Aún no ha llegado al ecuador de su gira española pero Pau Donés (50 años) se siente como si acabara de empezar. "Imagínate que eres un niño y te dicen que vas a ir 15 días a Eurodisney y vas a poder montar en todo lo que quieras una y otra vez. Así me siento yo", revela a EL ESPAÑOL nada más empezar la entrevista. Está eufórico, ilusionado y completamente inmerso en su periplo musical por España y medio mundo, sin pensar en los 200.000 kilómetros que aún le quedan por recorrer y, lo que es más importante, sin pensar en el cáncer que sufre desde hace un par de años.

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"Estoy a tope, al cáncer le dedico sólo cinco minutos al día. Os preocupáis vosotros más que yo y lo entiendo, porque es un tema que nos acojona. Cuando yo era un mero espectador se me apretaba el culo porque el cáncer es el gran desconocido. Pero es una enfermedad crónica como cualquier otra, no te enseña nada, sólo te jode. Claro que no me gusta tenerlo, pero yo paso de él y voy a mi bola haciendo lo que me gusta", explica sin tapujos en conversación con EL ESPAÑOL.

Pau Donés presenta su libro

Cuando este medio habla con él, Donés aún tiene las emociones a flor de piel tras actuar en Barcelona en un concierto apoteósico que ha llenado el Liceo, aunque también ha tenido mucho que ver el reencuentro que ha protagonizado con su profesor favorito, sobre el que ya escribió en su libro 50 palos... y sigo soñando.

"Yo era un pieza de pequeño, hiperactivo, disléxico... imagínate. Pero él me cogió con 15 años y me convirtió en un amante de la literatura. Gracias a él empecé a escribir canciones. Creo que de eso se ha enterado ahora (ríe). Ya ves, un profesor puede arruinarte la vida o convertirla en algo apasionante. Ha sido muy emocionante que me haya venido a ver y hayamos podido retomar el contacto", rememora el cantante no sin cierta emoción.

Donés disfruta el momento y no hace planes a largo plazo. Ahora lo importante son sus conciertos por la geografía española. "Paso del futuro. El futuro no existe. Para mí no es importante. Y el pasado lo miro poco porque tengo una mirada selectiva. Así que sólo pienso en el aquí y el ahora. En nada más. Ahora me estoy pegando una vida de cojones, con mis conciertos, mi libro, mi disco nuevo, mis regatas, la conexión con la naturaleza y mis perros... lo vivo todo de forma intensa", explica el autor de La Flaca.

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En este período trascendental de su vida, ha transformado sus recitales gracias a una puesta en escena más íntima, en teatros y con la ayuda de un cuarteto con piano y contrabajo incluidos. En definitiva, los ha reconvertido en una especie de evento terapéutico tanto para sus seguidores como para él mismo. "No tengo la pretensión de impresionar a los que vienen. Sólo quiero que se emocionen en una atmósfera de intimidad".

Y parece que lo está logrando, aunque es consciente de que, parte del éxito que está teniendo su gira tiene que ver con la situación personal por la que atraviesa.

Pau ha convertido sus conciertos en recitales terapéuticos e intimistas. Imagen cedida a EL ESPAÑOL

"He pasado dos años fuera de los escenarios por el cáncer. Eso unido al hecho de que algo les debo de gustar ha hecho de mi vuelta todo un éxito que no esperaba". En su opinión, se ha conseguido crear una empatía con sus fans. "He vuelto a conectar con la gente gracias a canciones como Humo y a las circunstancias en las que he regresado. Yo mismo ni siquiera voy al psicólogo porque me quito una mochila cada vez que escribo una canción o un libro", añade durante su conversación con EL ESPAÑOL.

A lo largo de la charla, Pau hace referencia en varias ocasiones a su modo de afrontar la etapa que ahora tiene por delante. Afortunadamente, lo está haciendo sin necesidad de someterse a ningún cuidado especial durante su gira por culpa del cáncer. "Hago una vida completamente normal. Eso sí, no salgo de noche ni bebo alcohol, pero por lo demás no necesito ningún tratamiento en mis viajes".

Tras los teatros españoles, llegará el turno de Estados Unidos, Latinoamérica e Italia. En total, más de un centenar de conciertos que mantendrán ocupado a Donés casi todo lo que resta de 2017. De ahí que no piense en ningún proyecto más, ni documentales, ni libros ni siquiera la pintura. "Como actor soy un desastre, además soy muy mal dibujante. Entre los conciertos y la firma de mi libro en la próxima feria... ¿Qué más quieres que haga?", bromea el artista. "Lo que estoy viviendo ahora es la ostia, una pasada. Hago lo que me gusta, estoy bien. Y encima tengo éxito. Suficiente".