Puro espectáculo. Así es el Hotel Palomo. Un lugar de encuentros donde todo se mezcla, se confunde y se descubre. Un cinco estrellas donde se bebe champagne por los pasillos, se regalan rosas blancas a sus huéspedes y donde se abren las puertas de las habitaciones para ver y dejarse ver. Un lugar en el que quedarse, al menos, una noche. Sí, esa en la que quieras vestir de Palomo Spain.

En el Hotel Wellington de Madrid –castizo, muy castizo; patrimonio de los toreros-, el joven diseñador cordobés reunía a invitados y prensa (más a los primeros que a los segundos) para presentar su colección primavera-verano 2018. Cerca de setenta salidas que llegaban con la etiqueta de público masculino pero que, sin duda, podríamos vestir todas: su último vestido en rojo transparente, su esmoquin brocado en azul o, incluso, ese albornoz blanco con cola. Porque en Hotel Palomo aseguran que el cliente es el centro de todo su interés, ya sea hombre o mujer.

El huesped se pasea como quiere en Hotel Palomo. | Foto: GTRES.

UNA COLECCIÓN PARA TODOS

Con esta visión, el diseñador cordobés está revolucionando el mundo de la moda. Un cambio que él mismo espera ver materializado en la calle y con el que propone prendas que puedan vestirse tanto por ellos como por ellas; desde que sales de la habitación para bajar a desayunar al imponente restaurante de su hotel, hasta que te vas a dormir dejando la puerta entreabierta, porque nunca se sabe.

Vestidos confeccionados con sábanas, batas muy vaporosas o elaboradas en felpa. Albornoces con cola y tocados a modo de cisne, esos mismos que el servicio deja reposar a los pies de la cama y que tú reinventas para tu cabeza. Ahí está, la reinvención. Palomo Spain reinventa la moda.

POR PRIMERA VEZ SE ATREVE CON EL PUNTO

Los tejidos que propone el cordobés van desde los más fluidos hasta los terciopelos estampados con flores y los enormes paillettes creados para subir a la azotea de Hotel Palomo y hacer de todo menos dormir. Además, por primera vez, trabaja el punto para esos turistas que llegan a la recepción después de largas jornadas de turismo. Muchos flecos de cristal, plumas, lentejuelas y exceso de pedrería que llenan los decadentes pasillos de color y ritmo. Largos muy largos y cierta excentricidad con algunas de las propuestas más hippies de la colección, en combinaciones de naranja, amarillo y verde.

NADIE QUIERE QUEDARSE SIN SU HABITACIÓN

Accesorios hay, pero pocos. O muchos. Depende de lo que quieras entender por accesorio. Enormes bolsos que funcionan a modo de maletas y se contonean al paso de los huéspedes. Y estrellas que van desde políticos como Javier Maroto hasta directores de cine como Pedro Almodóvar, actrices como Hiba Abouk o la internacional Lindsay Lohan y los diseñadores Juan Vidal y Francis Montesinos. Todos han oído hablar de ese hotel en el que se trasnocha, se juega al escondite y se refleja toda belleza en cada uno de sus espejos. Y todos quieren verlo, tocarlo y sentirlo.

Algunos incluso, se atreven a formar parte de la historia, como Rossy de Palma –impresionante con ese estilismo repleto de plumas en rojo carmesí y verde- siendo aplaudida, alabada y querida; o Samantha Vallejo-Nágera pidiendo muy seria un poco de eficacia a sus chicos. Pero siempre elegante. Pura extravagancia. Puro Glamour. Hotel Palomo Cinco Estrellas.

Samantha Vallejo-Nágera y Rossy de Palma desfilando para Palomo Spain. | Foto: GTRES.