La vida de la cantante sevillana no ha sido un camino de rosas. Desde aquella fatídica tarde en la que murió su amado Francisco Rivera 'Paquirri' y se convirtió en la viuda de España, Pantoja apenas ha podido levantar cabeza con todo lo que le acechaba a la vuelta de la esquina.

La última década de Isabel ha marcado un antes y un después en su vida. Cuando en 2006 la tonadillera ve como su entonces pareja Julián Muñoz (67), ex alcalde de Marbella, entraba en prisión aún no era consciente de la repercusión y el tsunami de obstáculos que se avecinaba tras ese suceso. Su hijo Kiko (32) no paraba de cometer errores en el amor, mientras ella defendía a Muñoz a capa y espada incluso encima de los escenarios hasta que finalmente es imputada en el caso Blanqueo en 2013. 

Desde entonces la rutina del primogénito continuó igual hasta conocer a Irene Rosales (25), su prometida, y su hija menor, Chabelita (20) cumplió la mayoría de edad embarazada y abandonando el nido familiar. Pantoja ha pasado más de un año en la cárcel de Alcalá de Guadaíra y el 4 de diciembre de 2015 se le concedió el tercer grado, pero su libertad no se tradujo en el fin de sus problemas, la realidad fuera de los barrotes de la prisión sigue suponiendo un duro golpe para ella.

Por todo esto, y aunque la cantante haya decidido no celebrar su cumpleaños - y lo entendemos, porque no está su vida para muchos festejos - seguro que se permite el caprichoso ritual de una tarta y unas cuantas velas que soplar. Ese momento 'mágico' que todos tenemos una vez al año será el que elija para creer en lo imposible y lo más probable es piense en alguno - si no en todos - de estos deseos para que se hagan realidad:

1. Que mi hija me hable

Desde que Chabelita se fue de Cantora para iniciar su andadura despegada del lazo maternal, la relación con su madre ha ido de mal en peor. La inesperada noticia de que Pantoja sería abuela llegó con los 18 años recién cumplidos de la menor del clan. En ese momento, la niña cogió sus cosas y se fue a vivir con su entonces pareja y padre de su hijo, Alberto Isla (22). 

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Si a esa repentina maternidad de Chabelita le unimos que se fue de la mano con su niñera de toda la vida, Dulce, la cosa para la tonadillera se complicaba. A pesar de que la cuidadora de la pequeña llegó a Cantora por ser fan de su madre, parece que a ambas se les ha olvidado lo que le deben a la cantante. La hermana de Kiko es la mayor defensora de Dulce, y aunque todos vemos mayor vínculo con la niñera que con su propia progenitora, Chabelita, cada vez que se le pregunta, dice estar por encima de todo del lado de su madre. Pero las palabras se las lleva el viento y los hechos demuestran lo contrario.

2. Que mi hijo siente la cabeza

Las incontrolables idas y venidas de su hijo Kiko (32) con las mujeres y con el derroche de dinero, han supuesto grandes dolores de cabeza para Pantoja. Los desplantes de su Francisco a la hora de trabajar en los locales que le contratan han llenado horas de comentarios en los programas rosas al igual que sus deslices amorosos. 

Durante una larga época se hizo muy habitual ver día tras días a chicas que aseguraban haber estado con el DJ mientras él mostraba en las portadas de revistas un amor exclusivo a alguna dama. Algunas quizá interesadas pero otras con un testimonio real, sea como fuere el nombre de Kiko no estaba vinculado precisamente a las buenas conductas y a la actitud de un hijo ejemplar.

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Aunque de cara a la galería el niño de sus ojos goce actualmente de una estabilidad amorosa junto a Irene Rosales y su hija Ana, no nos sorprendería un nuevo episodio en este sentido. Pero seguro que la tonadillera reza por que su hijo sea más constante y más centrado en su trabajo, porque si algo caracteriza a la cantante es su implicación en su labor musical, cosa de la que Kiko carece.

3. Que Hacienda me perdone

Sin duda sería el deseo que primero quisiese ver cumplido Isabel para deshacerse de la asfixia económica que sufre ahora y poder centrarse en encauzar su vida en el resto de aspectos. Pero los enfrentamientos con la Agencia Tributaria no suelen ser tan fáciles de solventar. 

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Cuando la cantante se enteró de su inminente entrada en prisión también se le comunicó el pago obligatorio de una multa por blanqueo de capitales que ascendía a 1.140.000 euros. Aunque le costó sudor y lágrimas consiguió saldar la deuda con ingresos fraccionados de 200.000 euros, pero aún le quedaba su problema con Hacienda. La institución le pide aún 1.400.000 euros que no logra acumular pese a poner en venta todas sus propiedades hasta quedarse sin nada, ya que el resto están embargadas por el Estado.

4. Un novio que no me estafe

La eterna viuda de Paquirri no ha logrado que su corazón vuelva a palpitar como lo hacía con el torero, y para una vez que parece que llega el amor que sacie su espíritu resulta que la enfila camino a prisión. Isabel Pantoja parece condenada a sufrir por amor, y entrada ya en la edad dorada de los 60 tendrá que conformarse con el cariño de sus nietos y disfrutar las bodas que le lleguen por parte de sus hijos.

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Aunque quién sabe, quizá, como le ha ocurrido a María Teresa Campos (75), encuentre el amor tardío a la veterana y experimentada edad de los 60. Nunca es tarde si la dicha es buena dicen, a lo mejor la nueva gira de la tonadillera le traiga un affair inesperado con el que sea feliz y coma perdices. 

5. Recuperar la voz

Isabel Pantoja fichó por Universal este año y se anunció un nuevo disco y una gira por España y Latinoamérica. Pero la cantante parece preocupada por el estado de su voz. Ya en la cárcel pidió un foniatra que tratara su herramienta vocal para no perder la costumbre y poder seguir deleitando a su público una vez recuperara la libertad.

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Tanto la tonadillera como su voz permanecen en secreto pero su entorno asegura que no se encuentra fuerte y ni con la voz a punto para retomar de nuevo su carrera musical. Por este motivo, la cantante soplará las velas pidiendo una mejora en sus cuerdas vocales, aunque para eso tenga que soplar flojito.

6. Recuperar los amigos

Cantora ya no es el lugar de culto para las fiestas y el jolgorio flamenco. Las decenas de coches que entraban y salían de la finca en los años mozos de la carrera de la cantante, se han convertido en un desierto en el que solo faltan los matojos rodando con el viento mientras suena un silbido del Lejano Oeste.

Los que eran íntimos de Isabel, como Raquel Bollo, Las Mellis o Luis Rollán, aunque siguen asegurando que mantienen relación - pese a ser fría - con ella, lo cierto es que el buen rollo no es precisamente lo que reina entre las amistades de la tonadillera. Esperamos que tras apagar las 60 velas, el rumbo de la vida de Pantoja cambie, y si no lo hace, que al menos pueda ir dando el cante por el mundo y pasando de los problemas.

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