante de los derechos y libertades dentro del marco constitucional, pero entiendo que tiene que haber debates serios y sosegados. Yo soy periodista de profesión, nos movemos a golpe de tuit y de titular y, muchas veces, yo echo en falta esos debates serenos y sosegados que aborden los problemas que tenemos como sociedad. La sociedad cambia y debemos avanzar con ella. 

Me comentaba sobre la importancia de hablar y de dar visibilidad al colectivo LGTBI en el medio rural, ¿cuáles son las diferencias en ese sentido con respecto a una gran ciudad?

Es más difícil salir del armario, no por el hecho de que la sociedad local vaya a ser más dura, al contrario, creo que incluso se entiende mejor el medio rural una vez se decide dar el paso. Mira, lo que más cuesta siempre es contárselo a tu familia, y el ejemplo que pongo siempre es que los vecinos de un pueblo pequeño son como tus padres, tus tíos. Te has criado con ellos. Tal vez por eso el paso de salir del armario es más complicado. También conozco a muchas familias rotas y que lo han pasado muy mal en el medio rural por el hecho de que su hijo o hija sea del colectivo. No en Barruelo, pero sí en otros municipios. También es cierto que faltan referentes. En un pueblo pequeño hay menos personas del colectivo que en una capital, que es más visible. 

Cristian Delgado en una charla LGTBI en su municipio.

Cristian Delgado en una charla LGTBI en su municipio.

¿Usted ha sufrido homofobia como alcalde? Entiendo que como persona civil, sí, al igual que la gran mayoría de personas LGTBI.

Directamente no te puedo decir que hayan dicho "mira, el alcalde maricón", pero sí que es cierto que cuando me presenté en 2019 sí que hubo mensajes interesados, sobre todo a gente mayor. Les decían "¿cómo vamos a tener un alcalde maricón?". A mí no me duele porque, evidentemente, todo el mundo lo sabe, tengo a mi familia, mis amigos, a mi pareja le beso cuando quiero. A raíz de tus artículos, los alcaldes LGTBI hicimos un grupo de WhatsApp, hacemos quedadas, videollamadas conjuntas... Por desgracia, algunos ya han dejado de ser alcaldes, otros continuamos. En ese grupo hay gente de distintos partidos: PP, PSOE... Al final, todos tenemos los mismos retos, son comunes. Algún comentario sí que me ha llegado, incluso en redes sociales, cuestionando lo que hace o deja de hacer el alcalde en su vida privada. 

¿Qué le diría a esos miembros del colectivo que votan a la derecha o la ultraderecha o que piensa votar a éstos el 23 de julio?

El voto es libre. Cada uno que vote lo que le dé la gana, pero desde mi perspectiva personal yo no entiendo que se vote a determinadas opciones que no defienden los derechos del colectivo LGTBI o que no son claros en su defensa. Lanzo un mensaje contra esos discursos que la ultraderecha quiere que cale. En este país hubo gente que se dejó la vida, que fueron enviados a campos de concentración por ser maricón o bollera, hubo gente que se llevó palizas día sí y día también por defender su libertad personal amando a quien le daba la gana. Estamos viendo cómo hay gobiernos que se están formando donde los primeros acuerdos que se están tomando son prohibición de colgar la bandera del arcoíris, es la eliminación de la concejalía de Igualdad... Poquito a poco, esto hace mella. Si están en las instituciones es porque los ciudadanos los votan. En ese sentido, en España, aunque nos quede mucho por hacer, somos referentes en los derechos del colectivo. José Luis Rodríguez Zapatero fue muy valiente y, teniéndolo todo en contra, impulsó la ley del matrimonio igualitario. Eso fue en 2005 y ahora mismo muy poca gente pone en duda que dos personas del mismo sexo se puedan casar o puedan criar a un hijo juntos. El mensaje que lanzo es: votad a opciones que avalen todo este camino que hemos hecho conjuntamente. No sólo las personas LGTBI, sino la sociedad en general. No podemos retroceder ni dar un paso en toda esta lucha. Vamos todos de la mano.