Será el jueves, a las nueve y media de la mañana, en el palacio de Quintana Redonda, un pueblecito a pocos kilómetros de Soria, justo en el panteón familiar en el que yace Leoncio González de Gregorio y Martí, el marido de Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, la duquesa de Medina Sidonia —o duquesa roja, como se conocía popularmente—. Y de allí será exhumado para que un juez pueda dictaminar si es el padre de Rosario Bermudo Muñoz, como ella afirma. Es el último capítulo de una demanda de paternidad que suma años después de que los hijos del aristócrata se hayan negado a realizarse la prueba de ADN.

Rosario no irá a la exhumación de su presunto padre, tampoco ninguno de sus hijos. En la distancia, espacial, temporal pero no emocional, la familia Bermudo vive con nerviosismo las vísperas de la prueba que les permitiría cambiarse de apellido.

"Mi madre lo está llevando mal, a fin de cuentas, también es su padre", confirma a EL ESPAÑOL Nuria, la hija menor de Rosario Bermudo, la mujer que demanda la paternidad del marido de la ‘duquesa roja’. "Teníamos la esperanza de que no se tuviera que llegar a la exhumación del cuerpo, pero la familia no ha puesto de su parte, hasta tres veces se han negado", detalla al teléfono. "Sus motivos tendrán", añade.

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Tres momentos en la vida de Rosario Bermúdez Muñoz, la supuesta hija de Leoncio.

Solo Pilar González de Gregorio, la única mujer entre la descendencia del matrimonio de la duquesa de Medina Sidonia y Leoncio González, consintió realizarse la prueba de ADN para cotejarla con la de su presunta hermana. "Pero el Instituto de Toxicología, Medicina Legal y Ciencias Forenses —sostiene el abogado de la parte demandante, Fernando Osuna— nos dijo que necesitaban también un análisis genético de los hermanos varones, y éstos se negaron". "Sabemos que es una situación dolorosa, pero no nos han dejado otra opción", continúa el letrado, que aportó el análisis de ADN de los restos genéticos de Leoncio hijo que encontró en una botella de agua para que el juez admitiera a trámite la demanda. El resultado: 99,99 por ciento de coincidencia.

¿INEXPLICABLE? FALTA DE COLABORACIÓN

La familia de Rosario Bermudo no se explica el 'no' de Leoncio y Gabriel, los hijos de los aristócratas. "Nosotros siempre hemos mantenido muy buena relación con Gabriel, nos llamábamos mucho, y mi madre le preguntaba por cosas de mi abuelo, sobre cómo era; de hecho yo llegué a estar en su casa porque quiso conocerme", explica Nuria. "Todos sabían que mi madre era su hermana, pero todo cambió de forma radical cuando pusimos la demanda de paternidad", detalla la joven, la menor de tres hermanos.

Gabriel, el menor de los hijos del matrimonio de aristócratas ha sostenido que la opinión pública los está criminalizando injustamente y justificaba su negativa a la prueba de ADN al considerar que sobre él pendía la insinuación de que Leoncio no era su padre biológico.

Pilar, Gabriel y Leoncio, los tres hijos de la duquesa roja que aspiran a recibir su herencia. Gtres

Rosario Bermúdez Muñoz se niega a hablar con la prensa. Vive en Madrid alejada del ruido mediático que la noticia de la exhumación de su presunto padre la generado. Solo ha concedido una entrevista a ABC de Sevilla y en ella se mostró tajante: "No me queda la más mínima duda de que mi padre era el marido de la que llamaban duquesa roja", afirmó.

Su hija Nuria recuerda a EL ESPAÑOL cómo de chica llamaban a su madre 'la condesita' en Écija (Sevilla) el pueblo de su familia materna donde se crió con sus abuelos, que llegaron a tener 16 hijos. Después de dar a luz, su madre regresó a Madrid a seguir sirviendo con la familia de Leoncio González. "Iban también a la finca de Badajoz, vamos, ella iba a donde fuese la familia, pero no la dejaron quedarse con mi madre", explica Nuria.

Los duques de Medina Sidonia cuando eran matrimonio. EFE

Cuenta Rosario, la presunta hija del aristócrata, que su madre se enamoró "locamente" de Leoncio, con quien tuvo una relación furtiva a los ojos de su familia, para la que trabajaba como empleada del hogar. El idilio oculto se descubrió con el embarazo, algo que sentó mal en la casa. Rosario Muñoz su madre, a sus 20 años, ganó una hija, pero perdió el trabajo y el jornal. También al que fue su amor durante tantos años, Leoncio, hijo único. Un amor vetado.

Su abuela, Rosario Muñoz Centeno, acabó casándose y su marido Manuel dio el apellido Bermudo a la supuesta hija de Leoncio. Por su parte, Leoncio González se casó con la duquesa de Medina Sidonia y fruto de ese matrimonio nacieron Leoncio, Pilar y Gabriel. La vida de ambas partes fueron muy diferentes.

Rosario no pudo ir a la escuela; de hecho ahora, a sus 66 años, ha vuelto a estudiar. A lo largo de su vida trabajó como su madre, limpiando casas.

Ahora todo puede cambiar. "Lo primero es hacer la prueba, después, que en el juicio se demuestre que Rosario es hija de Leoncio González —enumera el abogado Fernando Osuna—; ya vendrá luego la demanda para que entre en el reparto de la herencia, que es bastante alta, porque en ella hay que incluir los beneficios generados por el matrimonio con la duquesa de Medina Sidonia, que tiene un patrimonio de un valor incalculable".

Todo pasa por lo que ocurra este jueves, el día marcado en el calendario para exhumar a Leoncio González de Gregorio y Martí, el marido de la 'duquesa roja'.

Luisa Isabel Álvarez de Toledo, conocida como la duquesa roja. Gtres

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