David trabaja una media de nueve horas diarias en una editora de libros. Es Country Manager – de unos cuantos destinos- por lo tanto se desplaza a la semana unas dos veces a otras ciudades y países. Pernocta al año alrededor de unas 200 noches fuera de su casa (si es que no nos hemos quedado cortos).

Mary Thompson también ha contado su historia: llegó a Italia de Estados Unidos por la mañana, dio un discurso y regresó al aeropuerto esa misma tarde de vuelta a su país. Como David y Mary, otros tantos empresarios se mueven por el mundo con motivo de trabajo, pero ¿vale la pena tomar un avión para pasar menos de 24 horas en el destino?

Aunar trabajo y vida personal

En primer lugar hay que preguntarse si es rentable para la empresa, y en segundo lugar, si es sostenible físicamente que el empresario o trabajador se desplace tres veces a la semana a tres países distintos. Físicamente resulta agotador.

Por ello, muchas personas deciden convertirse en viajeros del tipo bleisure, un término usado para definir a aquellas personas que deciden aunar trabajo y vida personal. De la fusión de las palabras en inglés business (negocios) y leisure (ocio), este tipo de viajes agregan uno o dos días más a la estancia para poder explorar de la ciudad sin tener que pensar en trabajo o para recuperarse de los largos trayectos.

Esta práctica se ha extendido tanto que a día de hoy, dos de cada tres personas que realizan viajes de trabajo lo organizan de manera que puedan hacer algo de turismo en el destino. Y es que son muchísimos los que están de acuerdo, según BridgeStreet, en que el viaje bleisure les ayuda a ganar experiencia y conocimientos (97%), y que les ayuda en los objetivos de negocio (79%).

Más rentable para las empresas

Según otro estudio realizado por Expedia, son los jóvenes los que más aprovechan los viajes de trabajo para dedicar tiempo al ocio: de entre 18 y 30 años se cogen de media 4,2 días más de vacaciones en sus viajes de empresa, frente a los 2,9 días para los que tienen entre 31 y 45 años, y 3,2 días para los que tienen entre 46 y 65 años.



Edward Norton también viaja por negocios en la película 'El club de la lucha'.

Cada vez se habla más de mezclar trabajo y vida personal, y para poder llegar a concebirlo, las empresas tendrán que reorganizar actividades y rediseñar herramientas. Sin embargo, casi el 60% de los viajeros de negocios admite que su empresa no dispone de políticas de viajes relativas al bleisure. ¿Deberían las empresas incluir este tipo de prácticas para sus trabajadores?

Según un reporte de Buying Business Travel, este tipo de viajes pueden resultar más rentables para las empresas, ya que dependiendo del día de salida y llegada los precios de las habitaciones y de los vuelos pueden dispararse. De hecho, en Estados Unidos, las reservas de vuelos de último minuto tienen restricciones para la clase turista.

De momento, solo el 14% de las empresas ha integrado el bleisure en la cultura corporativa, según los encuestados por BridgeStreet. Las pioneras destacan que los días de ocio son un vehículo de formación e inmersión y que crea un conocimiento extra beneficioso para la empresa.