Ni uno solo de lo hijos y familiares de Carmen Franco acudió al funeral oficiado por Carlos Amigo por el alma de la fallecida en el piso donde tiene su sede la Orden del Santo Sepulcro, de la cual fue Dama en vida la fallecida. Fue una misa emotiva en la que el arzobispo emérito de Sevilla, gran prior de España Occidental de la Orden de Caballería, rezó no solo por ella sino por el alma de un familiar del lugarteniente de la orden de caballería más antigua del mundo, que remonta sus orígenes al siglo XI. No ha sido algo especial lo que se ha hecho con la hija de Franco. Todos los jueves del mes tiene lugar una misa por los fallecidos de la Orden de Caballería, en esta ocasión iban vestidos de calle. 

Carlos Amigo, franciscano, ofició una misa sencilla, que tuvo lugar en el salón de un piso, la sede de la orden, con un conmovedor sermón sobre la muerte, el dolor y la aceptación que tocó la fibra de todas las personas que han perdido un familiar. Concretamente, fue una lectura del Apocalipsis y el Evangelio de San Juan, yo soy el Pan y el vino. Amigo habló de la importancia de asumir la muerte con esperanza, sin deudas de odio porque Jesús, dijo, es la Puerta, y aunque la muerte nos dé desgarrones tremendos ningún padre deja morir a sus hijos. 

Amigo, un hombre de elevada estatura tanto física como intelectual, ha sido definido en reiteradas ocasiones como un hombre de talante diametralmente opuesto a las corrientes neoconservadoras de la Iglesia, el Opus, los Legionarios de Cristo o los Kikos. Carlos Amigo ha sido definido por Infovaticana como el Franciscano más Jesuita, en contraposición al Papa Francisco, el jesuita más franciscano, lo que explicaría la afinidad entre ambos.

Carmen Franco en una imagen de archivo. Gtres.

La ausencia de Carmen (66), Francis (63), Cristobal (59), Jaime (53), Arancha (55), Mariola (65) y Merry (61), así como la de sus nietos, fue excusada por una persona perteneciente a la orden que conocía muy bien a la duquesa de Franco: "Los hijos a veces no saben lo que hacen sus padres, la vida que han llevado, lo que han hecho. Son independientes". Al parecer, se esperaba la presencia de al menos uno de ellos acompañado por su esposa, probablemente Francis, pero no se presentó, susurraba una dama del Santo Sepulcro, que excusaba la ausencia. "Le habrá surgido algún contratiempo”.  Carmen, que según un amigo supo tomar de lo que le ofrecía la vida "aquello que más le interesaba" como ser humano, llegó a la orden por medio de su marido, el marqués  de Villaverde, que se casó con el Uniforme de Caballero del Santo Sepulcro.

Si los Franco decidieron ausentarse del funeral por cortar con un pasado que pudiera parecerles vetusto o incómodo se equivocaron plenamente. La Orden, con un enorme dinamismo, cuenta con 950 Caballeros, Damas y Eclesiásticos en toda España y algo más de 25.000 en todo el mundo de todas las edades que aportan una considerable cantidad de dinero a la protección y conservación de los Santos Lugares. Financian escuelas y hospitales, protegen a los cristianos de todas las confesiones que viven en Tierra Santa y tiene una importancia decisiva a la hora de intentar conservar la paz en una de las zonas más conflictivas del mundo.

Un joven miembro de la orden que prefiere no revelar su nombre, "aquí todos somos simplemente damas y caballeros”, revela la tremenda preocupación existente tras la decisión de Donald Trump de trasladar a Jerusalén la sede de la embajada estadounidense, lo que está acrecentando las tensiones en la zona. La Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén ha recibido del Papa Francisco la misión especial de reforzar la práctica de la vida cristiana entre sus miembros y de ayudar al mantenimiento de la presencia cristiana en Tierra Santa. El Papa le ha devuelto a la Orden su función primitiva, pero con una gran diferencia, que los medios no son ahora la fuerza de las armas, sino la ayuda fraternal a los cristianos de Tierra Santa con la misma fuerza y el espíritu de los Caballeros del Santo Sepulcro hace mil años.  

Al anterior funeral, celebrado en la Iglesia de San Francisco de Borja cercana al domicilio familiar de Carmen Franco, sí asistieron los hijos de la fallecida duquesa de Franco. Cooficiaron el cardenal Cañizares y el abad emérito del Valle de los Caídos y además estuvo presente el también cardenal José Manuel Estepa Llaurens, obispo castrense de España. Fue una misa por todo lo alto, llena de alabanzas a la difunta, que contrasto con el carácter sencillo de la ceremonia que tuvo lugar ayer a las 20:00 y a la que asistieron unas cien personas que atestaban el salón que sirve como biblioteca. Nada de lujos en una organización en la que no se desperdicia ni un céntimo. "De aquí no sale ni una botella de agua".

Carmen Martínez Bordiú , Cynthia Rossi, Margarita Vargas y Luis Alfonso de Borbón durante el funeral de Carmen Franco en Madrid. Gtres

A Carmen Franco, según una amiga presente en la ceremonia, le habría gustado su misa de ayer: "Era una mujer muy sencilla. En los viajes era una más, siempre cargada con su maleta. Siempre pendiente de todo, empeñada en evitar discordias y conflictos. Tenía un tacto y una elegancia exquisitas".

Y era muy inteligente. Probablemente habría aconsejado a su hijo Francis, de actualidad por el juicio por su presunto altercado con la Guardia Civil, que asistiera, al margen de que en la calle hubiera o no paparazzi esperando al miembro de una familia que siempre seguirá suscitando interés entre la opinión pública española.

[Más información: El universo Franco: 7 hijos, 14 nietos... y Pocholo]

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