Rita Martorell, dice que tiene la gran suerte de poder haber hecho de una vocación su profesión, porque su arte se traduce en una necesidad de expresión. La pintora ha logrado reunir este fin de semana en Marbella al último reducto de la "Jet" Marbelli. En su exposición del Cortijo Miraflores colgó 26 retratos pictóricos de reconocidas personalidades del mundo de la cultura, la política, las finanzas y el deporte, en la que no faltan también rostros conocidos de la Costa del Sol.

Retratos de la exposición de Rita Martorell

Allí estaba desde al Conde Rudy, pasando por Gunilla y Luis Ortiz, hasta el pensador Eduardo Punset. Rita nostálgica de la época del oropel, explica a EL ESPAÑOL que el verdadero arte es el que surge, el que fluye del interior; cuando necesitas contar algo y lo haces a través del arte; es un lenguaje, es en definitiva como una necesidad de comunicación”. Lo cierto es que entre los retratos de la muestra se echaba de menos caras nuevas de personajes de la Ciudad del Canto sin dueño. "No he pintado a gente más joven, porque el esplendor y la filosofía se acaba en esa generación. "Los cachorros de la "jet", no han seguido los pasos de sus padres. Esta es ahora la otra Marbella".

Conde Rudy posando junto a su retrato



Desde su primera exposición individual en Barcelona en 1992, con sólo veintiún años, esta pintora ha recorrido galerías y salas de exposiciones de todo el país. Exposición en el Cervantes de Tel Aviv, en el de Budapest, el Museo de Arte contemporáneo de Praga, Expo de Zaragoza o Alemania. Sus pinturas beben esencialmente del expresionismo alemán.



De Gunilla al ex Juez Garzón

Desde el año 97 en que la pintora llegó a Marbella, por su pincel han pasado los rostros mas emblemáticas de este periodo dorado: "El cuadro de Gunilla a todo el mundo le llama la atención porque no va vestida con ropa de fiesta, que es la imagen que la mayoría del mundo se imagina de ella. Pero su posado fue en su casa y con una tranquilidad extrema en la que a mí me dio una imagen muy diferente a la que todos están acostumbrados a ver".

Gunilla junto a su cuadro

Tampoco podía faltar en esta inauguración su personaje fetiche. De hecho fue el primer retrato que hizo: el de Eduardo Punset. "Fue mi primero y lo realice cuando estaba en Estrasburgo. También mi visión sobre él es diferente, no era el del político. Era amigo de mi padre y le veía con un punto sentimental muy diferente a cualquier otro". El amor a la pintura le viene a Rita por vía materna. Sus padres le infundieron el amor al arte "Viajaba mucho con ellos, visitando museos constantemente, contactos con galerías y pintando desde muy jovencita. Así tuve acceso a galerías y marchantes desde muy joven.

Rita Martorell y Eduardo Punset

A su madre le fascinó pintar. "Siempre se ha dedicado a la pintura, sus trazos también plasman una pintura muy de su entorno: impresionista, figurativa. En mi pintura trabajo muchísimo con dibujo, con encargos de retratos a través del dibujo. Hubo un periodo en el que parecía que el color no existiría nunca para mí: bolígrafos, técnicas mixtas, sanguinas. Fue una larga etapa hasta que de repente incorporo el color de manera inesperada y me envuelven los colores fauves, fuertes".

Y con esas tonalidades está realizando su último retrato, ni más ni menos que el de Baltasar Garzón. "Todo un reto. Ahí estamos, cada vez que vuelve a España hace sesiones para terminarlo. Es un buen modelo, un buen posador, que transmite toda su personalidad mientras yo estoy delante del lienzo. Su actitud es muy tranquila y eso se agradece".

Una artista multidisciplinar

En el "modus operandi de su obra" Rita necesita un acercamiento previo al personaje. No afronta los retratos de cualquier manera. "necesito entrevistarme con "mis modelos" para conocer las características de la persona: sus inquietudes, sus rasgos de personalidad, en definitiva todo aquello que se esconde en la fachada externa".

Cuando pintó a Gerardo Fernández Albor, el escribió sobre ella: "Rita con apenas 24 años, me realizó en Estrasburgo un interesante retrato. Aquella obra actualmente pertenece a la colección del Bundestag y se exhibe en la galería de hombres y mujeres ilustres del Parlamento Alemán".

La pintora con Eduardo Punset en el momento de la presentación de la exposición

A veces, al repasar viejas fotografías, encuentro la expresión que ella supo plasmar en aquel lienzo y me pregunto sobre el talento que tienen algunos artistas no sólo para descubrir tu alma, sino para saberla exponer a la vista de todos".Cosas que nunca se olvidan en el corazón de Rita. Ella nos cuenta que su taller de pintura es su segundo hogar. Y una de sus recientes obras que aun huele a óleo es el retrato del novelista Michel Houellebeq.

Cada retrato porta un sello distintivo y muy característico que ya se ha convertido en la autentica seña de identidad de esta autora. Toda su obra, un ejercicio de eclecticismo: paisajes urbanos, retratos, dibujos del cuerpo humano. Como ella misma dice: "Las distintas etapas son el trance de mi vida, son algo que me acompaña y que son fragmentos de mi existencia". Dependiendo de sus emociones Rita da forma al lienzo con un movimiento diferente de pincel: "Me encanta experimentar. De repente fue el momento del dibujo, luego me interesó el volumen, el grabado y ahora sueño con el retrato". Toda una artista multidisciplinar.

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