Desde que Pepa Salazar ganase el certamen Samsung EGO Innovation Project con Hiperdry en 2014 –su tercera colección-, la joven diseñadora no ha dejado de experimentar con tejidos tecnológicos, la idea del reciclaje y todas sus posibilidades. La colección presentada en el Mercado de Antón de Martín para la próxima primavera-verano 2018 supone el punto y final a un ciclo en el que Salazar ha explorado los conceptos de reutilización y optimización de recursos dentro del sector lujo y el mundo de la moda.

Un proceso de creación en el que la diseñadora ha querido reflexionar (y hacernos reflexionar a nosotros) sobre el aprovechamiento y la reutilización de recursos para conseguir un mundo, cada vez, más sostenible. Y esta vez lo hace desde el ámbito alimentario: desde el escenario elegido para su desfile hasta los detalles más pequeños de la colección, como esos pendientes orgánicos de Keef Palas.

Modelo en rojo del desfile de Pepa Salazar para la primavera-verano 2018. | Foto: GTRES.

MATERIALES RECICLADOS 

El proceso de reutilización que supone la base de toda su colección consigue crear abrigos desestructurados, vestidos y capas de tul con flecos que esconden desperdicios de seda o camisetas confeccionadas a modo de patchwork. Todo ello creado a partir de los restos de etiquetas, cintas grabadas y otros (supuestos) desperdicios.

Pieles para las prendas más densas, terciopelo en los bolsos y un abanico cromático que empieza en los tonos más claros –como el nude o el propio blanco- y acaba en intensos azules, grises y plateados.

SILUETAS QUE NACEN DE UNA SOLA PIEZA

Amplios abrigos que se desproporcionan y que, a la vez, se abrazan delicadamente al cuerpo. Vestidos de punto en canalé que encuentran el detalle en lazos, pañuelos o finas sedas superpuestas que se anudan y se sostienen en forma de tirantes.

Se trata de una colección que, con ese sentido del aprovechamiento, nace de una sola pieza rectangular que se divide y se encaja para crear cada una de las prendas. Y, por supuesto, no se admiten los desperdicios.

El punto de color lo pone el graffiti del tipógrafo Ausias Pérez, que consigue darle una línea argumental y artística a unas prendas que nacen fragmentadas pero encuentran la armonía en el propio significado de la colección.

BOLSOS DE TERCIOPELO Y RIÑONERAS

Los complementos creados por Salazar para su colección primavera-verano 2018 incluyen bolsos con cadenas y correas de piel, botines hasta el tobillo en multitud de materiales –los hay incluso que llevan mucho glitter-, riñoneras con relieve y unos enormes pendientes plateados. Además, la diseñadora valenciana repite su colaboración con Nike, para dejar descansar a sus modelos con una de las zapatillas más icónicas de la marca americana, sus Air Force 1.

MAQUILLAJE NATURAL Y CON CIERTO EFECTO “WET”

El make up del desfile, firmado por Baltasar González Pinel, es (como la línea general de toda la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid) un alarde de naturalidad. Efectos húmedos que intensifican los rasgos y larguísimas extensiones que contrastan con ese maquillaje casi invisible. O, todo lo contrario, un maquillaje que transforma al ser humano en un extraterreste glitter.

Una de las modelos de Pepa Salazar. | Foto: GTRES.