Cuando Jesús Castro (23 años) se presentó al casting para la película de Daniel Monzón, nunca pensó que sería el elegido entre más de tres mil personas para interpretar al delincuente más buscado del Estrecho de Gibraltar. Iván Odero (35), el narcotraficante que lleva en busca y captura desde el pasado mes de septiembre, ha sido detenido y ha vuelto a la cárcel de Sevilla I por segunda vez.

El actor que le dio vida tenía 21 primaveras cuando fue seleccionado por el director para protagonizar la película inspirada en la historia del narcotraficante de hachís. Casualmente a esa misma edad fue cuando Odero comenzó a traficar con drogas. Además, Castro es natural de Vejer de la Frontera, un pequeño municipio gaditano que se encuentra a menos de 90 kilómetros de población de Sanlúcar de Barrameda de donde es originario Odero, el delincuente conocido como 'El Niño' y responsable del argumento de la obra de Monzón.

Para la película, el debutante Jesús Castro tuvo que tomar clases de conducción experta de motos acuáticas para estar mínimamente a la altura del manejo del narco. Y es que los inicios del delincuente en el mundillo del tráfico de drogas fueron a bordo de pequeñas motos de agua. Luego se pasaron a embarcaciones semirrígidas, a las que los narcos suelen instalar dos y tres motores de gran caballaje. A Odero se lo conoce como "el mejor piloto" entre la Guardia Costera de Cádiz, ya que su pilotaje es capaz de burlar a las más potentes patrulleras que navegan por el Guadalquivir, recortando las olas sin ningún miedo con tal de huir de las autoridades. 

Sin embargo, la pasión de Castro no estaba en el agua, sino el deporte de tierra. El joven se metió a actor por una mera casualidad y casi porque el casting le pillaba de paso, pero su verdadero sueño era convertirse en futbolista profesional. En su juventud militaba en el Vejer balompié, pero los pocos ojeadores que pasaron por su humilde campo nunca le ficharon para ningún club de mayor categoría. En vista de que su deseo no se cumplía, encaminó su futuro hacía algo más terrenal como la profesión de electricista o ayudar a su padre con el negocio familiar. Su progenitor era dueño de una cafetería-churrería, después de que la burbuja inmobiliaria le dejara desempleado.

Jesús Castro entrenando con la moto de agua.

Así que, mientras Iván Odero se movía como pez en el agua en traficando con droga en la costa gaditana y marroquí, el único 'delito' que cometía Jesús Castro era aumentar el colesterol de los clientes a los que vendía churros. Tampoco se le daba mal ejercer de relaciones públicas de discoteca para poder pagarse el FP de electricista y contribuir a la humilde economía de la familia.
Sin embargo, el barrio gaditano en el que Castro creció no estaba completamente ajeno a la realidad que protagonizaba en la película. "En mi zona hay gente que vive como marajás gracias a traficar con droga. Con la crisis muchos chavales aceptan el dinero fácil y también hay padres de familia que con tanto paro se ponen a vender para dar de comer a sus hijos", comentaba el joven en una entrevista en la que también admitía que fue tentado para trabajar en ese oscuro mundo, pero su conciencia no le dejó aceptarlo.
Pero llegó un día en el que la suerte hizo que gracias a un tercero se enterara de la convocatoria de selección de actores para la que sería la nueva película de Daniel Monzón. Estaba en mitad de una clase cuando escuchó la noticia y no dudó en acercarse al lugar pese a no tener nociones de Arte Dramático. Precisamente su naturalidad y su carácter de novato de en la profesión fueron los detalles que más llamaron la atención del director. Gracias a su debut con El Niño su fama se desató y tuvo la oportunidad de volver a trabajar con un grande de la dirección española, Alberto Rodríguez, para su película La isla mínima. Tras este papel, participó en varios capítulos de las series televisivas de prime time, El Príncipe - en la que volvió a codearse con delincuentes en la ficción - y Mar de Plástico.

Mientras el actor no paraba de cosechar éxitos, el narcotraficante al que dio vida seguía su vida de delincuencia y carreras en lancha por el mar para no ser capturado por las autoridades. Al contrario que Castro, la historia de Odero fue en declive ya que tras años de 'trapicheo' sin ningún tipo de límite y tras haber superado una estancia en la cárcel, la policía ha vuelto a detenerle por segunda vez. El pasado viernes entraba en la prisión Sevilla I después de que una patrulla de la Guardia Civil parara el coche que conducía cerca del pueblo sevillano de Coria del Río. 'El Niño' estaba en busca y captura desde septiembre por liderar una banda de narcotraficantes que pretendía introducir en España 3.00 kilos de 'chocolate'.

A Odero le esperan, por tanto, siete años en la sombra después de cumplir una pena anterior de tres años y nueve meses por reincidir en su práctica delictiva mientras estaba en libertad provisional. Una historia muy distinta a la que le espera al actor de El Niño, que acaba de terminar las grabaciones para la nueva serie, Perdóname Señor, en la que es parte del reparto junto a nombres como el de Paz Vega (40) o Stany Coppet (40) y que se estrenará en 2017.

El narcotraficante Iván Odero detenido por la policía el pasado viernes.

El film de Daniel Monzón inspirado en toda esta trama que envuelve al personaje de 'El Niño' y que supuso un antes y un después en la vida de Jesús Castro, llenó las salas de cine en 2014 y llegó a recaudar más de 16 millones de euros. Su primer fin de semana mantiene aún el récord de taquilla del cine español. Su guion y el que fue nominado a Mejor Actor Revelación del año en los Goya - además de apodarle 'el nuevo sex symbol del cine' - consiguieron que la turbia historia de 'El Niño' que reinaba el narcotráfico en Gibraltar dejase de ser un tema conocido únicamente en la costa gaditana para abrirlo al público de todo el país.

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