Carlos Falcó parece cada día más rejuvenecido. A sus 80 años, el marqués de Griñón está mejor que nunca. El matrimonio y su nueva vida junto a Esther Doña (39) le sientan estupendamente. Ella le ha devuelto la ilusión y la energía que necesitaba y eso se nota en su aspecto físico. Sin embargo, para su mujer la clave no está tanto en su idílica historia de amor como en los cuidados a los que su marido se somete día a día. "Carlos se mantiene joven por los antioxidantes del vino y del chocolate que le encantan... Y también el aceite. Siente predilección por todos los remedios naturales", ha explicado en una de sus últimas apariciones públicas.

Unos productos, que además de ser muy buenos para la salud, están muy al alcance del aristócrata. En su Palacio El Rincón en Aldea del Fresno, residencia habitual de Falcó, cuenta con cultivos de vid y de olivo. "Cuando era joven me querían llevar a la Academia militar de Zaragoza y yo le dije a mi abuelo que lo que quería era trabajar el campo y hacer vinos y aceites embotellados, cosa que le pareció muy bien", relató el padre de Tamara Falcó (36) en una entrevista televisiva para Telemadrid hace unos años.

Carlos Falcó y Esther Doña durante el último evento al que han asistido. Gtres

Ahí es donde empezó su negocio y su pacto con la tierra para mantenerse joven. Pero su eterna juventud también tiene truco. El marqués de Griñón se ha sometido a algunos retoques estéticos para acortar visualmente la distancia de edad con su mujer, de la que le separa 41 años. Además de eliminar las bolsas de los ojos, recibir inyecciones de toxina botulínica para reducir las arrugas del entrecejo y las patas de gallo y recurrir al láser para quitar las manchas de la piel, hay que recordar que se hizo un injerto capilar.

Los resultados sobre su alopecia ya se dejan ver. Comparando imágenes de hace unos meses con las de su última aparición pública en la presentación del catálogo benéfico 2018 Diez personas 10 se aprecia una cabellera más poblada. Además, se ha teñido el pelo en un tono más oscuro para dar a su rostro un aire más juvenil y hacer desaparecer las temidas canas.

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Mientras el marqués se esfuerza por no aparentar la edad que tiene, su esposa utiliza la estrategia contraria. Su estilo clásico, sobrio y sin apenas gracia le aleja de su edad. Le suma años y así se acerca más a la imagen de su esposo.

Carlos Falcó y Esther Doña se casaron el pasado 22 de julio en secreto y en septiembre organizó una gran fiesta para celebrar el enlace. Este ha sido el tercer matrimonio para Esther Doña y el cuarto para Carlos Falcó, que estuvo casado anteriormente con Jeannine Girod, Isabel Preysler (66) y Fátima de la Cierva.

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