"Para el juramento histórico de su esposo, Donald Trump, como cuadragésimo quinto presidente de Estados Unidos, la primera dama ha escogido al diseñador estadounidense que transformó la moda en EE UU”, comunicaba un portavoz de Melania Trump, a la vez que ésta hacía su aparición, el viernes 20 por la mañana.

Por fin se desvelaba el secreto mejor guardado: Ralph Lauren es el diseñador que la viste para la toma de posesión de su marido. 

La elección no era en absoluto fortuita o casual, sino muy bien meditada, y demuestra que, o bien la nueva primera dama o bien sus asesores, saben lo que hacen. Estas son las razones que ayudarían a entender por qué:

1. Una tradición o norma no escrita decreta que las primeras damas deben elegir un diseñador norteamericano. Y un repaso a las últimas demuestra que así lo han hecho: en 2009, Michelle Obama escogió a la diseñadora de origen cubano Isabel Toledo; en 1989, Barbara Bush eligió al canadiense Arnold Scaasi; en 1981, Nancy Reagan le confió la tarea a James Galanos... y así sucesivamente hasta llegar a Jackie Kennedy, que confió en Oleg Cassini, diseñador de origen francés.

2. Ralph Lauren es el decano de los diseñadores americanos: nacido en el barrio neoyorquino del Bronx, en 1939, tiene 77 años; mientras que Calvin Klein tiene 74; Diane Von Furstenberg tiene 70, Donna Karan tiene 68 y Tommy Hilfiger 65... Y también ha trabajado para Hillary Clinton. Con ello acalla las voces de los modistos del país que se han negado a vestirla, y les manda un mensaje: le dan igual las críticas y ella piensa apoyar la moda de su país (consiguió la nacionalidad en 2006) con o sin su aprobación.  Y eso que en la cena que se celebró la noche anterior a la toma de posesión se decantó por un modisto libanés, Reem Acra.

3. Ese apoyo estaría en sintonía con el mensaje del presidente Trump de ayudar a las empresas americanas por encima de todo. Y Ralph Lauren necesita el empujón: la firma cumple 50 años este 2017 pero el pasado verano anunció que despediría a un millar de trabajadores y cerraría 50 tiendas, por lo que la publicidad generada por el vestido azul de la toma de posesión puede ayudar a la empresa, emblema del éxito y 100% americana en su ADN.

4. Es el paradigma del sueño americano hecho realidad: como Melania, que llegó a Estados Unidos procedente de Eslovenia, sin permiso legal para trabajar, el diseñador es hijo (el cuarto y último) de un matrimonio de inmigrantes judíos rusos procedentes de Bielorrusia (cambió su verdadero apellido, Rueben, por Lauren cuando era un adolescente). Creció en el Bronx rodeado de pobreza y abandonó los estudios universitarios para trabajar en una tienda de corbatas que dejaría para confeccionar las suyas y montar su propio negocio. Poco a poco empezó a tener éxito con su estilo preepy o pijo, que vendía el estilo de vida de los ricos de la Costa Este americana: universidades de la Ivy League, de la casa en los Hamptons al club de campo y los años dorados de Hollywood.

5. Es sinónimo de éxito: de vender guantes y corbatas a crear Polo Ralph Lauren, cuyo famoso logo es el jugador de polo (sí el del caballo). Y de ahí, a diseñar colecciones para hombre, mujer, niños, bebés y decoración, más las lucrativas líneas de accesorios y perfumes. En 2015 renunció a su puesto como consejero delegado pero sigue siendo responsable creativo de la firma, que hoy incluye líneas como Ralph Lauren Collection (la marca más cara y la escogida por Melania Trump), Lauren, Black Label, Blue Label, RLX y Pink Pony. Hoy, su nombre se asociado al lujo y a la moda estadounidense. 

6. Su historia es casi de película: de hecho, en 1974, Ralph Lauren ayudó a diseñar el vestuario de la película El gran Gatsby, dirigida por Jack Clayton y protagonizada por Robert Redford y Mia Farrow.

¿No son razones suficientes?