Uno de los mayores sueños de Risto Mejide (43 años) era poder sentar en su Chester a Andrés Iniesta (34). Algo que finalmente conseguía este domingo. Allí, el jugador español más laureado de todos los tiempos habló abiertamente sobre su decisión de abandonar la Selección Española y el Fútbol Club Barcelona para disfrutar del balón alejado de la presión.

"Me sería muy difícil dar toda la exigencia que implica y que merece este club. Dejarlo es lo más honesto por mi parte (...) Me voy para jugar en otra competición, con otra exigencia, en un mundo distinto. No me retiro, voy a seguir jugando, pero de otra manera", explica el jugador.

"Decidí que si me iba, no podía ser con una imagen como la dada el año pasado. Tenía que ser por todo lo alto, con la imagen con la que me ha visto la gente realmente. Me tomé éste como el último año y gracias a Dios, creo que me voy como hubiese soñado".

Durante su encuentro con Risto, Iniesta también fue desgranando anécdotas desconocidas, zanjando viejos rumores y hasta explicando curiosidades que hoy forman parte de la leyenda.

Por ejemplo, que la camiseta con la que marcó el famoso 'gol del Mundial' tenía mangas largas y terminó cercenada a tijeretazos en el túnel de vestuarios minutos antes de saltar al campo. "La tuve que cortar, no soporto jugar con manga larga", aclaró el jugador.

O su ya célebre madridismo de la infancia, motivado por un berrinche: "El Barça vino a jugar contra el Albacete y nos metieron siete goles. Siete goles a mi equipo. Pillé tal berrinche que dije que el Barça, que era mi segundo equipo, no le podía hacer eso a mi Albacete... y tuve un periodo un poco difícil con cambio de equipo incluido", comentó entre risas.

Andrés Iniesta.

De los siempre anunciados y nunca confirmados contactos entre el Real Madrid y el jugador para incorporarlo a la plantilla blanca, Iniesta se mostró tajante. "Nunca los ha habido. Desde que pisé esta ciudad con 15 años siempre supe que me debía a mí y a mi familia jugar en el Barça. Incluso en los inicios, que no fueron fáciles y se hablaba de cesiones, siempre dije que prefiero jugar aquí 10 minutos que jugar más en cualquier otro equipo".

Y es que, tal y como reflexionó el propio jugador: "Lo que nos enseña la vida es que cuando te caes, cuando salen las cosas mal, es ahí donde se ven a las grandes personas. Mi filosofía, y entiendo que la del ser humano, es la de volver a levantarse y volver a pelear".

Así sucedió precisamente en el peor momento de su vida cuando una lesión le impidió jugar la final de la Champions de 2009: "Me dejé la vida para jugar esa final, la jugué lesionado y el peaje que pagas después fue muy duro".

Para colmo, la muerte de Dani Jarque no hizo más que ahondar en la tristeza del jugador: "Fue un cúmulo de cosas que me hizo entrar en un pozo sin salida. Me sentía vacío por dentro". Por eso no dudó en ponerse en manos de psicólogos. "Llegó un momento que estaba con mi mujer y les dije que necesitaba a alguien. No podía más. O hacíamos algo o no sabía dónde iba a parar".

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