Aquella tarde Sevilla se puso toda amarilla, quebraíta de color. Y con el aire caliente su voz clamó de repente "¡ay, qué pena y qué dolor!" decían los primeros versos de la copla Silencio por un torero, del poeta Rafael de León. Este viernes día 29 de enero a las 16 horas de la tarde Sevilla sintió el pesar y la aflicción por la muerte de una mujer querida, admirada y respetada.

Blanca Crusset, conocida cariñosamente por su círculo más íntimo como doña Blanca, madre del periodista radiofónico Carlos Herrera (63 años), fallecía a la edad de 91 años en la capital hispalense, donde tenía fijada su residencia desde hace una década.

Con suma discreción, según apuntan a EL ESPAÑOL fuentes cercanas al comunicador, las exequias tuvieron lugar este sábado en el Tanatorio Mémora, conocido como el Tanatorio de la SE-30. Como es natural, se tuvieron que respetar todas las medidas impuestas por la Junta de Andalucía para evitar la expansión del coronavirus.

Carlos Herrera y Blanca Crusset en las redes sociales del periodista. Redes sociales

La relación de Carlos Herrera y su madre era muy estrecha. Ambos sentían admiración mutua por el otro y así manifestaron en un sinfín de ocasiones. En 2016, Herrera declaró lo siguiente: "Yo soy lo que soy gracias a mi madre".

Blanca Crusset, según las personas que la conocían, era una mujer valiente, fuerte, cariñosa, elegante, atenta y que enviudó demasiado pronto, a la edad de 39 años. Doña Blanca estaba casada con un brillante médico malagueño, especializado en dermatología, el doctor Herrera, con quien en el verano de 1957 tuvo en Cuevas de Almanzora -Almería- a su primer y único hijo: Carlos Herrera.

Poco después de la llegada al mundo de Carlos, la familia se trasladó a Mataró -Barcelona-, donde Herrera padre ejercía con éxito y prestigio su profesión. Cuando Carlos Herrera tenía sólo 11 años tuvo que lidiar con uno de los reveses más duros de su vida: la muerte de su padre a causa de un cáncer de hígado.

"De aquellos años, lo que recuerdo es que no fluía el dinero en casa, vamos, que no había nada, y recuerdo a mi madre que era la que tenía que salir adelante todos los meses" rememoraba Herrera en una entrevista. "Fuimos una familia muy unida y mi tío Alberto ejerció como figura paternal. Fue una persona muy importante para mí. De hecho, mi hijo se llama así por él", expresó en 2016 en un programa de Telemadrid. 

Carlos Herrera en Radio Miramar a la edad de 23 años. Redes sociales

Tras pasar su juventud en Cataluña, Carlos Herrera fue destinado a Sevilla para hacer la mili: el flechazo definitivo que lo unió para siempre a la ciudad donde todavía hoy vive. En los primeros años, Blanca Crusset seguía haciendo su vida en Mataró, pero cada vez eran más frecuentes las visitas a su hijo a Andalucía, que además, se había licenciado en Medicina para seguir los pasos de su padre, aunque nunca se colegió. "Como huérfano de médico, pude estudiar Medicina gracias a la Fundación de Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC) y al colegio de médicos", afirmó.

Carlos Herrera siempre sintió pasión por la comunicación. Y en concreto, por las ondas radiofónicas. De Andalucía le embrujó todo: sus tradiciones, la Semana Santa, la Feria, El Rocío, el Carnaval de Cádiz. Así, mientras su voz se iba convirtiendo en referente de la comunicación en España, Carlos Herrera construyó su propio imperio inmobiliario y compró casas en Sevilla capital, la aldea de El Rocío y Sanlúcar de Barrameda, donde posee un impresionante chalé a pie de playa y donde Blanca Crusset solía pasar parte del verano

El pasado 24 de diciembre, día de Nochebuena, Carlos Herrera publicaba la última foto junto a su progenitora en su cuenta de Instagram. Alegres, celebrando esta Navidad tan atípica y con una copa en la mano, miraban a cámara y Herrera dejaba un mensaje de felicitaciones con guiño a doña Blanca.

"Tres benjamines finalmente se ha cargado doña Blanca. No me deja subir la foto con gorro de Papá Noel. Lo siento. Feliz Navidad", escribía al almeriense, que ahora se enfrenta al dolor por la triste pérdida de su madre.

Carlos Herrera contrajo matrimonio con la también periodista Mariló Montero (55) en la localidad madrileña de Aravaca en el año 1991. Fruto de su relación nacieron dos hijos, Alberto Herrera Montero (29), el más desconocido del clan, que es un apasionado de la música, y Rocío Herrera Montero (26). Ésta última, modelo de profesión, decidió despojarse de sus apellidos originales para adquirir el de Crusset, el segundo de su padre, es decir, el apellido primero de su abuela paterna, doña Blanca Crusset.

Mariló Montero y Carlos Herrera decidían tomar caminos separados hace ya diez años. A través de un comunicado emitido, el andaluz y la navarra informaban de su quiebre sentimental, apuntando, que se trataba de un asunto estrictamente privado sobre el que no ofrecerían más detalles.

Una máxima que siempre mantuvieron es la de la "extraordinaria relación" entre ellos mirando "por el bien de la familia". Hasta la fecha, nadie de la familia Herrera Montero ha publicado nada en sus redes sociales en relación a la triste pérdida de doña Blanca, un pilar clave en la familia que este viernes dijo adiós para siempre.

[Más información: Muere Blanca Crusset, la madre del periodista Carlos Herrera]

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