• 1 de 10

    Silla Acapulco - El laberinto de la soledad, Octavio Paz. Sin diseñador oficial conocido, esta silla multicolor nació en los 50 en la costa mexicana. Hoy la asociamos con sus zonas costeras, palmeras y relax. Es el ambiente ideal para sumergirse en la obra de Octavio Paz, una reflexión sobre la idiosincrasia del pueblo mexicano, el origen de su manera de ser y de enfrentarse al mundo. Dos símbolos diferentes de una misma nación. | Foto: cortesía de la marca.

  • 2 de 10

    Silla Barcelona de Mies van der Rohe - "La ciudad de los prodigios", Eduardo Mendoza. La Exposición Internacional de 1929 fue un momento histórico para Barcelona. Sirvió como punto de entrada para las vanguardias europeas en España, especialmente el racionalismo, cuyo mayor exponente fue el pabellón de Alemania diseñado por Mies van der Rohe y su ya famosa silla. La novela de Mendoza es un retrato perfecto de la ciudad de Barcelona de aquella época, en la que el desarrollo económico y social y la ebullición creativa definieron la ciudad que hoy conocemos. | Foto: cortesía de la marca.

  • 3 de 10

    Silla Ball de Eero Aarnio - Una habitación propia, Virginia Woolf. Icono indiscutible de la estética que definió la década de los 60, esta silla crea un habitáculo ideal para aislarse del entorno y disfrutar de la intimidad. No se nos ocurre lugar mejor para leer Una habitación propia, ensayo clave en la obra de Woolf en el que expone una visión muy adelantada del feminismo y reclama la independencia económica, social y creativa de la mujer en una sociedad profundamente machista. | Foto: cortesía de la marca.

  • 4 de 10

    Silla Diamond de Harry Bertoia - Desayuno en Tiffany’s, Truman Capote. Fabricada a mano a partir de una malla de acero, el diseño de esta silla se inspira en la estructura geométrica de un diamante. Fue concebida en la década de los 50, casi al mismo tiempo que el escritor estadounidense publicaba la historia de Holly, una joven de Texas que más tarde llegaría al cine de la mano de Audrey Hepburn. Una historia romántica -a su manera- que nos traslada al Nueva York más glamuroso. | Foto: cortesía de la marca.

  • 5 de 10

    Silla Louis Ghost de Philippe Starck - La puerta abierta, Margaret Oliphant. Sencilla y transparente, casi como si se tratara de una versión fantasmal del original. Así es la reinterpretación de la silla Luis XVI que popularizó en diseñador francés a principios de este siglo. Como fantasmal es la novela de Margaret Oliphant, escritora escocesa que retrató como nadie la sociedad victoriana a través de sus relatos costumbristas y llenos de espectros, que servirían como referencia al mismísimo Oscar Wilde. | Foto: cortesía de la marca.

  • 6 de 10

    Silla The Egg de Arne Jacobsen - Estravagario, Pablo Neruda. Nacidos el mismo año, silla y libro están consideradas como obras de suma importancia tanto para el arquitecto como para el escritor. La primera, por haberse convertido en su pieza de mobiliario más reconocible e imitada, además de formar parte del diseño original del hotel Radisson SAS de Copenhague. El segundo, por presentar un estilo diferente del que había mostrado hasta entonces, siendo el primer acercamiento del chileno a la antipoesía. Juntos son una combinación perfecta. | Foto: cortesía de la marca.

  • 7 de 10

    Silla Lounge de Charles y Ray Eames - Al este del Edén, John Steinbeck. El matrimonio de arquitectos y el autor de Las uvas de la ira compartieron época y localización -California-, pero mientras los Eames diseñaban asientos cómodos donde poder descansar, Steinbeck agitaba conciencias y revolvía estómagos con novelas épicas como Al este del Edén, una epopeya de tintes bíblicos con el mal como protagonista. El personaje principal, por cierto, se llama Cathy Ames. Curiosa coincidencia. | Foto: cortesía de la marca.

  • 8 de 10

    Silla Butterfly de Antoni Bonet i Castellana - El tambor de hojalata, Günter Grass. Una mariposa revoloteando alrededor de una bombilla es la primera visión que tiene al nacer Oscar Matzerath, el protagonista de la gran novela del Nobel alemán. Es precisamente en ese insecto en el que se inspira el diseño de esta silla, en el que además participaron Juan Kurcha y Jorge Ferrari. Hecha de hierro y cuero, su forma le debe mucho a las tripolinas -sillas plegables- del ejército inglés. | Foto: cortesía de la marca.

  • 9 de 10

    Silla Tulip de Eero Saarinen - 2001: Una odisea en el espacio, Arthur C. Clarke. Diseñada en 1955, esta silla definía un posible futuro donde las líneas curvas y la pulcritud del blanco querían ser las formas dominantes. Tanto es así que la serie televisiva Star Trek las utilizó para decorar el interior de la nave Enterprise. Es el asiento perfecto para disfrutar una obra cumbre de la ciencia-ficción que ya en los 60 anticipaba las estaciones espaciales y los asistentes personales robóticos. | Foto: cortesía de la marca.

  • 10 de 10

    Silla Wassily de Marcel Breuer - Punto y línea sobre el plano, Wassily Kandinsky. Bautizada originalmente como B3, esta silla pasó a ser conocida como Wassily gracias al pintor Wassily Kandinsky, compañero de Breuer en la escuela Bauhaus y poseedor de una copia del original que el propio diseñador le regaló. El libro es un compendio de las enseñanzas sobre los elementos pictóricos y las ciencias artísticas que el pintor ruso recogió durante sus años de profesor. | Foto: cortesía de la marca.