El académico, historiador y humanista Liberto López de la Franca y Gallego tiene una vida tan vasta, interesante e intensa que no se puede condensar en una entrevista, ni siquiera en dos o tres: haría falta una serie documental de muchas temporadas para plasmar su existencia o un libro autobiográfico. Precisamente, Liberto ha tomado la determinación de volcar sobre el papel sus aventuras y desventuras

Así lo ha desvelado, en exclusiva, el que fuera concursante de Acorralados en conversación con EL ESPAÑOL. Está perfilando sus memorias, una suerte de catarsis literaria donde el que fuera jefe de la casa del infante de España Leandro Alfonso de Borbón Ruiz Austria ajusta cuentas consigo mismo, pero también con los demás. Con su vida personal e institucional, y también con todas las personalidades que ha conocido a lo largo de su trepidante existencia

Este periódico ha tratado de sintetizar en esta primera entrevista algunos de los pasajes que abordará Liberto López de la Franca en este libro que promete zarandear los cimientos de su vida, así como la vida de otros. De momento, el tomo no tiene título definitivo, pero le encantaría bautizarlo algo así como Francamente hablando con López de la Franca o Mis queridos hijos de la gran puta. A veces da la sensación de que este académico se va por las ramas cuando habla, de tanto como tiene que contar, pero siempre vuelve. Aquí, un adelanto.

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Liberto López de la Franca en una imagen facilitada a EL ESPAÑOL.

Ha tenido usted una vida intensa y quiere plasmarla en un libro

Yo he vivido muchas cosas y ahora ya no me atan ciertas circunstancias, profesionales, familiares, sentimentales. Ahora es el momento. Llegó el momento de que yo cuente, y no de forma ambigua. Como respaldo, tengo una biblioteca muy amplia y he leído, si no todas, casi todas las biografías que se han publicado. No solamente de Reyes, también de personajes. Desde tiranos hasta hombres con una entidad gloriosa. La historia es biografía pura y dura. Si no existieran los humanos, no existiría la historia. Lo que hace un ser humano, determina todo lo demás. 

¿Tiene ya título asignado? 

Todavía no tiene nombre, pero me gustaría un título como Francamente hablando con López de la Franca. Otro título puede ser Mis queridos hijos de la gran puta. Tengo que hablarlo con mi directora porque es lo último que voy a poner.

¿Qué habrá en ese libro?  

Habrá muchas fotografías, pasando por mi infancia, que fue muy feliz. Pasando, también, por la exclusiva dedicación que yo hice con mis padres. A los que he amado y les he cerrado los ojos a los dos. Pasando por todas las personalidades que he conocido y con las que he vivido tantas cosas, como Paloma Gómez Borrero, el conde de Barcelona, Montserrat Caballé... Voy a contarlo todo y no voy a suavizar nada, ni siquiera con mi familia. 

¿Cuál es la personalidad que más le ha impactado? 

Sabino Fernández Campo y Blas Piñar. Este último, por la cultura que tenía y su gran oratoria. Sabino, un hombre de Estado, me llegó al corazón. Un hombre con un gran sentido de la lealtad. Julio Anguita también me impactó mucho en su casa de Alfonso XII. Otro hombre que me impactó mucho fue Antonio García-Trevijano.

El académico e historiador en una imagen facilitada a EL ESPAÑOL.

A nivel televisivo, ¿ajustará cuentas con nombres como el de Kiko Hernández?  

Claro que estará Kiko Hernández (46). También la madre de Aída Nizar (47). El único que se ha enfrentado con esa gente soy yo. La maldad es así. Pasó con Benedicto XVI: murió víctima de la propia Iglesia y del poder. Y era un hombre con unos razonamientos que eran la conciencia de Europa. 

Hábleme de Paloma Gómez Borrero, que también saldrá en su libro

Fue íntima amiga mía. Vivió en Roma y me ayudó mucho económicamente. Hubo un momento en que mis padres no podían mandarme dinero, entonces Paloma me pagó el alquiler y la luz, que es carísima allí. Ella y su marido. Y me invitaba a comer... Nos íbamos a pasear cuando su marido se iba a trabajar como piloto de avión. Visitábamos museos e íbamos en un Twingo que tenía ella. 

¿Qué me dice de Encarna Sánchez? 

Yo no la elevo ni la humillo. Simplemente, cuento lo que a mí me hizo. A mí ella me pagó mi primer coche. Ella me dio 375.000 pesetas en el año 1995, un año antes de morir. Allí todos se repartieron sus cosas cuando murió. Había un abrigo reversible de Chanel, pieza única, y el día del entierro lo llevaba una persona de allí. Las cajas fuertes que había en su habitación... aquello fue muy duro

Tuvo muchos enemigos... 

