Muchos recuerdan a Dámaso Ángulo (27 años) por ser uno de los concursantes más peculiares de la duodécima edición de Gran Hermano. Un chico risueño, espontáneo y que soñaba con ser sacerdote. Pero lo cierto es que desde hace unos años, y lejos de aquella felicidad contagiosa que caracterizaba al manchego, no atraviesa su mejor momento debido a la preocupación que siente por su madre. JALEOS ha hablado con él para conocer de primera mano qué es lo que ha sucedido.

Mari Carmen -así es como se llama su progenitora- sufrió hace cinco años un delicado accidente laboral mientras desarrollaba su jornada de trabajo en una conocida fábrica de jamones, ubicada en el municipio de Corral de Almaguer (Toledo). Al parecer, y según cuenta Dámaso, su madre "estaba limpiando una máquina, la cual no tenía un protector en funcionamiento para poder sacar una cuerda. Al intentar sacarla quedó atrapada con el guante, la máquina le fue engullendo la mano poco a poco y perdió tres dedos. No fue la cosa a más porque retiró la mano en frío, que sino lo hubiera perdido todo".

Dámaso y su madre en un combo JALEOS.

Una triste noticia que no tuvo la solución que madre e hijo hubieran deseado. Pesea sus deseos, ella no logró salir indemne de lo que pasó, y resultó imposible recuperar la normalidad. Desde entonces la vida de Mari Carmen cambió, tanto que ha estado en tratamiento psicológico tras caer en una gran depresión, de la que no la conseguido recuperarse por completo.

"Los dedos le quedaron triturados y no hubo opción alguna a realizar una reconstrucción. En lugar de llamar a una ambulancia y llevarla rápidamente al hospital, le trasladaron de urgencia a un centro de salud. De allí le llevaron al centro médico donde confirmaron la perdida de esos tres dedos", narra el hijo de la protagonista de esta historia.

Preocupado y con una sensación de impotencia ante este suceso que afectó a su madre, ambos lucharon para conseguir el mejor resultado dentro de lo posible. Por ello, decidieron ponerle los dos dedos del pie en la mano a través de una cirugía, y aunque "todo apuntaba a que podría tener movilidad en ellos, finalmente no ha sido así. A día de hoy los tiene tiesos y no tiene movimiento alguno", cuenta el exconcursante de Gran Hermano 12.

Madre e hijo piden justicia

Después de todos estos años "tan solo se ha celebrado un juicio y todo ha salido a favor de mi madre, pero está cobrando tan solo 230 miserables euros de la Seguridad Social para toda la familia. Estamos a la espera del recurso final, con el que, si todo sale bien, le aumentarían a algo más de 500 euros, que es lo que le va a quedar definitivamente. Ella sigue con depresión, ha estado en psicólogos, y no quiere enseñar la mano porque le da vergüenza".

Dámaso Angulo en una imagen de redes sociales.

A pesar de que, por el momento, la justicia le ha dado la razón, la empresa ha recurrido la versión de Mari Carmen, y según Dámaso "lo más grave es que uno de los abogados ha indicado que ella de manera voluntaria introdujo la mano en esa máquina", manifiesta con indignación. "Todavía no hay sentencia firme ni nada, solamente lo que ha dicho la seguridad social. Los juicios se van aplazando, y así continuamente. Yo no sé si la justicia es justa, pero creo que esto es la ley del pobre y del rico". Lo cierto es que la familia quiere que se haga justicia, y esperan recibir una indemnización por parte de la fábrica, "por falta de medidas de seguridad e higiene". El ex gran hermano asegura que eso fue así y que todo ello está documentado por un inspector de la seguridad social que acudió a esta fábrica después del accidente.

[Más información: Chari, de 'Gran Hermano 12': de la casa de Guadalix a la cárcel de Ceuta]

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