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Isabel Silva, madre de los fallecidos.
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El padre de Diego y André, Joaquim Silva.
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El abuelo de Diogo Jota y André Silva.
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El futbolista Jota Silva.
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El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.
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El padre de Diogo junto al mánager del futbolista, Jorge Mendes.
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Coronas de flores del FC Porto.
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El boxeador Paolo Batista.
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El futbolista Joao Moutinho.
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Familiares y amigos, desolados.
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Capilla de la Resurrección donde ha tenido lugar el velatorio.
Sobre las 16 horas de esta tarde se ha abierto la capilla ardiente donde ya se encuentran los restos mortales de Diogo Jota y André Silva, los hermanos portugueses futbolistas fallecidos en un accidente de tráfico en Zamora.
Su deceso ha supuesto un fuerte impacto y a su velatorio, instalado en su ciudad natal Gondomar, se han acercado ya familiares y numerosos rostros conocidos.
La consternación y las lágrimas han sido las protagonistas de esta triste jornada en la que aún nadie puede creer este desenlace fatal.
El abuelo de los jóvenes, que tenían 26 y 28 años, ha sido uno de los primeros en llegar para dar el último adiós a sus nietos. También los padres de los fallecidos, que han entrado a la capilla ardiente junto al mánager de Diogo, Jorge Mendes.
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa (76 años), también ha querido desplazarse hasta la ciudad portuguesa para dar sus condolencias a los familiares.
El siniestro tuvo lugar sobre las 0.30 horas del pasado jueves, cuando el vehículo Lamborghini en el que viajaban Diogo Jota y André Filipo probablemente sufrió el reventón de una rueda cuando realizaba un adelantamiento, se salió de la vía y acabó incendiado en la mediana a la altura del kilómetro 65,300 de la A-52, en sentido Benavente.