Lo que quiero es dinero, quiero dinero”, le decía hace unos días Ángel Garó a Paz Padilla durante una conexión telefónica en Sálvame harto de que el programa llevase días tratando el tema de un presunto maltrato a su expareja.

Dicho y hecho. Este sábado, Garó, que previamente había criticado con dureza este tipo de programas, claudicaba ante Sábado Deluxe accediendo a sentarse en plató a cambio de dinero para hablar sobre las últimas acusaciones que se han vertido sobre él. 

En dos semanas se ha tirado por la borda mi carrera”, se ha quejado Garó. “Lo más doloroso es que me relacionen con el maltrato. Me da igual que tomo whisky con agua o estupefacientes porque eso tiene arreglo. Pero, ¿el maltrato?”, ha añadido.

El humorista relató cómo había sido su relación con su expareja Darío. Una relación tóxica en la que se mezclaban drogas, prostitución, celos y violencia y que terminó con la denuncia de su ex hace dos semanas. “Esa denuncia es el resultado de una persona desiquilibrada que está diagnosticado”, ha explicado.

 “En este tipo de personas diagnosticadas, los celos son matadores. Y esa noche del presunto maltrato, ¿tú crees que se puede montar un espectáculo de celos? Tuvo un ataque de celos y yo esperé que mis invitados se fueran y le recriminé que eso no podía ser. Le dije que se marchara a trabajar y nos quedamos mi amiga y yo en casa”, contó el malagueño insinuando que su expareja “amenazó con quitarse la vida”.

Preguntado por qué la policía le detuvo en la estación de María Zambrano de Málaga, Garó explicó que debía porque “al día siguiente para un circuito de moda íbamos a hacer un cortometraje a Madrid. Ya habíamos embarcado cuando aparecieron dos policías de paisano”.

29 horas en un calabozo

Me tuvieron 29 horas en un calabozo con derecho a una llamada y sin poder hacer pis cuando quería. Era como un delincuente porque un señor había dicho que yo le había empujado por las escaleras”, añadió.

Asimismo, el humorista también insinuó que su expareja se había autolesionado en alguna ocasión y que le sorprendió mucho lo rápido que había conseguido un parte de lesiones recordando que trabaja en un centro de salud. 

Pero, más allá de la denuncia, el malagueño también deslizó que quién había sido maltratado en alguna ocasión en su relación era él. “Los cardenales a veces se aguantan dependiendo de dónde vienen. Era una persona que se ponía nerviosa, yo intentaba retenerle y somos dos hombres…”.

En cuanto a las declaraciones de un ex de Darío que esta semana contó en Sálvame que éste quedaba con gente “a cambio de recibir una contraprestación”, asintió preguntándose:“¿qué te digo? ¿qué te digo?”.

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