Hay días en los que Violeta Mangriñán (31 años) puede convertirse en la mejor vestida de cualquier evento, y este ha sido uno de ellos. Con más de dos millones de seguidores, la influencer se ha consolidado como una de las mujeres más influyentes de nuestro país, y no solo por los looks que luce, sino también por su forma de vivir y de sentir la vida.
No es la primera vez que Violeta triunfa en el ámbito audiovisual: estuvo varios años en televisión y, más tarde, dio el salto a las redes sociales, donde no solo ha mantenido su éxito, sino que se ha convertido en una de las más queridas y seguidas por el público. Además, ha sabido llevar su vida profesional por donde ha querido. Buena prueba de ello es Maison Matcha, el negocio que ha fundado y que ya va por su tercera apertura, sumándole nuevas alegrías a su faceta empresarial.
Pero Violeta no destaca únicamente por sus logros personales y profesionales, sino también por su capacidad para elegir looks que rompen esquemas y demuestran que su vida está, irremediablemente, ligada a la moda. En su última aparición pública, ha optado por un vestido mini en color blanco roto, absolutamente ideal, con el que ha conquistado a sus seguidoras y por el que más de una experta en moda estaría dispuesta a pujar.
Violeta Mangriñán con un diseño de Casoná.
La influencer ha elegido un diseño perfecto para una preboda o una postboda. Asistió con su pareja, Fabio Colloricchio, a un evento y el vestido le sentaba como un guante. Se trata de un diseño de la firma Casoná, que recibe el nombre de La Candela. En su página web, describen esta prenda como símbolo de una persona con chispa y carácter. No podría haber mejor definición para Mangriñán: parece diseñado para ella, aunque no lleve su nombre.
En cuanto al diseño, es un vestido estructurado, sin mangas y con un escote en V profundo y vertiginoso. El busto drapeado aporta estructura y elegancia, mientras que el cuerpo entallado se combina con una minifalda de capas superpuestas, que añade un toque original a la silueta. Su precio es de 550 euros.
Violeta Mangriñán con un diseño de Casoná.
Además, el acabado del vestido incluye paneles asimétricos y bordes deshilachados, lo que le confiere un aire auténtico y rompedor. Un diseño que hace viajar a los años 2000, cuando el escote halter y las faldas de capas eran grandes protagonistas del estilo. Violeta lo ha combinado con unas sandalias de esparto con plataforma muy alta, aportando el toque final perfecto.
Una vez más, Violeta Mangriñán demuestra que el estilo no se mide solo por la calidad de la prenda, sino por la actitud con la que se lleva.
