Pablo Iglesias (39 años) e Irene Montero (30) quisieron compartir su felicidad el pasado 1 de abril. La portavoz de Podemos en el Congreso publicaba una larga carta en las redes sociales donde anunciaba su embarazo. Sus siguientes apariciones públicas fueron mostrando la evolución de su tripita y la pareja esperaba ver la cara de sus mellizos el próximo otoño. Sin embargo, la fecha se adelantaba a principios de verano, algo que sucede en muchos casos en los que se gesta más de un embrión.

Pablo e Irene desaparecieron de la vida pública por el motivo más rotundo que puede existir: la vida de sus hijos recién nacidos. Durante estos meses han dedicado su día a día, sus horas con todos sus minutos a permanecer al lado de los retoños para ser su aliento en esta lucha. Con esfuerzo, ayuda y bajo el lema 'vamos' -que se han impuesto como escudo de batalla- están saliendo adelante poco a poco.

Irene y Pablo en una de sus últimas fotos en el Congreso antes de ser padres.

Así lo contaban los propios protagonistas en su última misiva pública en la que agradecen todo el apoyo a quienes les han hecho llegar sus mejores deseos. También han explicado algunas de sus vivencias a lo largo de estos meses, pero al mismo tiempo han querido mantener en la privacidad otros datos.

La información que se conoce:

El día de su nacimiento

El 3 de julio de 2018 quedará marcado en el calendario vital de Pablo e Irene. Esa es la fecha en la que su felicidad se trasformó en incertidumbre y en un episodio que les iba a acompañar durante unos meses de larga lucha. Sin embargo, la esperanza, el buen hacer de la Sanidad española y su constancia ha conseguido obrar el milagro.

Nunca salieron del Gregorio Marañón

Durante unos meses se creyó que los mellizos se habían trasladado del hospital Gregorio Marañón al de La Paz. Tras dar a luz en el Gregorio Marañón, Irene recibió el alta hospitalaria dos días después y tras conocer el difícil estado de los pequeños se habló de su traslado, pero la realidad es que nunca salieron del lugar en el que nacieron.

Los métodos médicos utilizados

Desde que nacieron, Leo y Manuel permanecen en la Unidad de Cuidados Intensivos "rodeados de tubos y electrodos y de monitores cardíacos y de respiración". Allí han experimentado la solidaridad pues los bebés "tuvieron que alimentarse de la leche de otras madres antes de que pudieran utilizar la de Irene". Pero si algo les salvó la vida fue el método canguro, también conocido como 'piel con piel'.

El equipo de profesionales que los cuida

En la carta que la pareja quiso hacer pública este lunes nombraban a la mayor parte de doctores, enfermeras, auxiliares y demás profesionales que están cuidando de sus pequeños desde que nacieron. Entre esa lista destaca el Doctor Manuel Sánchez Luna, experto en el cuidado de los pulmones prematuros; así como las Doctoras Elena Zamora o Ana Rodríguez que se han preocupado de atender día a día a los bebés y proporcionar tantos cuidados como sonrisas.

Los datos que se desconocen:

Cuánto pesaron al nacer

La cifra es totalmente desconocida. Dato que sí trascendió en el caso del hijo de Pablo Casado, quien aseguró que su pequeño pesaba apenas 700 gramos. De los hijos de Pablo e Irene se sabe que nacieron con 26 semanas de gestación, un tiempo preciso para formar lo justo de sus pequeños cuerpos pero con un altísimo índice de supervivencia. Una semana menos de gestación hubiera dado el doble de complicaciones, pero, afortunadamente, no fue así. 

Su evolución

Algunos medios insinuaron que hubo un tiempo durante la evolución de Leo y Manuel que "existieron complicaciones". Sin embargo, lejos de consolidarse ese rumor ha ocurrido todo lo contrario y sabemos por boca del propio padre de los pequeños que avanzan adecuadamente y ya ven signos de mejora. Un paso a paso del que no se conoce el rumbo real pero que en conclusión continúa por buen camino.

Su auténtico estado de salud actual

"Están mejor", dijo este lunes por la noche Pablo Iglesias cuando el periodista Pedro Piqueras le preguntó por sus mellizos. Su frase sonó bien, esperanzadora, pero midió mucho sus palabras para no dar demasiada información y prefirió permanecer cauteloso. Una actitud totalmente normal por parte de un padre preocupado que ha sido testigo de la increíble lucha de sus hijos desde que nacieron.

[Más información: La emotiva confesión de Pablo Iglesias sobre el sufrimiento de sus mellizos: "Soy ateo, pero mis amigos rezaron a la virgen"]

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