Si hay algo que caracteriza a Charlotte York-Goldenblatt -personaje interpretado por Kristin Davis- desde la primera temporada de Sexo en Nueva York -y de esto hace ya casi 30 años- es su amor por la moda clásica y específicamente por Chanel. La joven estudiante de Bellas Artes con el pelo perfectamente peinado nunca salía de casa sin su chaqueta de tweed en diferentes tonos y con su característica cadena por dentro de las mangas y en el interior de la propia prenda.

Ahora, en pleno 2023, la vida de las protagonistas de la mítica serie de HBO Max ha cambiado radicalmente. Ya se encuentran en sus 50 e incluso el título que las ampara es distinto. El reboot ahora se llama And just like that..., un producto del que están rodando diez nuevos capítulos en La Gran Manzana y que será su segunda temporada.

En uno de los rodajes, hemos podido ver a Charlotte junto a su gran amiga, Miranda Hobbes -interpretada por Cynthia Nixon- y en las imágenes en las que aparece, luce un bolso del que EL ESTILO de EL ESPAÑOL conoce todos los datos. 

Un complemento vintage que no es más que el enésimo bolso de Chanel en el vestidor privado de Charlotte York-Goldenblatt. Se trata de una pieza que no se encuentra a la venta salvo en páginas web de segunda mano como Vestiaire Collective o Joli Closet. De color rosa, en tweed -la tela más característica de Chanel- y con las solapas trenzadas en piel de becerro negro, su precio es de 6.500 euros.

Y no es de extrañar. Este pasado mes de marzo, la maison francesa ha vuelto a subir los precios de sus bolsos. El clásico 2.55 de Chanel que hace un mes podía costar, más o menos, 8.000 euros, ahora tiene un precio de 9.200. El objetivo de la marca al aumentar el valor de sus piezas es mantener su exclusividad intacta y "alejarse de las masas", tal y como comunicó la casa en un comunicado.

[El estilo 'girly' de Marta Lozano gracias al bolso más romántico de Chanel]

Es la cuarta vez que lo hacen desde que empezó la pandemia. Las compras de Chanel también son limitadas. Por ejemplo, en París, los clientes pueden comprar sólo un bolso y tienen que esperar dos meses para adquirir el segundo. La maison quiere desvincularse del consumo masivo y que sus piezas sean vistas como lo que ya son para muchos: verdaderas obras de arte.