Yo estuve hace poco en un programa de radio, salió el tema de Encarna Sánchez y me tuve que levantar e irme. En medio del programa. Estaba allí una persona, que no voy a decir su nombre, a la que tengo mucho respeto, pero que es hablar de Encarna y le sale... es que ella -Encarna- desenmascaró a esa persona. 

Liberto López de la Franca junto a Paloma Gómez Borrero en una imagen facilitada a EL ESPAÑOL.

Encarna se hizo a sí misma, porque ni siquiera estudió una carrera.

Ella cogía los diccionarios de María Moliner y se los aprendía y devoraba. Manejaba la palabra muy bien. A ella le gustaba mucho escuchar. ¿Tú sabes dónde aprendió la cultura que tenía? Porque yo le aconsejó un día que se leyera todos los libros de Federico García Sanchiz. A ella le fascinó mucho. Encarna leía mucho, devoraba libros. Conmigo se portó muy bien. 

Hablemos ahora de usted, a nivel personal y familiar. ¿Qué se va a abordar en el libro de su vida?

Voy a hablar de todo. Cuento cómo cuidé a mis padres, hasta que murieron. Yo he tratado de ser todo lo mejor posible para ellos. Mis padres sentían pasión por mí. También le dedico un capítulo al vínculo de unión que yo tenía de pequeño con mi mascota. Daba la vida por mí y para mí fue un trauma la muerte de ese animal. Ahora tengo un gato, que me regaló mi pareja y que va conmigo a todos los sitios. Ese amor desinteresado compite con lo humano. Ahora estamos viviendo un individualismo atroz. Vivimos en un mundo en el que en una comunidad de vecinos nadie se conoce. 

¿Qué persona le ha influido en su vida? 

Sin duda, Juan Adriansens y Menocal. Es mi maestro y ha hecho tanto por mí... Hay un capítulo en el libro que se llama El club de mis amigos muertos. Hago un repaso por esas estrellas del firmamento de mi existencia, donde hago un monumento erguido de gratitud a todas esas personas. Todas ellas han marcado mi vida; el reloj de mi existencia. Juan me cinceló, me pulió. Íbamos, con su pareja, Pedro del Valle, juntos por todo el mundo.

El académico junto a su gran amigo, Carlos Marín, y la expareja de éste, Geraldine.

Carlos Marín fue gran amigo suyo. Cuéntenos alguna anécdota que guarde de él

Eran horas y horas las que hablábamos juntos por teléfono. Me pidió ayuda en cuestiones de fenómenos paranormales que le estaban ocurriendo desde tiempo atrás. Recurrimos al Padre Fortea, así como a Paloma Navarrete. Y al llevar a su casa a Paloma, la vi muy abstraída. Silenciosa y, ante todo, muy impactada.

Le pregunté. Sólo me dijo: este muchacho tiene un ente tras de sí que puede llevárselo de este mundo. Antes de que acabe el año, será su batalla final. Aquello fue en 2021 -en diciembre de ese año, Carlos Marín falleció-. En una ocasión, en una fotografía hecha en casa de Geraldine -la que ha sido esposa de Carlos- aparecía un individuo con un perro sentado tras él. Había un perro a la espalda de ese señor. 

Menuda vida ha tenido, menudas memorias... 

Más que memorias, son vivencias. Quiero dejar claro que yo con mi salida del mundo mediático no he perdido, más bien ha sido un trampolín para subir más arriba. Yo me detuve en mi vida, hubo un momento de depuración interior y exterior. A partir de ahí, pegué el salto. Orillé la fama, todo el mundo mediático. Aprendí y ahora ya sé cuál es mi sitio. Sé estar en todos los sitios menos en el mundo televisivo. Es verdad que tendré mi programa de radio y un programa de televisión, pero no será nada frívolo. Si me llaman de LaSexta, voy. Yo ya sé quién es quién en la televisión, quién está detrás de todo. 

Algún detalle que se pueda contar de la portada del libro... 

No está definida todavía. En la portada va a haber una foto muy bonita con mi madre, de cuando yo era niño, sentado y dándole un beso a mi madre. Es la foto más importante de mi vida. Detrás, en la contraportada, habrá una fotografía ayudando a vestirse a don Leandro.

La biografía es muy liberadora, porque cuenta las grandezas y las miserias, las mías y las de los demás. Mis grandes errores, mis grandes fracasos y éxitos... Hablaré también de lo que pienso del rey Felipe VI (54) y de Juan Carlos I (85), y de mis experiencias casi desconocidas de lo que viví con ambos monarcas.