Todo lo que tiene de hermosa, lo posee de gélida. Ni las altas temperaturas de Barcelona consiguieron derretir a la siempre hierática Irina Shayk (32 años), que bien podría convertirse en la nueva versión cinematográfica de 'La reina de hielo'. Ocho preguntas. Esa fue la consigna antes de que saliera a escena la actual pareja del 'oscarizado' actor Bradley Cooper (43), con quien tiene una hija, Lea de Seine (1). De su ex, Cristiano Ronaldo (33), prefiere ni acordarse. Y eso que el entorno más cercano del galáctico asegura que aún la tiene tatuada en el corazón.

Nada más aterrizar hizo caso a su estómago: 'Me he comido una tortilla española y jamón. ¡Me encantan!. Me gusta la comida y el clima de vuestro país'. Tres horas después, la top model rusa exhibía su belleza durante el fitting de Pronovias, que este lunes abre la nueva edición de la Barcelona Bridal Week. Y atención. Declaraciones sorprendentes. A pesar de haber trabajado para la casa durante varios años, y de acudir a los eventos más glamourosos del mundo, admite que "jamás he acudido a una boda". Y tampoco piensa en el gran día de toda mujer: "Vivo el presente y no he pensado el vestido que me pondría si algún día me caso, pero seguro que sería algo elegante, clásico y moderno".

Irina Shayk en un evento en Barcelona. Gtres

Y hablando de esponsales, se avecina el gran enlace real entre Enrique de Inglaterra (33) y Meghan Markle (36), al que acudirán importantes rostros conocidos que estarán impacientes por ver el secreto mejor guardado de la novia. "No sé si voy a ir, y tampoco tengo ni idea de qué tipo de vestido podría llevar", zanja por lo sano. Su vida privada es tan hermética que, en cuanto oye alguna pregunta al respecto, sus ojos se clavan como puñales. "¿Si soy romántica?" , "Bueno, creo que todas lo somos en un momento determinado".

Ni tan siquiera la maternidad le ha ablandado lo más mínimo a la hora de desvelar qué se cuece de puertas para adentro. Lo único que sale de su boca es que "ser madre no necesita una explicación. Es lo mejor que te puede pasar. Afortunadamente, las mujeres pueden hacer lo que quieran. Podemos trabajar, ser madres, viajar... Somos más fuertes. Por eso Dios creó a la mujer (sonríe)".

Irina con su hija Lea de Seine.

Dentro de tres meses se conmemorará el centenario de la masacre que acabó con Nicolás II, el último zar de Rusia, y toda su familia. A partir de ese momento, la leyenda de Anastasia empezó a gestarse. Un período histórico que ha calad muy hondo. "Mi país es muy conocido por tener mujeres fuertes y me siento muy orgullosa porque tenemos una historia asombrosa. De todas maneras, mi periodo favorito es el siglo XVIII porque todo el país estuvo gobernado por mujeres", asegura contundentemente. Irina cree en el matriarcado y, sobre todo, en todas aquellas mujeres que superan todos los altibajos de la vida sin quejarse.

Sin embargo, es consciente de que en la segunda década del siglo XXI, las féminas están sometidas más que nunca a la dictadura de la belleza: "vivimos en una época en la que las redes sociales como Instagram Snapchat o Facebook nos muestran a mujeres perfectas con siluetas ideales. Pero debemos observar nuestros cuerpos, disfrutar de nosotros mismos porque sólo vivimos una vez, y de querernos más independientemente de que uses una talla 36 o una 40. La belleza no es cuestión de cómo eres por fuera".

Antes de irse a descansar, reveló que nunca se ha sentido presionada a la hora de desfilar, aunque tiene un secreto para estar relajada: "Lo que más necesito es dormir bien la noche anterior. Eso es fundamental".

Noticias relacionadas