La fotógrafa y escultora Dora Maar, la modelo sueca Marie-Thérèse Walter, la bailarina ucraniana Olga Khokhlova y la escritora francesa Geneviève Laporte. Jacqueline Roque –la segunda esposa de Pablo Picasso y la más odiada de todas ellas-   y la pintora Françoise Gilot, la única que consiguió ser ella quien le abandonase a él.

Siete mujeres para siete historias dentro de una sola vida, la de Picasso. Amores abocados al fracaso que Moisés Nieto ha querido explicar, con la maestría de sus prendas, para abrir la 66º edición de la Mercedes-Benz Madrid Fashion Week en el Real Jardín Botánico de Madrid.

Moisés Nieto con todas las modelos de su desfile al finalizar. | Foto: GTRES.

La colección primavera-verano 2018 de Moises Nieto expresa, a través de sus prendas, siete líneas diferentes creadas a partir de esas siete musas que el pintor español no supo (o supo a su manera) amar. Posaban para ser retratadas por el genio del cubismo y asumían, además, que ese tiempo que pasaban ante la atenta mirada del artista acabaría por convertirse en su perdición.

Nieto, a través de las formas asimétricas y la fuerza de los detalles de sus prendas –esas mangas francesas acabadas en delicados lazos que nos recuerdan a algunos de los tocados en forma de pétalos creados por Josep Font para DelPozo en la pasada primavera-, sabe recrear a estas mujeres y esa interpretación que de ellas dejó Picasso en sus cuadros.

LIGEREZA Y MEZCLA DE TEJIDOS

La colección de Nieto es una armónica algarabía de tejidos, con estampados difíciles de retener y una contrastada paleta de color que tratan de reflejar, como asegura el modisto (que el pasado mes de julio recibía el Premio Nacional de la Moda 2017), “las mujeres diferentes con el alma negra y la carne viva”.

Sedas que se adaptan al cuerpo, creando inocentes figuras y ligeros algodones que dan forma a trenchs muy ligeros, perfectos para los primeros días de la primavera. Tejidos de gran textura que dejan hueco para los simples, pero llamativos, plisados.

FORMAS ASIMÉTRICAS PERO EQUILIBRADAS

Los diferentes cortes de la colección de Moisés Nieto equilibran su fuerza a base de lazadas y acabados que nos traen la inocencia de la joven Marie-Thérèse, la niña de Picasso. Porque algunas fueron fuertes y otras templaron al artista con su dulzura. Detalles que enriquecen un patronaje imprevisible y que son reflejo de esa caótica vida sentimental del pintor.

La silueta trapecio nos recuerda que Picasso fue (y sigue siendo) uno de los grandes del cubismo y la geometría de los tejidos se dibuja en coloridas sedas que se adaptan al cuerpo. El color llega de la mano del cuadro Mujer con Libro (1932), donde los más planos –como los tonos tierra- adquieren el protagonismo y se mezclan con pinceladas de amarillo (en un vestido plisado que invita a dejarse llevar), verde y azul. Colores que no podían ser otros porque, al fin y al cabo, los veranos de Picasso se vivían a orillas del Mediterráneo.

Las camisas sin botonadura pero con cierto protagonismo en la espalda, gracias a esas largas lazadas en negro o estampadas; los pantalones anchos con blusas a juego (preciosa es la que llegó con un marcado estilo masculino) o los vestidos con aberturas laterales se movieron al ritmo de una música compuesta a fuerza de golpes rápidos y secos.

LOS PENDIENTES EN FORMATO MAXI

Si hay una tendencia que destacábamos en nuestro resumen de lo que se llevará este otoño-invierno según la Alta Costura eran, sin duda, los pendientes. Y cuanto más grandes mejor. Moisés Nieto lo confirma y, además, de forma rotunda: cayendo en forma de cascada y en colores fuertes y vibrantes. Incluso, algunos han sido hechos para reflejarte.

Las gafas de Etnia Barcelona y los zapatos de tipo babucha –diseñados en dos alturas, con un poco de tacón o completamente planos- dan esa nota de frescura a la propuesta del diseñador.

UN MAQUILLAJE INOCENTE

Porque aun a pesar de que las mujeres de Picasso fueron pintadas con una paleta cromática muy amplia y que todas ellas fueron muy diferentes entre sí, Moisés Nieto ha querido dejar para el maquillaje la naturalidad que (quizás) le mostraron al modisto en la intimidad.

Los pendientes son los protagonistas de unos complementos que llevaban el sello de Etnia Barcelona en sus gafas. | Foto: GTRES.